
S&P Global Ratings presentó, recientemente, su reporte “América Latina | Panorama bancario por país - segundo semestre de 2025 América”, donde analizó los riesgos de la industria bancaria por país (BICRA, por su siglas en inglés), considerando las fortalezas y debilidades de las economía y el detalle de sus sectores.
En el análisis de Perú, destacó la revisión, hace poco, de la expectativa en la tendencia del riesgo sobre su economía a estable desde negativa. Esto, precisamente, se dio en el marco de su análisis y actualización de su BRICA.
Los factores que explicaron esta decisión fueron mejores condiciones, entre las que se menciona “la disminución de la inflación y las tasas de interés, así como por los efectos positivos de los retiros de fondos de pensiones”.
Sin embargo, apuntaron que los riesgos se mantienen “en un nivel moderadamente alto”, a causa del bajo ingreso per cápita, la considerable exposición de los bancos a sectores cíclicos —especialmente a micro, pequeñas y medianas empresas—, la inestabilidad política y los fenómenos climáticos.
MEF: estabilidad de precios en primer semestre permitirá mejorar escenario económico
Continuando con las condiciones macroeconómicas, S&P Global Ratings espera que el Producto Bruto Interno (PBI) crezca entre 2.5% y 3.0% en 2025-2026, “considerando los elevados precios del cobre y una recuperación moderada del consumo y la inversión”.
El inicio de la campaña hacia las próximas elecciones generales del 2026, afirmaron, influirán en la trayectoria de la economía y del sector bancario.
“Aunque están disminuyendo, los riesgos de gobernabilidad persisten, dada la fragmentación en el Congreso y las tensiones entre el Poder Ejecutivo [Dina Boluarte] y el Legislativo”, agregaron. “Seguiremos monitoreando el impacto de la volatilidad política y de los factores externos sobre las perspectivas económicas del Perú y su industria financiera”, complementaron.
Respecto a América Latina, se espera que su crecimiento económico oscile un promedio ligeramente superior al 2% en los próximos años, una cifra inferior a la de la mayoría de los mercados emergentes.
“Un escenario de debilitamiento de la economía en 2025-2026 podría detonar un incremento en la inflación y en las tasas de interés, junto con un deterioro de los mercados laborales y el debilitamiento de las monedas locales”, sumaron.
El Perú en el BICRA
El Análisis de Riesgos de la Industria Bancaria por País (BICRA) de S&P permite el resumen del análisis de las fortalezas y debilidades de una economía y su industria bancaria.
“El BICRA está diseñado para evaluar y comparar los sistemas bancarios a nivel mundial. Los BICRA se agrupan en una escala del ‘1’ al ’10′, que va de lo que consideramos como los sistemas bancarios de menor riesgo (grupo ‘1’) a los de mayor riesgo (grupo ’10′)”. detallaron.
Al Perú se le ubicó en el “grupo 5” y se consideró que el sector bancario es “resiliente” ante los desafíos económicos.
Una primera conclusión principal del BRICA es que los acontecimientos políticos y a nivel del soberano “son relevantes para la industria”, dado el impacto en el crecimiento económico de corto a mediano plazo, la inversión privada y el consumo.
“Los bancos peruanos mantienen una sólida capitalización y liquidez, mientras la rentabilidad se recupera de las difíciles condiciones operativas derivadas de las dificultades económicas del pasado, causadas por disturbios sociales y fenómenos climáticos”, complementaron.
Las condiciones macroeconómicas anteriormente descritas permitieron que “la calidad de los activos y el desempeño de los bancos se recuperan de forma gradual”.
Se agrega que las entidades calificadas presentan sólidos fundamentos crediticios, destacando una capitalización satisfactoria. “Los bancos también mantienen buenas utilidades, liquidez y provisiones crediticias, lo que les permite afrontar escenarios de incremento en las pérdidas crediticias”, comentó.
La expectativa para el cierre del año y el transcurso del siguiente es que el crecimiento del financiamiento se reanude, explicando en un entorno de estabilidad económica y recuperación de apetito por parte de los bancos.
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