El Gobierno alcanzó un acuerdo con las comunidades campesinas que bloqueaban el acceso en el corredor minero del sur, y que afectaban las actividades de mina Antapaccay, en Cusco, aunque ahora surge el riesgo de que el proyecto Quellaveco, pueda enfrentar oposición de agrupaciones campesinas de la zona, según el Instituto de Ingenieros de Minas de Perú (IIMP).
La Presidencia del Consejo de ministros confirmó a Gestión que, en efecto, comunidades campesinas en la provincia de Espinar, en Cusco, cesaron el bloqueo a la vía conocida como Corredor Minero del Sur, después de cinco días de que iniciaran una huelga contra minera Antapaccay, ubicada en esa localidad.
Consulta previa
Once comunidades atacaron esta medida de fuerza en la zona de influencia directa del proyecto Integración Coroccohuayco, que es una iniciativa de la empresa Antapaccay y que se encuentra en revisión desde hace varios meses y reclamaron que el Gobierno habría abandonado el proceso de consulta previa que se requiere para la ejecución de proyectos mineros.
Vale recordar que el corredor minero del sur es utilizado por las empresas Las Bambas (Cotabambas-Apurímac; Hudbay Perú (Chumbivilcas) y Glencore Antapaccay (Espinar), y permite el transporte ferroviario de minerales de esas minas hasta la costa de Arequipa, para su embarque por el puerto de Matarani.
El Ejecutivo informó que este martes 20 se prevé desarrollar una reunión en Lima (con representantes de los comuneros) desde las 10 am, donde participarán autoridades del Ministerio de Energía y Minas, de la PCM, a través del Viceministerio de Gobernanza Territorial, y el premier Aníbal Torres, en la sede del Ministerio de Energía y Minas (Minem).
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Quellaveco en riesgo
Por otro lado, el director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), Miguel Cardozo, advirtió que está emergiendo ahora una amenaza de protestas de comunidades campesinas contra el megaproyecto cuprífero Quellaveco, ubicado en Moquegua.
Cabe destacar que ese proyecto, que demandó una inversión de US$ 5,300 millones a la empresa Anglo American, inició su construcción en el 2018 y actualmente ya está en fase de pruebas para iniciar la explotación de cobre a partir de este año.
Cardozo explicó que ahora las comunidades del valle de El Tambo (las mismas que se oponen al proyecto Tía María, de Southern Perú), ahora están cuestionando el uso del agua (para el proyecto Quellaveco) en una de las fuentes subsidiarias del río Tambo, en temor a una supuesta contaminación.
Contaminación previa al proyecto
Ello, se produce, anotó, a pesar de que ya las aguas de la zona están contaminadas por fuentes minerales naturales que surgen de la actividad volcánica en dicha zona, y que contienen boro y arsénico.
“Es conocido que los productos agrícolas que salen del valle del Tambo no pueden ser exportados por ese motivo, y desde siempre; nunca se han podido exportar por esa razón y se venden solo en el mercado local”, anotó el director del IIMP.
Sin embargo, añadió, los comuneros están hablando de que tienen miedo de que la mina les contamine sus aguas “cuando la mina lo que haría es más bien sacar las aguas para desintoxicarlas, y devolverlas limpias con lo cual se estaría más bien favoreciendo a la gente del valle”.
Posición de la empresa
Por su parte, Anglo American informó a Gestión que Quellaveco utilizará para sus operaciones agua del excedente de lluvias y aguas de origen volcánico, no aptas para consumo humano o agrícola. A cambio del agua con boro y arsénico que se tomará del río Titire, se devolverá desde la presa Vizcachas el recurso necesario para el afianzamiento hídrico de la población, explicó.
“Quellaveco no le restará agua a la cuenca ni al valle del Tambo, ya que el recurso que usará para su operación proviene principalmente de fuentes mineralizadas naturalmente y agua de lluvias almacenadas en una presa que incluso ayudará a mejorar la calidad de agua de la población y agricultura”, remarcó.
Para la operación de Quellaveco se requieren 22 millones de metros cúbicos anuales de recurso hídrico. La principal fuente de abastecimiento es el río Titire, cuyas aguas superan largamente los límites máximos permitidos de boro y arsénico, según los indicadores tanto de entidades competentes de las Naciones Unidas como de las autoridades peruanas.
Por esta razón, insistió la compañía, estas aguas no son consideradas aptas para ningún ser vivo, humano, animal o vegetal. Este fue un factor relevante para que la autoridad aprobara la propuesta de uso de agua para Quellaveco, aseveró.
En menor medida, se tomará agua de la presa Vizcachas, que tiene una capacidad para almacenar 60 millones de metros cúbicos. Fue construida por Anglo American principalmente para proporcionar agua fresca y de buena calidad al valle de Tambo en los meses de estiaje. El recurso que almacenará esta presa provendrá de los excedentes de agua que en temporada de lluvias termina en el mar sin ser utilizada por la población o agricultura.
“En otras palabras, Quellaveco entregará agua de buena calidad a cambio de agua que contiene altos niveles de boro y arsénico. Esto ayuda a la cuenca del Tambo a tener un mejor recurso”, resumió.