
En el ecosistema del comercio digital, cada segundo cuenta. Y en el Perú, donde el crecimiento del e-commerce sigue en ascenso, la eficiencia en los pagos digitales se ha convertido en un diferenciador competitivo para empresas que buscan crecer y fidelizar a sus clientes.
La transformación digital no solo pasa por tener una tienda online; el éxito también está en cómo se cobra. Según Marilea Saldarriaga, Country Manager de Flow Pagos Perú, la velocidad de una transacción puede marcar la diferencia entre cerrar una venta o perderla.
LEA TAMBIÉN: Mr. Músculo y la veracidad en la publicidad: ¿Hasta dónde puede una empresa exagerar?
“Un sistema de pagos ágil reduce el abandono de carritos de compra y mejora considerablemente la experiencia del cliente”, afirma.
El mercado peruano, donde miles de pequeñas y medianas empresas (pymes) están en pleno proceso de digitalización, exige soluciones que combinen velocidad con seguridad de alto estándar. Plataformas como Flow, que operan bajo la certificación internacional PCI DSS Nivel 1, ofrecen no solo eficiencia operativa, sino también protección contra fraudes y mayor confianza del consumidor.
Cada vez más empresas —desde corporaciones hasta emprendimientos— optan por centralizar sus medios de cobro en plataformas integradas que permitan operar con múltiples opciones, desde tarjetas hasta transferencias y billeteras digitales. Este enfoque unificado, señala Saldarriaga, facilita la conciliación financiera y permite enfocarse en lo esencial: escalar el negocio.
LEA TAMBIÉN: Tottus prepara nuevo local y cambios en tiendas: ¿en qué está centrando su estrategia?
En este contexto, los pagos digitales no son solo una herramienta operativa, sino una palanca estratégica. Son el canal por donde fluye el ingreso, se construye la relación con el cliente y se sostiene la reputación de marca.