En línea con la gradual recuperación de la economía y de la capacidad de pago de los deudores de diversos sectores económicos, los créditos reprogramados a causa de la pandemia continúan disminuyendo.
Así lo señala el reciente reporte de Estabilidad Financiera del Banco Central de Reserva (BCR), que también destaca que tal reducción es generalizada en todos los tipos de préstamos y en todas las entidades financieras.
Sobre el saldo total de los créditos del sistema financiero, el 31% de ellos estaba reprogramado en setiembre del 2020. Ese porcentaje bajó primero a 17% en marzo del 2021 y luego a 9.8% en setiembre de este año, según datos del BCR.
La continua reducción de la cartera reprogramada refleja el creciente número de clientes que está honrando las deudas reprogramadas, que incluyeron facilidades de pago como periodos de gracia, reducción de cuotas, extensión de plazos y reducción de intereses.
Del total de deudores con préstamos reprogramados en diciembre del 2020, el 81.5% de ellos había realizado una amortización parcial o una cancelación de esos créditos hacia fines de marzo de este año, refiere el reporte. Y ese porcentaje se elevó a 94% al cierre de setiembre (94.7% en el segmento de consumo).
La reducción de la cartera reprogramada ha sido mayor para las empresas de manufactura, minería, comercio y servicios, en la medida en que se han reactivado sus negocios. En el caso de las mypes, el 91.9% viene cumpliendo con el pago de la deuda reprogramada, indica el informe.
De otro lado, el BCR informó que a setiembre del 2021 eran 12 las entidades financieras que habían reprogramado créditos por S/ 113 millones (95% préstamos de consumo) en el marco del Programa de Garantías Covid-19, el cual fue impulsado por el anterior Congreso y que permite la reducción de las tasas de interés.
Reactiva
Asimismo, en el tercer trimestre del año las empresas beneficiarias de programa Reactiva Perú amortizaron de forma generalizada sus deudas. La morosidad de esta cartera se ubicó en 2.4%, por debajo de la morosidad del resto de créditos del sistema financiero (4.4%).
Pese a ello, a setiembre del 2021 son 92,614 las empresas deudoras (19% del total) que ya se han acogido a la reprogramación de los créditos Reactiva. El BCR también precisa que saldo de estos préstamos que se encuentra reprogramado ascendió a S/ 15,221 millones.
Se trata sobre todo de deudores de los sectores servicios y comercio que pertenecen al segmento de medianas empresas, según el informe.
Escenarios
Estas últimas empresas son las que más incremento muestran en morosidad. Ese factor explica el menor crecimiento que muestra el financiamiento a las medianas empresas, pues los bancos les están aplicando políticas de selección de clientes más conservadoras, sostiene el BCR
La morosidad del sistema financiero se estabilizó en torno al 6.2% en el tercer trimestre del 2021. El BCR realizó pruebas de estrés para medir la resiliencia del sistema financiero ante escenarios adversos en el 2022.
Así, en el escenario base, donde se asume que el PBI crecerá 3.4% y que el sol se fortalecerá frente al dólar, la morosidad de la banca bajaría a 5.2%. En el escenario de estrés, que considera un avance nulo del PBI, alza del dólar y presiones inflacionarias, la mora subirá a 7%.
En ambos casos, se espera que la morosidad de entidades no bancarias continuará aumentando.
Entidades más pequeñas aún requieren aportes de capital
Una recuperación más lenta de la actividad económica, así como un menor crecimiento del consumo privado y del empleo, junto con una mayor volatilidad cambiaria y salida de capitales y un periodo de incertidumbre política y económica más prolongado son todos factores de riesgo para la estabilidad del sistema financiero en el 2022, advierte el BCR.
Destacó que desde marzo del 2020 hasta de setiembre del 2021, las entidades financieras han recibido aportes de capital por cerca de S/ 1,000 millones. Además, han tomado nuevas deudas subordinadas por más de S/ 2,800 millones. Sin embargo, el BCR considera que las instituciones de menor tamaño y poco diversificadas requieren aportes de capital adicionales para fortalecer su patrimonio, de manera que les permita afrontar con una mejor posición eventuales coyunturas macroeconómicas adversas.