Desde el Ministerio de Agricultura y Riego (Midagri) se indicó que hemos tenido la mayor sequía luego de 58 años en 17 regiones del Perú, esto provocó que se redujera en 20% áreas de siembra de principales cultivo.
¿Cuál es el camino que deberán seguir los agricultores para enfrentar esta situación. Acaso deberán cambiar de cultivos? Tanto para el especialista en Desarrollo Rural y Asistencia Técnica del Midagri, Franklin Suárez Gómez, como para el economista e investigador del Centro Peruano de Estudios Sociales (Cepes), Miguel Pintado, resulta muy complicado que los agricultores miren hacia otro tipo de cultivos, pues ello depende de muchos factores.
“Si un agricultor cambia de cultivos eso depende de varios factores, por ejemplo el financiamiento, si tiene buen servicio de asistencia técnica y el mercado”, señaló Suárez Gómez.
Por ejemplo, en lugar de choclo se puede apostar por la cebada y el trigo que toleran más la sequía o de repente algunos frutales, el higo y el granado requieren menores cantidades de agua en comparación a un cítrico o mandarina de exportación, añadió.
También citó como ejemplo la pitahaya, que se ha convertido en un cultivo importante no solo para el mercado local sino para la exportación. Del mimo modo, la quinua o el haba que cuentan con mayor tolerancia a la sequía.
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Semillas.
El especialista del Midagri indicó que hay empresas privadas o el mismo Instituto Nacional de innovación Agraria (INIA) que realizan acciones de mejoramiento genético de los cultivos y producto de mucho trabajo logran realizar plantas más productoras que toleran en cierto grado las plagas y grados de sequía.
Sin embargo, en algunos casos estos productos después de mucha investigación salen al mercado y los agricultores la usan pero luego retornan a la semilla habitual.
¿Entonces qué se debe hacer? Miguel Pintado, manifestó que se requiere de una cultura de riego descentralizada, tarea que no se ha desarrollado durante los últimos cinco gobiernos.
“Se requiere de una cultura de riego descentralizada, así como de una política estructural a largo plazo y que poco a poco la mayor cantidad de agricultores puede acceder”, señaló.
En esa línea, indicó que estamos frente a un problema estructural ya que el Estado, específicamente los gobiernos no han destinado los recursos públicos para realizar infraestructura de riego para la pequeña agricultura o también llamada familiar.
“Sabemos que es complicado, también por la dispersión de los agricultores, pero hay posibilidad de hacer políticas masivas”, añadió.
Precisamente, Suárez Gómez, indicó que la mayoría de nuestros agricultores familiares, productores de menos de 10 hectáreas, suelen utilizar tecnología media o baja.
“El reto que se tiene para enfrentar la sequía es cómo seguir avanzando y construir una mejor resiliencia de la agricultura peruana ante los eventos climáticos. Una forma es ampliando el acceso al riego, sobre todos los pequeños agricultores familiares y esto está directamente relacionado a la mayor eficiencia en el uso del agua a partir de la tecnificación y asistencia técnica”, añadió.
Observó que la asistencia técnica privada en los últimos años más se orienta a inducir al uso de agroquímicos que a un mejor manejo agronómico como el uso de la fertilización, el manejo de plagas o el uso del agua.
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Uso intensivo del agua
El economista e investigador de Cepes añadió que en el caso del Perú se hace un uso intensivo del agua tanto en el caso de la producción con destino nacional como para exportación.
En el primer caso recordó que tenemos cultivos como el arroz, papa, caña de azúcar, maíz, que son para consumo humano directo y el maíz chala y amarillo duro, que son para consumo humano indirecto. También la alfalfa.
En el caso de los productos de exportación que también requieren un intensivo uso de agua destacan los espárragos, café, uvas, palta, alcachofas.
Recordó que nueve de cada 10 productores usan el riego por gravedad, la cual no es conveniente, pues capta mayor cantidad de agua.
Sostuvo que se debe migrar hacia el riego por aspersión y goteo, pero requieren de inversión, costo que no puede cubrir el productor, por lo que la debería asumir el Estado. “Se trata de costos elevados y requiere infraestructura sofisticada y descentralizada”, anotó.
Información sobre variedades generadas por el INIA
El Midagri a través del Inia ha desarrollado 194 nuevas variedades de cultivos de importancia económica, lo que ha permitido que más 45 mil pequeños y medianos productores de todo el país incrementen su rentabilidad económica en más de 30 por ciento aproximadamente.
“Por su alta calidad genética, estas nuevas variedades alcanzan un mayor rendimiento, superando en más de 40 % a otras variedades. Además, son tolerantes a principales plagas y enfermedades, así como un alto valor nutricional”, indicó el INIA.
Otra de sus características es que se adaptan a tipos de clima y son tolerantes a situaciones de sequías, bajas temperaturas y heladas. Todas estas características hacen de estas variedades ideales para afrontar la inseguridad alimentaria, la desnutrición y la anemia, añadió.
La generación de estos cultivares es el resultado de años de investigación del INIA-MIDAGRI, a través de sus Estaciones Experimentales Agrarias en todo el país. Para lograrlo se utilizan técnicas convencionales y modernas de cruzamiento y selección, apuntó.
Variedades generadas por el INIA tolerantes a estrés hídrico:
1. Tolerante a estrés hídrico y sequía
· Papa INIA 334 - LLAPANCHISPAQ
· Papa INIA 330 WIÑAY
· Papa INIA - 326 – Shulay
2. Tolerante a sequía en etapa de desarrollo
· Trigo INIA 443 – ANTAPAMPINO