“A veces, hasta con S/10 hacemos sopa, segundo y postrecito”, declaró la presidenta Dina Boluarte a fines de noviembre del año pasado, a modo de normalizar y “destacar” los sobreesfuerzos que deben realizar las familias peruanas para alimentarse en el Perú. Esta fue una de las frases que dejó la mandataria y marcó el 2024 en un contexto donde aún no se concretó la recuperación económica.
Precisamente atendiendo esta realidad, el propio Gobierno dispuso que este 2025 sea declarado como el “Año de la recuperación y consolidación de la economía peruana”. El panorama macro es relevante, pero no absoluto para identificar cómo viene la capacidad adquisitiva de las personas.
Indicadores claves: inflación e ingresos
La inflación anual fue de 1.97%, su menor nivel tras cuatro años, según informó el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
“El control de la inflación, que esté dentro del rango meta, garantiza que las cosas no van a empeorar, en particular, porque venimos de años donde no solo se tuvo una alta inflación, sino que este incremento golpeó en rubros sensibles: alimentación, transporte y energía”, señaló Carolina Trivelli, economista del IEP y exministra de Desarrollo e Inclusión Social.
En la misma línea, Paola Herrera, analista del Instituto Peruano de Economía (IPE), también destacó que, en el 2024, se logró tener una inflación controlada y que, para el 2025 y el 2026, se esperaría que se mantenga en niveles bajos, como el país estuvo acostumbrado en años previos a la pandemia.
Herrera señaló que la relevancia de una inflación baja está en que termina siendo un “factor negativo menos a los que deben enfrentarse los bolsillos de los peruanos”.
“Implica que los bienes y servicios no se incrementaron en gran proporción como sí ocurrió en los últimos años. En medida que los ingresos no pierdan su capacidad adquisitiva, esto beneficia a los peruanos para que puedan seguir consumiendo a un ritmo adecuado y poco a poco recuperen su nivel prepandemia”, comentó.
En este contexto, otro indicador significativamente importante es el de los ingresos laborales. Herrera señaló que, en Lima Metropolitana, el promedio anual fue de S/2,035 a noviembre del 2024. Esto significó un crecimiento de 4.1% frente al año previo, pero un 5.6% menos que el nivel prepandemia.
“El crecimiento, descontando la inflación, es bueno, adecuado. Luego de haber tenido un año de recesión [2023], es un crecimiento positivo, pero insuficiente. Sin embargo, las tendencias y expectativas de inversión es que, cada vez, se generen más empleos, principalmente, los adecuados”, apuntó Herrera. Estimó que al ritmo actual, a mediados del 2025, recién los ingresos laborales recuperarían su nivel prepandemia.
Trivelli sumó que la perspectiva, en este año, es que los ingresos continúen recuperándose y que, al no incrementarse más los costos de los bienes y servicios, se tendría la sensación de que “el panorama pasaría de estable a ligeramente mejor”.
“Es una buena noticia que haya crecimiento, de la economía, del empleo, que la inflación esté controlada, pero no es suficiente. La situación real es que hoy estamos menos peor que hace un año, pero no es que las cosas estén mejor”, subrayó Trivelli.
Para la exministra, la clave en este contexto de recuperación y de mejora de la capacidad adquisitiva está en ir más allá de la “inercia” y hacer que el crecimiento económico sea inclusivo y mayor al esperado.
“Se tiene que promover la inversión privada y que se reactive en los segmentos con alcance en el grueso de la personas de menores recursos. Por ejemplo, allí tenemos a la agricultura, la agroexportación y uno de los focos debe estar en la agricultura familiar: enfocarse en sus eslabonamientos, transportistas, comerciantes y más”, mencionó Trivelli.
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A su turno, Herrera indicó que, a diferencia de años anteriores, sobre la inflación no hay riesgos significativos que puedan afectarla. Anotó que la producción agrícola siempre es vulnerable a las condiciones climáticas, pero el escenario no se presenta adverso en este arranque del año.
“Lo que sí se tiene mapeado es un impacto por factores externos, por ejemplo, una afectación en el dinamismo de nuestros principales socios comerciales: EE.UU. y China. Por los anuncios restrictivos de Donald Trump, podrían haber un impacto en el dinamismo internacional. No se tiene claro, pero algunas tensiones podrían terminar en una variación de precios”, comentó Herrera.
Por último, Trivelli señaló que, en el 2023, un 57% de peruanos afirmó que, en su hogar, se quedaron sin alimentos alguna vez en los últimos tres meses por falta de dinero o recursos, según una encuesta del IEP. En el 2012, según el Barómetro de las Américas, la incidencia era de menos del 20%. En el 2024, lo recogido por el IEP mostró un descenso a un 40%, aproximadamente.
“El mensaje duro es que lo peor ya pasó. Podemos garantizar, con el nivel de inflación, que no se empeorará, pero el reto ahora está en recuperar la capacidad adquisitiva”, puntualizó.
Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.