Si bien desde fines de diciembre aparecieron en forma tardía lluvias en la mayor parte del país, estas no alcanzan niveles normales para este periodo, aunque los pronósticos para este trimestre apuntan a todo lo contrario, es decir, precipitaciones pluviales sobre lo normal.
Cabe señalar que ya el Ejecutivo (a través del Cenepred) advirtió recientemente que, entre enero y marzo de este año, en base al pronóstico de lluvias intensas que emitió el Senamhi, están en riesgo de ser afectados por huaicos e inundaciones más de 6 millones de personas en 21 regiones.
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Para conocer el impacto que tendrían esos pronósticos sobre el sector productivo agrario, Gestión consultó con el área especializada en Agrometeorología del Senamhi, que indica de efectos diversos que pueden tener esas previsiones sobre la actividad agrícola y pecuaria.
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Reportes de esta área advierten de diversos riesgos agroclimáticos para cultivos principales como el arroz, papa, maíz, frijol, café, cacao, entre otros, para el periodo entre enero y marzo.
En el caso del arroz, detallan que, en la costa norte, en este trimestre predominarán niveles de riesgo medio durante las etapas de desarrollo vegetativo y maduración de esos cultivos.
Sin embargo, advierten que esos niveles de riesgo podrían incrementarse, dependiendo del volumen de almacenamiento de los reservorios de agua de la costa norte.
En febrero, creen que habría un riesgo agroclimático medio, debido a que la temperatura estaría por encima de sus valores promedio y habría una mayor evapotranspiración, que podría conllevar condiciones ambientales desfavorables para el cultivo en etapa de floración.
En Piura, por ejemplo, indican, el nivel de riesgo agroclimático estaría en nivel medio para el cultivo que recién se va a sembrar o trasplantar, debido a que no se tendría un adecuado nivel de almacenamiento de agua en los reservorios de Poechos y San Lorenzo.
Riesgos para la papa
Para el caso de la papa, los reportes especializados consideran que los factores de riesgo para su cultivo en la zona costera se elevarían, ya que en este trimestre podrían surgir mayor presencia de plagas (ante mayor humedad) y un escaso desarrollo de tubérculos para la cosecha.
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Respecto a los cultivos de papa en zonas altoandinas, si bien en la sierra central no prevén contratiempos, estos sí podrían surgir en la sierra sur, pues, por ejemplo, en valles interandinos de Arequipa no se descarta que puedan ocurrir problemas fitosanitarios y un incremento de daños por eventos extremos como granizadas o heladas.
Plagas amenazarían al maíz
En cuanto a los cultivos de maíz, en la zona de costa avizoran que se podría afectar el estado fitosanitario de las plantas en sus fases vegetativas, al propiciar la presencia de plagas como el “gusano de tierra” y “cogollero”.
En la sierra central, por otro lado, también se prevén niveles de riesgo agroclimático de medio a alto. En Junín, por ejemplo, los cultivos de maíz amiláceo sembrados desde agosto fueron afectados por heladas y granizadas, además de la sequía.
Glicerio Canchari, experto en agrometeorología del Senamhi, explicó a Gestión que, de hacerse realidad los pronósticos de lluvias sobre lo normal, se podrían afectar algunos cultivos (por el exceso de humedad) y podrían darse huaicos e inundaciones.
Pero, en general, observó, podría significar el fin de la sequía, y favorecer a la mayoría de los cultivos en zonas altoandinas, como maíz, trigo, cebada, quinua, cañihua, entre otros. También sería favorable para la recuperación de pastizales naturales en las alturas, también afectados por la sequía.
Explicó que, si bien en diciembre surgieron algunas lluvias, estas hasta ahora están en niveles debajo de lo normal, y favorecieron en menor medida los cultivos sembrados en la campaña 2022-2023.
Esto último sucedió a tal punto, que, para Canchari, ante el retraso de la llegada de lluvias, algunos productores decidieron no realizar siembras en esta campaña. La expectativa, anotó, es que el fenómeno de La Niña (a la que se atribuye la ocurrencia de sequías) pueda concluir en este mes.
Según el Midagri, hasta noviembre, la superficie sembrada de los principales cultivos transitorios de la presente campaña tuvo una reducción de 18.8%, al alcanzar las 858,182 hectáreas, frente a poco más de 1 millón de has. en la campaña previa.