Una serie de protestas mineras en Perú desató nerviosismo en los mercados del país en una nueva prueba de fuego para el presidente Pedro Castillo, quien envió el martes funcionarios a la enorme mina de cobre Antamina para desactivar una manifestación que obligó al yacimiento a suspender operaciones.
La moneda y la bolsa del segundo mayor productor mundial de cobre se debilitaron en la jornada y los operadores señalaron al conflicto en Antamina como la razón del revés de los mercados.
Antamina, que tiene como accionistas a Glencore y a BHP, cada uno con 33.75%, y a Teck con 22.5% y a Mitsubishi con 10%, suspendió sus operaciones el domingo luego de varios días de bloqueo de una carretera usada por la empresa; mientras que el mayor grupo de la industria denunció una “espiral de protestas” en el sector.
Castillo, que asumió la presidencia en julio, ganó las elecciones con un abrumador apoyo de residentes cercanos a las zonas de yacimientos mineros, comprometiéndose a redistribuir mejor los beneficios por la explotación de los recursos.
Las comunidades se han quejado durante muchos años de que el auge del país por las mineras no ha llegado a los más pobres.
El ministro de Energía y Minas de Perú, Eduardo González, junto a otros funcionarios, se dirigieron el martes a la comunidad de Aquia, a unos 60 kilómetros de Antamina en la región andina de Ancash, dijo el gobierno en Twitter, con el objetivo de “coordinar la instalación de una Mesa de Diálogo para atender las demandas manifestadas por la población”.
Más temprano, el presidente de la comunidad de Aquia, Adán Damián, manifestó que no levantarían el bloqueo antes de comenzar el diálogo con el Gobierno o la empresa. “No tendremos diálogo si viene con condiciones”, dijo.
Los residentes de Aquia alegan que Antamina no ha pagado por completo las tierras comunitarias que compró hace dos décadas para construir una carretera que conduce al yacimiento y un mineroducto que transporta mineral hacia la costa del Pacífico.
La minería es la principal fuente de ingresos fiscales para la nación andina, que tiene una cartera de futuros proyectos mineros que el gobierno estima en US$ 56,000 millones.
“Hay que poner orden”
El presidente del Banco Central de Reserva (BCR), Julio Velarde, declaró que la ola de conflictos mineros se había acentuado y que estaba afectando “la percepción de país en cuanto a las inversiones futuras”.
“Hay que poner orden”, invocó Velarde, tras jurar como presidente del banco para otro periodo de cinco años.
A la protesta de Antamina se suman los recientes conflictos en la mina Constancia de Hudbay Minerals, en Las Bambas de MMG Ltd, y Antapaccay de Glencore que encaran bloqueos de carreteras de pobladores que exigen más beneficios.
El viernes, el campamento de una pequeña productora de oro fue incendiado en otra protesta.
“No se justifica en ningún caso la violencia”, dijo Velarde. El jefe del banco central agregó que “no es la mejor noticia para las mineras y que las consecuencias que podría tener (las protestas) son muy pronto para analizarlas”.
Al cierre de las operaciones cambiarias, el sol bajó 0.43% a 4.008/4.009 unidades por dólar, pese a la intervención del banco central que vendió US$ 270 millones, con los inversionistas nerviosos por las protestas.
En tanto, el referencial de la Bolsa de Lima perdía un 0.57%, a 548.75 puntos.
“Continúa siendo protagonista el ámbito político. Lo que hemos visto el fin de semana y el feriado largo son noticias bastante negativas en el tema económico, ya que ha habido una para en la producción en la mina más grande de cobre de Perú”, dijo un operador de mesa de dinero de un banco en Lima.
La minería es responsable del 60% de las exportaciones de Perú.