La clase media peruana, uno de los sectores clave en el desarrollo económico y social del país, enfrenta una situación de alta informalidad y precariedad laboral, según un reciente análisis de Horizonte Laboral, el primer “do tank” peruano dedicado a la investigación de temas laborales.
De acuerdo con este estudio, el 60% de la población de clase media en el Perú se encuentra en el sector informal, mientras que un 52% está subempleada y el 56% no está afiliada a ningún sistema de pensiones, situación que podría impactar su estabilidad económica a largo plazo.
Mayén Ugarte, presidenta ejecutiva de Horizonte Laboral, explicó en la presentación que esta situación de informalidad representa un desafío para el Estado, particularmente en la provisión de sistemas de protección social y en el acceso a pensiones y servicios de salud en la vejez.
En su análisis, Horizonte Laboral resalta que, aunque la clase media contribuye significativamente al consumo interno y al desarrollo del país, su posición en el mercado laboral no asegura una seguridad económica estable debido a la falta de protección laboral formal.
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Distribución y características de la clase media en el Perú
De acuerdo con el estudio, el 40% de la población nacional pertenece a la clase media. Horizonte Laboral define a este grupo como aquellos hogares que poseen un nivel de ingresos suficiente para protegerse del riesgo de caer en la pobreza a lo largo del tiempo, un concepto alineado con el enfoque de seguridad económica del Banco Mundial (2013).
Según este enfoque, pertenecer a la clase media implica cierta estabilidad económica que permite a los hogares enfrentar contingencias sin caer en la pobreza. Además, en el contexto peruano, Horizonte Laboral describe a la clase media como aquellos ubicados en los niveles socioeconómicos “B” y “C,” con un ingreso familiar promedio de S/ 4,800 mensuales, destacándose por su rol en el desarrollo económico y social del país debido a su capacidad de consumo y su aspiración de progreso.
Sin embargo, existen marcadas diferencias regionales en la composición de la clase media. En Lima Metropolitana, por ejemplo, el 53% de la población pertenece a este segmento, con un ingreso familiar promedio de S/ 4,800 mensuales. En contraste, en regiones como Huancavelica, solo el 16% de la población alcanza este nivel socioeconómico, lo que refleja las desigualdades en el acceso a oportunidades económicas entre las regiones.
Horizonte Laboral, que también cuenta con la participación de Jorge Toyama, secretario del Consejo Directivo, y Cynthia Salas Delgado, jefa de Estudios de la organización, destaca la importancia de la clase media en el impulso de la economía nacional.
Según su análisis, este grupo tiene un papel crucial en el consumo interno y en la generación de empleos a través del emprendimiento y otras actividades económicas. Sin embargo, la prevalencia de la informalidad y la falta de previsión social plantea riesgos no solo para la seguridad individual de estos trabajadores, sino también para la economía en general, al tratarse de un segmento significativo de la población sin acceso adecuado a la protección social.
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Implicancias de la falta de formalidad y previsión social
Uno de los principales retos señalados en la presentación es la limitada cobertura de seguridad social entre los trabajadores de clase media. Más del 50% de este segmento no está afiliado a ningún sistema de pensiones, lo que los expone a una mayor vulnerabilidad en su etapa de vejez.
La alta dependencia del Sistema Integral de Salud (SIS) también es notable: más de la mitad de los trabajadores de clase media utilizan este sistema de salud público, y solo el 38% cuenta con EsSalud.
Este contexto se complica por el hecho de que, según los datos de Horizonte Laboral, muchos de los trabajadores de clase media están subempleados. Esto implica que, aunque pueden estar ocupados, no logran obtener ingresos suficientes ni condiciones adecuadas de empleo que les permitan acceder a beneficios formales de seguridad social.
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Desigualdades regionales y desafíos para la política pública
Horizonte Laboral enfatizó la necesidad de abordar las diferencias regionales en el diseño de políticas públicas. Cynthia Salas Delgado, jefa de Estudios de la organización, señaló que en el 2023 se registraron altos niveles de informalidad y subempleo en diversas regiones del país, lo que destaca la falta de homogeneidad en las condiciones de empleo y protección social.
Por ejemplo, en regiones como Moquegua, la clase media representa un 61% de la población, mientras que en otras áreas como Puno y Piura, el acceso a la seguridad social y las pensiones es limitado, con altos índices de subempleo e informalidad.
El análisis sugiere que estas diferencias reflejan la necesidad de políticas que no solo se centren en aumentar la formalización laboral, sino que también consideren las especificidades de cada región. Salas Delgado mencionó que próximamente Horizonte Laboral publicará más hallazgos sobre otros grupos que también requieren atención en las políticas públicas, como familias monoparentales y jóvenes que ni estudian ni trabajan, conocidos como ninis.
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Plan de acción
La primera iniciativa se enfoca en identificar las barreras que limitan el crecimiento de las pequeñas empresas. Horizonte Laboral ha iniciado un análisis de los trámites burocráticos y las cargas tributarias que afectan a estas empresas, con el objetivo de proponer políticas que faciliten su expansión. Según Ugarte, es esencial que las pequeñas empresas puedan consolidarse para generar empleos de calidad y promover la formalización laboral, ya que en su estructura actual enfrentan dificultades para competir y crecer.
Otra línea de investigación busca comprender las motivaciones de los peruanos en relación a la seguridad laboral. Ugarte explica que muchas personas priorizan asegurar bienes materiales, como vehículos, en lugar de su propia seguridad. Este estudio pretende desentrañar los comportamientos y razones detrás de estas decisiones, con el fin de diseñar políticas que fomenten una cultura de protección social y laboral más robusta. Según Horizonte Laboral, entender estas motivaciones permitirá al Estado crear incentivos efectivos para que los trabajadores opten por proteger su salud y seguridad en el trabajo.
Finalmente, la organización está desarrollando un índice de protección en el mercado laboral peruano, que funcionará como un “termómetro” para medir la calidad del empleo en el país. Este índice permitirá identificar las áreas críticas que requieren intervención, y proporcionará una base sólida para proponer políticas concretas que impulsen un mercado laboral más inclusivo y sostenible.
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Abogado especialista encargado de Enfoque Legal en Diario Gestión - Actualmente, ocupa la posición de analista legal en el área de Economía en el Diario Gestión.
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