Además de que el barril de petróleo pasó los US$ 100, su máximo histórico en siete años, el precio del gas natural en Europa también se disparó en 35% en el primer día de la invasión rusa a Ucrania; en un contexto en el que Rusia es el principal abastecedor de dicho hidrocarburo en el continente europeo, por lo que la seguridad energética está amenazada. Países exportadores, como Perú, podrían asumir un rol clave.
En lo que va de este 2022, Perú registra el despacho de nueve embarques de gas natural licuado (GNL), tres de ellos al Reino Unido -ante la demanda por el invierno europeo- y el resto, a Japón, Corea del Sur y Taiwán, según reporte de Perupetro.
El gas peruano que se exporta se extrae del Lote 56 (Pluspetrol) y 57 (Repsol) ubicados en la selva sur peruana. En diciembre del 2021, el Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) informó que hubo un incremento en el volumen del hidrocarburo transportado para exportación, alcanzando los 678.91 millones de pies cúbicos al día, mientras que para el consumo interno fue de 597.21 millones de pies cúbicos.
“Si el comercializador quisiera podría destinar todo (los más de 600 millones de pies cúbicos de gas natural) a Europa”, explica Víctor Murillo, ex viceministro de Hidrocarburos del Ministerio de Energía y Minas (Minem). Sin embargo, no podría incrementar el volumen de exportación por las actuales condiciones del contrato.
Las cuales también podrían cambiar. El actual Gobierno ha propuesto que no se exporte gas natural más allá del 2028, en un contexto en el que el mundo habla de una transición energética y hay una ventana de por lo menos 20 años más para aprovechar el gas natural a nivel local y en el mercado internacional.
Durante la campaña electoral, Perú Libre, el partido del presidente Pedro Castillo, tuvo dos posturas sobre la explotación del gas natural. Durante la primera vuelta electoral propuso la nacionalización del gas, pero en la segunda fase de las elecciones, apuntó al discurso de “gas para todos”, proponiendo el relanzamiento del Gasoducto Sur Peruano (GSP), ahora llamado Sistema Integrado de Transporte de Gas (SIT Gas).
Justamente, Carlos Herrera Descalzi, ex titular del Minem, también dijo a Gestión.pe que las instalaciones para licuefacción del gas natural hoy tienen sus límites, pues su capacidad no se ampliará hasta que se garantice el suministro y al menos, por el momento, la demanda nacional de gas solo se ha recuperado en el sector residencial y comercial pero no en el industrial, por la coyuntura política en el país.
No cerrar exportaciones
A más de 14,000 kilómetros de distancia de la invasión de Rusia a Ucrania, los especialistas proyectan para Perú un efecto mixto del conflicto. Por un lado, el incremento de la inflación ante la subida internacional del precio de las materias primas y un año extraordinario en el precio del gas natural (Perú sería el segundo país con mayor cantidad de reservas de gas natural de Centroamérica y Sudamérica).
“Más allá de la guerra, ya teníamos un contexto extraordinario para el sector energético pero el gobierno actual prioriza la crisis política a impulsar una política energética que dé desarrollo al país y atienda el posible desabastecimiento europeo”, anota Melvin Escudero, economista y profesor de la Escuela de Postgrado de la Universidad del Pacífico.
En esa línea, Murillo señala que impulsar hoy el SIT Gas “sería una forma de poner en valor comercial los recursos del Lote 58 (que se mantienen como recursos de contingencia), pero para ello se requiere generar confianza en los inversionistas para también continuar con más exploraciones de gas hacia Madre de Dios. También se debe acelerar la construcción de redes en ciudades como Cusco, Ayacucho, Pucallpa, no puedes detenerte”, comentó.
En su opinión, el gasoducto tampoco puede estar diseñado solo para cubrir la demanda nacional. “¿Por qué no seguir pensando en la exportación cuando hay varios países que hablan de transición energética”, dijo.
Pese a ello, Herrera Descalzi mantiene otra posición. Afirma que el SIT-Gas no sería viable considerando que solo quedan 18 años para que se venza el contrato y no hay una certeza respecto a las reservas probadas -según dijo, la Comisión Multisectorial habría reportado que solo existirían 10 TCF, los cuales se consumirían antes del 2040- que garanticen el recurso para suministrar al proyecto. Señala que las reservas en el Lote 58 serían insuficientes.
A ello se suma que no hay nuevos proyectos de exploración, pese a que zonas potenciales están en la selva sur pero que las empresas interesadas difícilmente obtendrían el permiso de los ministerios del Ambiente (Minam) o de Cultura (Mincul) por estar cerca a áreas protegidas.
En la víspera, México informaba que ante una posible subida del precio del gas se vería obligado a generar su propia energía eléctrica.