La alta inflación que afecta al mundo empieza a tener impactos en el comercio transfronterizo de Latinoamérica. Tacna, al sur del Perú, cuya economía depende mayoritariamente del turismo y comercio de Chile, prevé una reducción significativa de sus ventas en los siguientes días tras la depreciación del peso chileno, que hace una semana sufrió su mayor desplome frente al dólar de los últimos trece años.
“Comprar en Tacna ahora les resulta un poco más caro, un dólar es para el visitante chileno casi 950 pesos cuando antes era menos de 600 pesos”, dice Corinne Flores, presidenta de la Cámara de Comercio de Tacna, quien menciona que hay una preocupación latente pues julio representa para el sector comercio y turismo de esa región casi el 30% de sus ventas del año porque coincide con las Fiestas Patrias de Perú y las vacaciones de Chile.
Los negocios en Tacna apenas llevan dos meses y medio recibiendo un mayor flujo de consumidores tras la reapertura de la frontera terrestre, que estuvo cerrada más de un año producto de las medidas sanitarias por la pandemia del COVID-19.
De acuerdo a Migraciones, un promedio de 1,500 chilenos ingresan diariamente por el complejo fronterizo Santa Rosa. Antes de la pandemia, la cifra era de 8,000 personas de lunes a viernes con picos de 20,000 los fines de semana. Así, podían dejar ingresos por más de US$ 400 millones al año a Tacna.
Por sectores
Wilfredo Espinoza, representante del gremio de hoteles de Tacna, dijo a Gestión.pe que su sector prevé que el número de huéspedes bajará próximamente. “Estamos pensando hacer promociones, aunque para nosotros los costos también han subido, no hay mucho margen”, señala al ser consultado por el impacto de la devaluación de la moneda chilena.
Agrega que el nivel de ocupación en hoteles es de menos de 40%, cuando debería estar en 70%. Y es que más allá de la situación económica del cliente chileno, hay otro factor que impide un mayor flujo de visitantes: la falta de personal en el ingreso fronterizo que ha generado en las últimas semanas largas colas de vehículos que demoran más de cuatro horas para ingresar al territorio peruano. “Es un cuello de botella que debería arreglar el gobierno regional y no hay acciones”, alertó.
Hasta el 2019, los visitantes chilenos podían tener un gasto promedio de más de S/ 500 al día en Tacna (US$ 150 aproximadamente); hoy el ticket es de menos de S/ 200. Los sectores que más sienten esta reducción en el consumo son los casinos, textiles, industria gráfica y, por su puesto, el gastronómico.
“Ahora el consumidor chileno compra lo que sabe que necesita, antes compraba todo lo que veía”, recuerda Gino Lombardi, secretario del gremio de Centros Comerciales de la Av. Bolognesi y centro de Tacna, que representa a más de 13 galerías, donde todavía hay tiendas que no han podido reactivarse.
El temor en Tacna -agrega- es que la reducción de turistas pueda prolongarse hasta que Chile vote por la aprobación o rechazo de su nueva Constitución, en setiembre próximo.
Cabe indicar que esta votación ha elevado -además de la inflación y caída del precio del cobre- la presión sobre el peso chileno y contribuyó con su depreciación, según reconoció el mismo presidente Gabriel Boric.
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Pero si hay un sector en la región del sur que podría verse menos afectado con el actual valor del peso chileno es salud. Cada año cientos de chilenos viajan a Tacna únicamente para una atención médica, “como la atención dental, oftalmología, tratamientos del estómago o de la piel. Además existe un hospital de la Solidaridad y hospitales itinerantes que ofrecen intervenciones al paso, con precios competitivos frente al costo en Chile”, explica Flores.
No obstante, la reactivación en este sector aún está al 30% del nivel prepandemia. Si bien Flores indica que se espera que aumente la demanda, no alcanzaría este año el nivel de reactivación estimado (60% respecto al 2019), dadas las nuevas condiciones del mercado.
Competitividad en riesgo
Por otro lado, Lombardi indica que “con o sin caída del peso chileno” el comercio en Tacna ha perdido competitividad. Así, dijo que a la fecha no se han podido ampliar las partidas arancelarias en Zofratacna por lo que los productos que ingresan a dicha zona especial comercial tienen un arancel de 6% cuando debería ser de 0%.
“Sumado a la devaluación de la moneda chilena, el golpe a la competitividad es mayor porque no se ha conseguido un diferencial con el precio de un producto que compras en otras zonas del país”, señaló.
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Respecto a la infraestructura, están pendientes dos grandes proyectos de inversión. Por un lado, la carretera Panamericana tiene 26 kilómetros de una sola vía lo que desincentiva el ingreso de más chilenos. En tanto, la carretera que uniría Tacna con Bolivia sigue en espera. Faltan asfaltar 52 kilómetros, sin embargo, a la fecha no hay decisiones para retomar el proyecto.
“La frontera no recibe ningún turista boliviano. Tampoco tenemos muchos visitantes de Lima que antes venían para comprar en Zofratacna. Además de eso, el aeropuerto ha dejado, en la práctica, de ser internacional, porque no recibe ningún vuelo de otro país a diferencia de Arequipa”, contó.