
En el ámbito laboral, los sueldos suelen ser uno de los factores más sensibles y determinantes. Y, cuando se trata de ejecutivos —los líderes que conducen las empresas—, la relevancia no es menor.
Un estudio basado en la planilla electrónica del Ministerio de Trabajo y Promoción del Empleo (MTPE), y procesado por Vinatea & Toyama muestra que, en Lima, existen marcadas diferencias según el distrito en el que se ubiquen las compañías. Para efectos del análisis se consideraron 12 jurisdicciones. Además, se evidencia con claridad las brechas salariales por género.
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Un mapa desigual de las remuneraciones
En San Isidro, por ejemplo, los ejecutivos perciben en promedio S/ 18,144 mensuales (remuneraciones brutas), mientras que las ejecutivas reciben S/ 12,929.
En el otro extremo están las compañías de Pueblo Libre: los ejecutivos alcanzan los S/ 4,693, es decir, una cuarta parte de lo que gana un ejecutivo hombre en San Isidro. En tanto, las ejecutivas perciben S/ 3,757.
En una zona “intermedia” se ubica Surquillo, donde los ejecutivos hombres perciben S/ 10,830 y las mujeres S/ 8,382. En San Borja, las ejecutivas registran S/ 7,390 y los hombres S/ 11,865.
Estas cifras, elaboradas a partir del T-Registro y la planilla electrónica del MTPE, ilustran con claridad la disparidad en los sueldos ejecutivos dentro de una misma ciudad.
Para efectos de este estudio, consideran distritos de la llamada Lima Moderna: Barranco, Jesús María, La Molina, Lince, Magdalena del Mar, Pueblo Libre, Miraflores, San Borja, San Isidro, San Miguel, Santiago de Surco y Surquillo, según la clasificación de los Indicadores Distritales del MTPE.
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El peso del tamaño empresarial
Para Ricardo Valdiviezo, jefe del área de investigación y desarrollo de Vinatea & Toyama, el factor decisivo no es el distrito en sí, sino la concentración de grandes corporaciones.
“Las empresas más grandes, con mayor rentabilidad y utilidades, suelen ubicar a sus ejecutivos en zonas como San Isidro, donde están conglomerados financieros, aseguradoras y hasta oficinas administrativas de mineras. Eso explica por qué los promedios son mucho más altos”, señala.
En esa línea, recuerda que la estadística del MTPE no mide el lugar de residencia del trabajador, sino el centro de trabajo o domicilio fiscal de la empresa. Es decir, un ejecutivo puede vivir en otro distrito, pero su salario queda registrado donde se ubica la sede corporativa.

Políticas internas antes que regulación
Valdiviezo aclara que, en el caso de ejecutivos, las negociaciones colectivas o los beneficios sindicales no marcan la diferencia.
“Al ser trabajadores de dirección o confianza, la regulación tiene un peso mucho menor. Lo que importa son las políticas internas de compensación. Allí encontramos bonos por desempeño, stock options, pagos adicionales de utilidades y otros esquemas que buscan retener talento”, explica.
Ese diseño, sin embargo, no está exento de riesgos. El especialista advierte que el mayor desafío para las empresas es de carácter tributario-laboral: “Cuando se paga un bono o se entregan acciones, lo crítico es definir si son conceptos remunerativos o no. De eso depende si deben descontarse aportes a Essalud o AFP. En caso de fiscalización, la Sunat suele ser especialmente estricta”.
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El costo de vida: un factor secundario
Aunque podría pensarse que el costo de vida en determinados distritos influye en los salarios, Valdiviezo matiza esa idea. “No es un elemento determinante. En el caso de los ejecutivos, los ingresos responden más a la rentabilidad y políticas de la empresa que a cuánto cuesta vivir en la zona donde trabajan”, sostiene.
De hecho, la lógica de las remuneraciones en este segmento es distinta a la de empleados u obreros. Mientras que en los niveles medios y bajos el poder adquisitivo suele verse afectado por la inflación y por la evolución del índice de precios al consumidor (IPC), en los ejecutivos el impacto es menor porque sus compensaciones están diseñadas bajo esquemas más flexibles: bonos por desempeño, beneficios extraordinarios o paquetes atados a los resultados de la compañía.
En otras palabras, los ejecutivos pueden absorber mejor las variaciones en el costo de vida, lo que explica por qué esta variable no es prioritaria al momento de fijar sus sueldos.
“El costo de vida es un problema real, pero afecta más a trabajadores de ingresos bajos o medios, que no tienen mecanismos de compensación adicionales. En cambio, en el mundo ejecutivo, los incrementos salariales o incentivos responden a métricas corporativas y no a la canasta familiar”, puntualiza Valdiviezo.
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Brecha de género que no se cierra
Las cifras evidencian una desigualdad persistente: en San Isidro, los ejecutivos hombres perciben en promedio más de S/ 18 mil, mientras que las mujeres apenas alcanza los S/ 13 mil. Esta diferencia, lejos de reducirse, se mantiene constante en el tiempo.

Valdiviezo, advierte que el mercado formal no muestra señales de mejora. “La brecha no se ha cerrado; por el contrario, en algunos casos ha aumentado levemente. Las mujeres siguen concentrándose en cargos de menor jerarquía, lo que refleja el llamado ‘techo de cristal’”, explica.
La consecuencia es un círculo difícil de romper. “Los hombres han tenido más tiempo y espacio en posiciones ejecutivas privilegiadas, mientras que las mujeres recién comienzan a ocupar esos lugares. Esa diferencia de trayectoria también se traduce en una diferencia de ingresos”, sostiene Valdiviezo.
Superar este escenario requiere no solo políticas salariales más equitativas, sino también iniciativas concretas que impulsen a más mujeres hacia la alta dirección.
Para Valdiviezo, estas brechas no se limitan a un distrito, sino que forman parte de la estructura del mercado laboral peruano. “Se observan en todos los sectores, incluso en los considerados más feminizados como salud y servicios sociales, donde, pese a que la mayoría son mujeres, ellas ganan menos que los hombres”, sostiene.
Por ello, advierte que el reto no pasa solo por la ubicación geográfica o la concentración empresarial, sino por generar políticas de inclusión que permitan mayor acceso de mujeres a cargos de alta dirección.
Mientras tanto, las estadísticas confirman que, en Lima Moderna, los sueldos más altos siguen concentrándose en San Isidro, mientras que en otros distritos los niveles de ingreso muestran una realidad muy distinta.
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Abogado especialista encargado de Enfoque Legal en Diario Gestión - Actualmente, ocupa la posición de analista legal en el área de Economía en el Diario Gestión.