La tentativa recuperación económica de América Latina desde la recesión histórica desatada por el coronavirus enfrenta crecientes dudas acerca de los gigantescos agujeros presupuestarios y la disminución de la confianza de los inversores, mostró un sondeo de Reuters.
La región se vio particularmente golpeada por la pandemia, ya que Brasil, Argentina, Colombia, Perú y México se ubican entre los 10 países con más infecciones y además reportan cifras de fallecidos muy elevadas.
Ahora, Brasil y México pudieron aplanar sus curvas COVID-19, y sus economías están dando algunas señales de vida, en momentos en que la actividad brasileña repunta más rápido de lo previsto y su vecino del norte toca fondo.
Pero la mejora de Brasil está alimentada por un masivo impulso de gasto público que comienza a generar ansiedad entre los inversores. En México el clima de negocios también continúa frágil, por la adopción de una estrategia totalmente opuesta, un marco de políticas demasiado rígido.
Las preocupaciones sobre el futuro del llamado techo fiscal, la piedra angular del programa económico del presidente Jair Bolsonaro, han dañado a los mercados brasileños debido a la confusión acerca de cómo se financiaría un nuevo programa de ayuda social.
“El techo del gasto continuará bajo amenaza si no hay voluntad para alterar los gastos obligatorios y/o reasignar beneficios sociales existentes”, dijeron los analistas de XP Investimentos en su último reporte mensual.
“La presión política continuará, tanto para un nuevo programa social como para mayores inversiones esta incertidumbre podría limitar el desempeño de la economía brasileña y sus activos financieros en los próximos trimestres”.
En el sondeo, la mediana de las estimaciones de 36 economistas apuntó a un crecimiento de 3.5% el próximo año, la misma predicción que en julio. Pero la contracción prevista para este año se moderó a -5.1% desde -6.4%.
Los analistas aún prevén que el déficit primario brasileño se contraiga a 3.7% del Producto Bruto Interno en el 2021, en línea con las promesas oficiales de reajustar gradualmente el presupuesto desde la brecha actual de 8.5%.
Sin embargo, el retorno a la austeridad vendría acompañado de una tasa de desempleo promedio de 14,1% en los cálculos de los economistas, un escenario poco agradable que Bolsonaro probablemente tratará de evitar antes de los comicios del 2022, cuando podría buscar la reelección.
A diferencia de la visión relativamente optimista sobre Brasil, la moral económica sigue disipándose en México, a la vez que Argentina atraviesa una crisis de confianza que podría anticipar más dificultades hacia adelante.
El panorama para el crecimiento de México el próximo año fue elevado a 3,5% desde 3,0% en julio, pero la proyección mediana para la recesión de este año se deterioró a 9.9% desde 9%, un cambio grande que indica que el repunte esperado podría ser más flojo.
“México es una economía abierta que depende mucho del comercio con Estados Unidos, y la alta incertidumbre en torno a la elección de noviembre, y la trayectoria de la pandemia, generan mucho riesgo”, dijo Elijah Oliveros-Rosen, economista senior para América Latina de S&P Global Ratings.
“Además, si no se resuelve la evolución negativa en la inversión en México, las tasas de crecimiento económico podrían continuar siendo muy bajas por varios años”, agregó.