Como cada abril, el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) actualizó sus proyecciones económicas. Esta vez no hubo muchas sorpresas, pero -como es de costumbre- esta cartera se mantiene como la más optimista respecto a otras entidades y analistas. Ahora, proyecta para este 2024 un crecimiento para la economía de 3.1%, cifra que se ajusta al alza desde 3%.
Sin embargo, hay un tema que el Gobierno peruano buscará atender para “que no se afecte el proceso de recuperación económica”: el déficit fiscal. El foco no está en cerrar la brecha, sino más bien en permitir que se amplíe, en parte, como resultado de una sobreestimación de los ingresos en el pasado.
“Considerando que el déficit fiscal ascendió a 2.8% del PBI en el 2023, la regla fiscal vigente para este 2024 (2.0% del PBI) exigiría una reducción de 0.8 puntos porcentuales (pp) del PBI, lo cual implicaría un ajuste en el gasto público presupuestado para el año que afecte el proceso de recuperación económica”, remarca el MEF en su Informe de Actualización de Proyecciones Macroeconómicas (IAPM) 2024-2027.
El ministerio apunta a “una trayectoria fiscal más gradual que dé viabilidad a la recuperación económica del país y otras medidas que fortalezcan las cuentas fiscales”. Con ello, el “techo” del déficit fiscal pasaría de 2% a 2.5% del PBI para este año y es recién en el 2028 que se alcanzaría el 1%. Con esto en mente, ¿cómo cambia el panorama para los ingresos y gastos del país?
El reto principal
El MEF recuerda que para la formulación del presupuesto público 2024 se proyectó que los ingresos alcanzarían 20.4% de PBI en el 2023, siendo esta la base para la estimación de los ingresos este año.
Sin embargo, los ingresos fiscales el año pasado cerraron en 19.6% del PBI (0.8 pp del PBI menos que lo proyectado) en un contexto adverso (choques climatológicos y sociales que no fueron previstos). Así, se erosionó parte de la base para la estimación de ingresos hacia adelante, y, “ha generado una situación de desbalance para el presupuesto público en este 2024″.
“En vista de menores ingresos este año, se tendría que realizar un ajuste en gastos menos rígidos (como la inversión pública) para cumplir con la regla fiscal vigente, lo cual podría comprometer el proceso de recuperación económica y el bienestar de los ciudadanos”, según el IAPM.
“El informe muestra que para hacer el presupuesto se consideró ingresos por 20.4% del PBI, pero finalmente se cerró con 19.6% (…) no lo dice el informe, porque entiendo que debe guardar las formas, pero lo que se está insinuando es que se sobreestimaron los ingresos (…) prácticamente dice que como consecuencia de la sobreestimación, si se quisiera cumplir con la regla de 2%, tendría que hacerse un fuerte ajuste en gastos que se pueden variar más fácilmente, como inversión pública”, dijo a Gestión David Tuesta, exministro de Economía y Finanzas.
A eso, el IAPM agrega que el escenario fiscal para este 2024 es aún más retador debido a la aprobación de medidas legislativas que “reducen los ingresos fiscales e incrementan el gasto público”.
Ingresos y gastos
En el 2023, los ingresos fiscales registraron una de las caídas más importantes de la historia (-10.5%, real), debido al efecto de múltiples choques negativos que afectaron la economía y a otros factores negativos que incidieron en la determinación del pago de los impuestos.
Sin embargo, para este año, crecerían 3.9%, explicado por precios favorables del cobre y la maduración de las herramientas de administración tributaria, otorgadas en años anteriores, para combatir el incumplimiento tributario. Sin embargo, como se mencionó, y subraya Tuesta, esto no sería suficiente para evitar un cambio en las reglas fiscales.
Por el lado del gasto público, para el 2024, se proyecta que crezca ligeramente (1.5%, real) y se ubique en 20.6% del PBI, reduciéndose en 0.3 pp del PBI con respecto al año anterior. Pese a esta ligera reducción respecto al 2023, este nivel es mayor al que se registraría si no hay mayores cambios en la meta fiscal de este año.
De hecho, el MEF calcula que si no se moviera el “techo” del déficit fiscal para el 2024, el gasto no financiero del gobierno general representaría 20.1% (ya no 20.6%); y la inversión pública significaría solo 4.5% del PBI (ya no 5%). Con todo ello, no se podría hablar de un crecimiento de 3.1%, dice el ministerio en su IAPM, sino de solo 2.5%, prácticamente al mismo nivel del crecimiento potencial.
Sensibles a cambios: Las proyecciones de los ingresos fiscales son sensibles a cambios en los supuestos macroeconómicos, especialmente de aquellos provenientes del exterior (que suelen ser los más volátiles). “La volatilidad de los ingresos del gobierno general está asociada a factores internos (tales como la producción nacional) pero en mayor medida a factores externos (sobre todo a los cambios en las cotizaciones de las materias primas). En ese sentido, las proyecciones macrofiscales se encuentran en permanente evaluación”, dice el MEF en el IAPM. Por ejemplo, de producirse un incremento de 10% en el precio del cobre, equivalente a un aumento de 40 centavos en el precio, los ingresos fiscales serían mayores entre 0.1% y 0.2% del PBI.
Editora de Economía y coordinadora de ESG del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con casi 10 años de experiencia profesional en el rubro.
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