La duda se disipó y lamentablemente hubo contraataque. Israel cumplió su amenaza y atacó objetivos en Irán en respuesta a la ofensiva de Teherán cinco días atrás. En materia económica, esto ya tuvo su primer impacto de alcance mundial: los precios del petróleo subieron este viernes.
Diferentes medios internacionales daban la alerta de un incremento durante las primeras horas del mercado asiático. El precio del barril de petróleo West Texas Intermediate subió un 3.66% a US$ 85.76, y el barril de Brent del mar del Norte se encareció un 3.44% a US$ 90.11. Aunque después empezó a estabilizarse, es innegable que si las tensiones entre ambas economías aumentan, estos valores volverían a incrementarse.
¿Por qué una eventual escalada sin freno del precio del crudo pone “en jaque” al Perú? Punto clave: el país es principal importador de este commodity.
Ya Felipe Cantuarias, expresidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH), había señalado que en el Perú se requieren 270,000 barriles por día (bpd) para lograr el abastecimiento, una cifra aproximadamente 7 veces mayor a la producción nacional en 2023. Debido a esta diferencia, se importa la cantidad necesaria para cubrir el consumo interno.
En el 2023, el Perú importó petróleo y derivados por US$ 8,458 millones, una caída de 13% respecto al 2022, según información del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). Eso, en parte, se dio porque el año pasado los precios retrocedieron 19.2%, lo que compensó el aumento del volumen de 4.4%.
En lo que val del año, por el contrario, la tendencia podría cambiar si escalan los precios. A febrero, el país ya importó petróleo y derivados por US$ 1,250 millones.
Alimentos y transporte
¿Al Perú le importa que suba el precio del petróleo solo por los términos de intercambio (precios de importación y exportación)? Realmente, este es el inicio de una cadena más grande. Si el precio del crudo se eleva, el impacto recae en dos aspectos fundamentales: transporte y alimentos, no solo a nivel local, sino internacional (que también repercute en la economía doméstica).
Para el país, la parte de alimentos es muy sensible. Recordar que, por otras razones (sobre todo por el impacto de las sequías, el ciclón Yaku y El Niño), la población se enfrentó a incrementos en el precio de los alimentos, incluso de hasta 20% (tasa anual). Ahora, si el combustible sube, los costos logísticos también, y esto puede ocasionar un nuevo impacto en la canasta.
Esta mirada es nacional. Pero, no se puede ignorar que el país también importa alimentos. De hecho, ya hubo una primera alerta. El BCRP informó recientemente que el Índice de precios de alimentos de la FAO aumentó en marzo por primera vez en siete meses por el incremento de los aceites vegetales.
Justamente, el índice de precios de los aceites vegetales de la FAO aumentó 8% intermensual en marzo. El incremento se debió al aumento de las cotizaciones de los aceites de palma, soya, girasol y colza, por el aumento de los precios del petróleo crudo. Perú importa, por ejemplo, aceite de soya.
Aunque aún es cuestión de esperar, ya el panorama internacional se plantea como un reto en un país como el Perú.
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