El 25% de la deforestación de la Amazonía está relacionada con el café y ante ello aplicar modelos de caficultura climáticamente inteligente y libre de deforestación, hoy por hoy, es clave para el medioambiente.
Precisamente, a fin de incentivar este tipo de producción Rabobank en alianza con la organización internacional Solidaridad han desarrollado un proyecto piloto de incentivos financieros por S/ 550 para cafetaleros que implementen un modelo de negocio bajo sistemas agroforestales a través de la validación de las buenas prácticas de una agricultura regenerativa e inteligente, comenta Ada Lis Rosell, gerente país de Solidaridad.
“Este modelo de producción que estamos impulsando en la zona de la Amazonía genera mejoras en la calidad de la tasa de café y, en sí es un hito en el sector cafetalero en el Perú porque el caficultor mas allá de mejorar la productividad en un 20%, tendrá un ingreso adicional por sus buenas prácticas, lo cual es importante porque el café está relacionado con la deforestación”, detalla.
Revela que, a la fecha, ya se ha otorgado este bono a 17 productores de la zona de San Martín (Moyobamba), pero el plan en Perú es llegar por lo menos a más de 5,000 productores de otras zonas cafetaleras en los próximos dos años (2022) destinando para ello S/ 2.75 millones.
“Si queremos como país mantenernos e incluso tener más oportunidades a nivel de los mercados internacionales, tenemos que demostrar que el café peruano es libre de deforestación”, enfatiza.
Retos del café
Rosell señala que los problemas más significativos de la industria peruana del café son la baja productividad y la calidad del mismo los mismos que están contemplados en el Plan Nacional del Café.
Este documento revela que la baja producción por hectárea, 13 quintales por hectárea en promedio, es uno de los factores de mayor preocupación en materia de política agraria.
“Esto es bajo, con estos indicadores los productores pueden llegar a 30, 40 y 50 quintales por héctarea, en Villa Rica hay productores que producen 80 quintales por hectárea por ejemplo”, indica.
Explica que para el caso del café esta variable cobra aún mayor importancia al tratarse de un producto que se comercializa en el mercado de commodities, ya que la capacidad que tienen los países productores para negociar los precios de venta es prácticamente nula.
Por este motivo, las acciones orientadas a aumentar los ingresos de las familias cafetaleras deben centrarse, principalmente, en mejorar los niveles de producción y eficiencia en el manejo del cultivo, enfatiza.
“La escasa capacidad técnica de los productores, la elevada incidencia y severidad de las plagas y la deforestación en fincas cafetaleras han sido identificadas como las principales causas de la baja productividad”, acota.
Además, afirma que solo por mejorar la calidad del café un productor puede recibir 30% más en precio, y si a eso se le suma las buenas prácticas asociadas a un factor de libre de deforestación bajo sistemas agroforestales reciben un bono y este bono está asociado a los mercados de carbono.
“Con esta iniciativa de Rabobank se puede dar un incentivo de bonos de carbono a un solo productor, con lo cual demostraría que no deforesta, porque al final del día, eso es lo que le va a permitir al Perú en el corto plazo mantenerse y posicionarse en mercados internacionales”, sostiene.
Afirma que ya desde el año pasado, por ejemplo, la Unión Europea está eligiendo a sus proveedores (tostadores que compran de Perú, Colombia, entre otros) sobre la base o teniendo como requisito la libre deforestación.