
La iniciativa permitiría, por un plazo de cinco años, la venta directa a pequeños agricultores, asociaciones, empresas agrarias, comité de campesinos y productores agropecuarios que acrediten posesión continua hasta el 31 de diciembre de 2019, extendiendo el plazo original que la ley general fijaba (era hasta el 2001).
Para ello, se indica que el Ministerio de Vivienda, Construcción y Saneamiento (MVCS) se encargará de determinar el valor de las tierras eriazas, cuando actualmente es la Agencia de Promoción de la Inversión Privada (ProInversión) la que se encarga de esto.
Con estas medidas, el dictamen afirma que se busca promover la reactivación económica agraria y la inversión privada. Sin embargo, previamente, en 2024, uno de los tres proyectos de ley que componen el dictamen ya había sido calificado como “no viable” por el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri).
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Opiniones desfavorables sobre ajustes a venta de tierras
Las opiniones desfavorables fueron del Despacho Viceministerial de Políticas y Supervisión del Desarrollo Agrario, como por el Despacho Viceministerial de Desarrollo de Agricultura Familiar e Infraestructura Agraria y Riego, que advertían que la iniciativa generaría riesgo de invasión, condicionaría la adquisición de tierras a los pequeños agricultores otorgándole oportunidades a las empresas agrícolas y podría repercutir en la viabilidad del Proyecto de Infraestructura Mayor de Chinecas.
“Si se adjudica la totalidad de las hectáreas libres del proyecto, generaría un riesgo que repercutiría en la sostenibilidad del Proyecto de Infraestructura Mayor de Chinecas que viene ejecutando el Gobierno Regional de Áncash con ProInversión, toda vez, que parte del financiamiento del proyecto es con los recursos obtenidos de las ventas del 70% de las tierras a través de subastas”, indicaron en el Memorando 805-2024-MIDAGRI-DVDAFIR/DGIHR-DG.

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¿Otros riesgos que tendría el proyecto?
Para Milton Von Hesse, exministro de agricultura, entregar la facultad de venta de tierras a Chinecas puede replicar errores del pasado, especialmente en un proyecto que no ha tenido un buen desempeño en las últimas décadas.
Von Hesse consideró que, al tener discrecionalidad para la venta de la tierra y el agua, se podría terminar por incentivar la especulación en lugar del desarrollo agroindustrial técnico.
“Van a poder tener discrecionalidad para la venta de la tierra y el agua. Cuando a la administración estos proyectos especiales se entrega la posibilidad de vender tierra, se vuelven juez y parte y lo que terminan pasando son escándalos de corrupción”, comentó a Gestión.
Las implicancias económicas no serían menores, pues se trata de un proyecto financiado con recursos públicos y podría llevar a que las tierras se asignen sin garantías de inversión real.
El exministro recordó el caso de Moquegua, con Lomas de Ilo, donde los funcionarios del propio gobierno regional terminaron como propietarios de las parcelas.
“No tienen ni el conocimiento, ni las espaldas financieras, ni la capacidad gerencial para desarrollar esos predios, sino que lo ven como una oportunidad de conseguir tierra barata rápidamente”, señaló,
Otro caso, indicó, fue el Majes Siguas I como un ejemplo de cómo la entrega de pequeños lotes a agricultores sin capacidades financieras ni técnicas terminó reduciendo el potencial del proyecto.

Laureano del Castillo, director ejecutivo del Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), coincidió en que los procesos de venta directa pueden abrir espacios para distorsiones.
“Podría volver a ocurrir fácilmente porque hay mucho interés en esa tierra (…) hay mucho dinero involucrado, entonces a la hora de hacer las bases (de adjudicación), evidentemente se puede generar distorsiones muy serias”, indicó.
Impacto en la viabilidad de Chinecas
Von Hesse señaló que el proyecto fue concebido como una irrigación orientada a la agricultura moderna y de exportación, justificando la gran inversión en infraestructura hidráulica, pero con un “modelo de venta discrecional”, ese horizonte cambia.
“Le quitas la viabilidad comercial al proyecto de largo plazo (…) Si la tierra se maneja como una dádiva política, entonces no va a haber ningún proceso dinámico de inversiones”, sostuvo.
Más allá del mecanismo de venta, indicó que Chinecas arrastra problemas de gestión que no se solucionarán otorgándole más poder discrecional. Uno de los principales problemas ha sido la gestión regional pues, consideró, desde que se transfirió al Gobierno Regional de Áncash, la administración de Chinecas no se ha caracterizado por ser transparente.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.








