El Gobierno de Dina Boluarte le ha negado a la industria textil las salvaguardias. El miércoles, mediante un decreto, indicó que la importación de prendas de China y Bangladesh -que crece sostenidamente- no ha generado un “daño grave” a la producción nacional. Y, por ende, que no corresponde aplicar esas medidas, las cuales habrían gatillado un aumento transitorio de los aranceles de los mencionados productos si se aprobaban.
El Gobierno atribuye su decisión a un reciente informe técnico de la Comisión de Dumping del Indecopi que, efectivamente, determinó que “no es posible concluir que la rama de la producción nacional (RPN) ha experimentado un daño grave” a raíz del ingreso de textiles asiáticos. Sin embargo, esa misma comisión había dicho exactamente lo contrario tres meses antes.
Cambio de método
El informe que recomienda no aplicar las salvaguardias -en el que se ha basado el Gobierno- es de julio del año pasado. El que recomendó sí aplicarlas es de abril. ¿Qué cambió en tres meses? En el de abril se observa una fuerte caída en la producción nacional, que a su vez representa un porcentaje diminuto respecto a las importaciones asiáticas. En el de julio, en cambio, la producción nacional se mantiene estable y es mayor que el volumen de prendas extranjeras hasta el 2020 (ver gráficos).
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¿Por qué hay una diferencia tan marcada sobre los mismos periodos? Porque de un informe al otro, el Indecopi cambió la metodología para calcular la producción nacional. “El primer informe se basó en información pública de entidades del Gobierno peruano (...) A diferencia de ello, el segundo informe (informe final) se basó en los resultados obtenidos en una encuesta aplicada a productores de confecciones a nivel nacional”, detalla a Gestión la Comisión de Dumping, Subsidios y Eliminación de Barreras Comerciales No Arancelarias.
En concreto, para el primer informe Indecopi usó cifras de la Estadística Industrial Mensual del Ministerio de la Producción (Produce), la cual recoge datos de 102 grandes productores que constituyen el 35.4% de la industria. En cambio, para el segundo documento se usó una encuesta con “un muestreo efectivo de 649 empresas, que proporcionó datos completos sobre los principales indicadores de la industria nacional de confecciones”, dice la comisión.
Las 649 empresas que conformaron la muestra de dicha encuesta, en teoría, representan a un universo de 33,584 compañías textiles. Con este método se midieron también otros indicadores: la productividad, la inversión, el empleo, los salarios, etcétera. Según el informe, el cálculo de la producción nacional tiene un nivel de precisión estadística “aceptable”.
Más allá de considerarlo una mejor forma de medir, el Indecopi no informa por qué cambió de método entre informes.
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Cuestionamientos
El reglamento peruano sobre salvaguardias especifica que la producción nacional debe medirse con empresas que representen al 50%. “La encuesta tendría que aplicarse al 50% de la producción nacional. (La que se ha hecho) no puede ser representativa del sector. Si lo fuera, tendrían que incluir a la mitad que están en quiebra tras las dificultades de los últimos años. Y solo 30 podrían ser exportadoras”, dice Susana Saldaña, presidenta de la asociación de textileros Gamarra Perú.
El propio presidente del Indecopi, Julián Palacín, cuestionó la encuesta hecha por su institución en una entrevista con Exitosa el miércoles. “Cuando hemos tenido reuniones con los exministros, les hemos pedido que hagamos una ‘chancha’ para hacer la encuesta, contratar a una encuestadora, a Ipsos, hacer una encuesta real. La última (encuesta) la hemos hecho inhouse, sin recursos, con nuestros propios medios, no es igual”, aseveró.
Y agregó: “Estamos abiertos a que nos planteen hacer un nuevo estudio, pero por favor que se metan la mano al bolsillo el ministro de Producción, el de Comercio Exterior”. La comisión que elaboró el informe también detalla que solicitaron apoyo al Produce y al INEI, pero que les respondieron que ayudarlos no estaba entre sus prioridades.
Jessica Luna, gerenta general de Comex Perú, gremio que representa a algunos importadores de prendas asiáticas, está de acuerdo con la decisión del Gobierno. No obstante, cuestiona el otro extremo de los cálculos del Indecopi: el volumen de las importaciones.
“Es un análisis de importaciones distorsionado. Vemos que hay un error que ha persistido en el tiempo: analizan unidades (cantidad de prendas) y no valores (monto). Entonces mezclan casacas con manteles. “Una tercera parte (de las importaciones asiáticas calculadas) son medias”, critica.
Competitividad
“¿Si la industria está tan bien, nos pueden explicar por qué en Gamarra tenemos 20 mil locales vacíos y las mypes no pueden salir de la crisis?”, se pregunta Saldaña. Sin embargo, en Comex atribuyen la crisis del sector textil a la baja productividad de quienes venden al mercado interno.
“Al sector exportador le está yendo bien, creció 20% el año pasado. Es un sector más moderno, que está siendo eficiente, con mucha tecnología. La producción nacional enfocada en el mercado interno es atomizada, hay alta informalidad y está reclamando protección”, dice Luna. Y agrega que su gremio ha alcanzado medidas al Gobierno para aumentar la productividad de los textileros locales.
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Saldaña, en respuesta, considera que las empresas de textiles de China, que representan el 85% de las confecciones importadas al Perú, tienen mejores condiciones para producir que las peruanas. “El Gobierno chino da subsidios, beneficios tributarios, créditos a bajo costo”, replica.
Entre el 2016 y el 2021, el precio de la materia prima de las confecciones asiáticas -poliéster y algodón- ha subido, mientras que el precio de las prendas ha bajado. Una situación que, según el propio Indecopi, era impredecible para los productores nacionales, que definen sus precios de forma más acorde a la fluctuación de los insumos.
El Perú, además, es uno de los países con los menores aranceles a la importación de confecciones en la región. Según el informe preliminar del Indecopi, el arancel promedio para el ingreso de confecciones es de 11%, mientras que en países como Colombia, Ecuador o Brasil es de 40%, 24% y 35%, respectivamente. “El Perú tiene un arancel más bajo incluso que países que no tienen una industria (textil) relevante”, reclama Saldaña.
“La política arancelaria peruana, que la determina el Ministerio de Economía, está regida sobre todo por los tratados de libre comercio (TLC) que tenemos. Para China, cuando se negoció el TLC era esa la tasa y decidimos no bajarla. No se bajó ni se subió. Buscamos abrir mercado para nuestras exportaciones. El Perú es un mercado mucho más integrado al mundo, por ejemplo, que Colombia”, rebate Luna.