El Instituto Peruano de Economía (IPE) advirtió que la crisis agrícola está colocando en riesgo los ingresos de dos millones de trabajadores del sector. Es que, según datos del Instituto de Estadística e Informática (INEI), la actividad agrícola cayó más de 20% en último año, entre mayo del 2022 y abril del 2023.
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Es así que el Instituto Peruano de Economía (IPE) señaló que se trata de la mayor contracción del sector en las últimas tres décadas, tras lluvias en el norte, las sequías en la sierra y la alza en el costo de los fertilizantes.
Datos del INEI indican que los cultivos están reportando menores niveles de producción son: papa (-35.15%), quinua (-81.80%), aceituna (-42.33%), alfalfa (-21.14%), maíz amarillo duro (-22.41%), maíz amiláceo (-36.49%), caña de azúcar (-21.80%), cebada grano (-89.74%), plátano (-10.69%), cacao (-9.68%), haba grano seco (-51.26%), cebolla (-26.66%), olluco (-30.54%), espárrago (-6.58%) y maíz choclo (-8.44%).
En el caso de la papa, su producción cayó más este año, a comparación de las últimas cinco campañas.
Es así que Victor Fuentes, economista jefe del IPE, afirma que el precio de estos alimentos podría verse afectado estos meses.
“El impacto de estos eventos sobre el precio va a depender de las cosechas en mayo y junio. De sostenerse una menor producción, podría contribuir a que la inflación se demore en ajustarse”, sostiene a RPP.
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Problemas con los agricultores
La situación no solo afectaría a consumidores, sino que los agricultores serán los más perjudicados, pues ya vienen enfrentando años difíciles.
El estudio de la IPE afirma que esta crisis agrícola colocará en riesgo los ingresos de las familias de unos 2 millones de trabajadores que se dedican a la agricultura.
La situación es crítica teniendo en cuenta que esto hace más complicado que se reduzca la pobreza, de acuerdo al Centro Peruano de Estudios Sociales (CEPES), la cual afecta a cuatro de cada diez agricultores en Perú.
“En el corto plazo y de manera urgente, es necesario que el Estado mejore la manera en que se previenen choques adversos de este tipo (ejemplo claro es la ineficiencia en la compra de fertilizantes)”, concluye Fuentes.