La actividad de alojamiento y restaurantes retrocedió por primera en al menos nueve trimestres. Se trata de una contracción ligera (-0.1%) en el tercer trimestre, pero que contrasta con las tasas de crecimiento registradas en los periodos anteriores, de acuerdo con el reporte del tercer trimestre del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI).
Las altas tasas en el 2021, incluso de hasta tres dígitos, reflejaron el “rebote” tras las cuarentenas rígidas por la pandemia del covid-19. En el 2022, todavía se mantenía la tendencia positiva, aunque más moderada. Y, ya en el 2023, cada trimestre empezó a desacelerarse la actividad con velocidad.
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Los detalles
En el tercer trimestre del 2023, se registró el retroceso del sector restaurantes (-0.2%). De hecho, desde el segundo trimestre del 2021 se registraron cifras positivas, y esta es la primera vez que pasa a terreno negativo. Esto se podría explicar, en parte, porque pese a una inflación que se acerca al rango meta (entre 1% y 3%), el consumo de las familias sigue débil y los ingresos reales aún no se recuperan.
“El sector restaurantes disminuyó como consecuencia de una menor demanda de las actividades de restaurantes y servicios móviles de comida, especialmente en los rubros de pollerías, comidas rápidas, chifas, carnes y parrillas, cevicherías, sandwicherías y comida japonesa, comida criolla, dulcerías, café restaurantes y pizzerías; por la disminución de los comensales, restricciones del estado de emergencia y aumento en los precios de los alimentos”, según el INEI.
Contrariamente, el sector alojamiento aumentó 0.5%, tras dos trimestres consecutivos de retroceso. Cabe recordar que el turismo fue muy golpeado la primera parte del año por las anomalías climáticas (ciclón Yaku y fenómeno de El Niño) así como por los conflictos sociales en la zona sur, lo que impactó negativamente en la ocupación de hoteles y hostales.
“El aumento del subsector alojamiento se sustenta por los feriados de julio por Fiestas Patrias y en agosto por Santa Rosa de Lima. También influyó un mayor flujo de turistas extranjeros en el Perú y una mayor afluencia del turismo interno, debido a la mayor oferta de los paquetes turísticos”, detalla INEI.
Acumulado al tercer trimestre de 2023, la actividad alojamiento y restaurantes acumuló un incremento de 3.4%: servicios de restaurantes aumentó 3.9%, pero alojamiento cayó 0.7%.
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Para José Silva Martinot, representante de la Unión de Gremios y Asociaciones de Restaurantes, la caída en restaurantes refleja la contracción en el consumo interno producto de la recesión. “La mayoría de los restaurantes estamos muy golpeados, todavía muy lejos de los niveles prepandemia. En el sector hotelero también, aunque han tenido una leve recuperación por mayor flujo del turismo”, señala.
Añadió que desde que el ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, anunció que el país se encontraba en recesión, la gente ha empezado a reducir sus gastos en restaurantes. “Quien antes salía todos los domingos a comer a un restaurante, ahora lo hace una vez al mes. Quien iba a un restaurante de ticket medio, ahora va a un restaurante de un ticket medio bajo”, detalló.
Destacó que a pesar de la reducción de la tasa de inflación, los precios de los insumos de restaurantes no han regresado a sus niveles prepandemia, lo cual presiona los márgenes de los empresarios del rubro. “En general los costos se han incrementado muy por encima de lo que los restaurantes pueden trasladarle a los clientes. Muchos restaurantes han optado por cerrar”, señaló Silva.
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La recta final del 2023
En el último tramo del 2023, los indicadores parecen ser ajenos a una recuperación. El Índice Big Data de Consumo del BBVA Research para Perú, mide -entre otros temas- el consumo con tarjeta de crédito o débito sobre diferentes componentes, y de cara al inicio del cuarto trimestre la data de octubre muestra una caída en el gasto en restaurantes y alojamientos.
En el caso de restaurantes, el consumo con tarjeta se contrajo 13.5%, su mayor caída en el año. De hecho, sigue una tendencia negativa desde el segundo trimestre de este año. En contraparte, el gasto en alojamientos retrocedió 11.2%, moderando su caída después que en septiembre “tocara fondo” y retrocediera 16.5%.
Esto podría ser un reflejo de que al menos los resultados oficiales de inicios del cuarto trimestre mostrarán aún un desempeño débil o menos dinámico para la actividad de alojamiento y restaurantes.
De hecho, Silva Martinot espera que el sector empiece a recuperarse todavía en el segundo trimestre del 2024, alineado con el rebote esperado para el resto de la economía peruana.
Bachiller en Economía y Negocios Internacionales de la Universidad ESAN y especialista en Sostenibilidad por la Pacífico Business School. Fue analista de Sectores y Empresas y del Content Lab de Semana Económica. Actualmente es redactora senior de economía en Gestión.