El Banco Central de Reserva del Perú (BCR) ajustó seriamente su proyección de crecimiento para este año. El producto bruto interno (PBI) peruano solo crecería 0.9%, muy lejos del 2.2% que había anticipado previamente. En este contexto de una economía débil, el último reporte del mercado laboral del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) tampoco trae buenas noticias.
Si bien el empleo adecuado crece en Lima Metropolitana, los trabajadores que laboran 35 o más horas a la semana, pero no pueden cubrir una canasta mínima (subempleo por ingresos) se aceleran con incrementos a tasas de dos dígitos. ¿Qué se puede esperar de cara al cierre del año para este subempleo? Economistas consultados coinciden: con una inversión privada débil en sectores estratégicos, la perspectiva es creciente.
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Al alza
En el último trimestre móvil junio - agosto 2023, la población subempleada por ingresos llegó a 1.7 millones de personas en Lima. Respecto al mismo periodo en 2022, ello representa un aumento del 13.3%. En lo que va del año, hasta ese trimestre móvil, se ha mantenido en una clara tendencia al alza. ¿Continuaría?
Sobre ello, Paola Herrera, analista económica en Instituto Peruano de Economía (IPE), asegura que de cara al cierre del año será clave ver la evolución en sectores que acumulan gran generación de mano de obra.
“El empleo viene retrocediendo en sectores como construcción. En servicios, una de las principales actividades creadores de puestos de trabajo, también. Es relevante la desaceleración de los empleos formales. Creció tras la panademia, pero se ha desacelerado”, explica a Gestión.
Isaac Foinquinos, economista senior de Macroconsult, remarca a este diario que las personas, tanto las que perdieron sus trabajos formales por la pandemia como las que ingresaron al mercado laboral luego de la crisis sanitaria, no han podido encontrado suficiente oferta.
“Ahora, con la desaceleración económica, creemos que seguirá subiendo (el subempleo) al cierre del año. Más que nada porque el empleo formal sigue cayendo. La gente seguirá cayendo en la informalidad o en el subempleo (que no necesariamente es informal, pero es un empleo de “mala calidad”)”, asegura.
A nivel nacional, el INEI señala que el 46.4% de la población ocupada, unos 8.4 millones de peruanos están subempleados (entre subempleo por ingresos y por horas).
Al respecto, Miguel Jaramillo, investigador principal de GRADE, recuerda que resulta difícil dar una proyección (con tantos factores internos y externos impactando, la gran mayoría de pronósticos macroeconómicos han fallado). Aún así, la tendencia en Lima también se podría repetir a nivel nacional.
“Es difícil ver el país entero. Pronosticar es un negocio riesgoso hoy en día. Aún así, no esperaría cambios dramáticos para el subempleo. Pero puedo decir que los datos solo confirman lo que sabemos: el peso del subempleo invisible detrás del total. Eso señala el gran cambio desde la pandemia, hay una baja productividad”, comenta para Gestión.
De cara al 2024, Macroconsult cree que la incertidumbre se mantendrá y el PBI peruano podría crecer alrededor de 2.7%, por debajo de lo proyectado por el BCRP (3%).
“Serían dos años malos consecutivos, lo que haría crecer aún más el subempleo. Solo podría estancarse en 2024 si es que la inversión privada no decae mucho y la inversión pública se recupera, ya que sería el segundo año de nuevas autoridades”, sostiene Foinquinos.
“Crecer 3% es el promedio de lo que crecíamos antes de pandemia, pero todavía está por debajo de lo que crecíamos en la década anterior. Todo dependerá de los sectores que impulsan el empleo. Hoy solo es la minería, pero este sector no mueve tanta mano de obra como servicios o construcción”, agrega Herrera del IPE.
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Una mirada a los ingresos
El subempleo o la informalidad no son los únicos indicadores que reflejan el impacto sobre el mercado laboral. El nivel de ingresos promedio mensual en un contexto de alza de precios (inflación anual: 5.58% en agosto) también muestra un deterioro en el poder adquisitivo de los trabajadores.
De acuerdo con el INEI, en el periodo junio - agosto 2023, el ingreso promedio mensual en Lima Metropolitana fue de S/ 1,950.6, un crecimiento no solo respecto a similar periodo del año pasado, sino también del 2019 (prepandemia). A nivel nacional, en el periodo julio 2022 - junio 2023, el ingreso promedio por mes fue de S/ 1,607.8; y solo en el área urbana llegó a S/ 1,757.8.
Sin embargo, estos crecimientos deben ser analizados detenidamente, pues son cifras en términos nominales, es decir, no incluye el impacto de la inflación, a diferencia del ingreso real. Precisamente, Macroconsult le dijo a Gestión hace unas semanas que el ingreso real no se recuperaría respecto a la prepandemia hasta el 2027.
Foinquinos ahora reitera este pronóstico. “Mantenemos la perspectiva. Es verdad que el salario nominal está creciendo y a doble dígito, pero el real crece a la mitad, respecto al 2022. En comparativa al 2019 todavía está 6% por debajo. La recuperación será muy suave conforme la inflación se desacelere”, afirma.
Sin ir muy lejos, pensando en el cierre del 2023 e inicios del 2024, Jaramillo, de Grade, cree que nada cambiará con los ingresos reales limeños si no se vuelve a poner a la economía en el centro de las decisiones gubernamentales.
“Nuestro crecimiento potencial se ha recortado. Luego de años con ataques sistemáticos a la actividad empresarial y medidas en pandemia como paralizar toda la economía con Martín Vizcarra, es difícil volver a un 4% o 5% anual (de crecimiento del PBI). Sin tener esa meta como prioridad será muy complicado”, analiza Jaramillo.
En el IPE también tienen la misma sensación. “A fin de año se espera una inflación del 4%. La brecha se irá cerrando, pero todavía existirá. Hay más riesgos a la baja (de las proyecciones de crecimiento) que al alza. Este deterioro constante del empleo, sumado a la falta de confianza empresarial, desalientan la inversión”, considera Herrera.
A nivel nacional, agrega la analista, la tendencia limeña es replicable, aunque en menor medida. “En Lima la caída (del empleo) fue mayor porque está más urbanizada. Los sectores rurales, básicamente el agro, siguieron avanzando en pandemia. Por eso Lima cae más que el resto del país”, resalta.
Jaramillo coincide en las diferencias entre la capital y regiones. “Sí, la tendencia es así. El empleo urbano y rural han sido divergentes después de la pandemia. Apenas terminó, el rural creció bastante y el urbano no. En el 2022 vimos lo inverso. Eso golpea los ingresos en términos reales”, afirma.
Licenciado en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Experiencia en cobertura política, social y económica peruana.