Aunque los productores de banano orgánico del país hasta el momento no hayan visto afectados sus cultivos por la plaga Fusarium, que ha sido aislada en la media hectárea donde se detectó, este sector afronta un incremento de sus costos al implementar las medidas de bioseguridad para prevenir el contagio de esta letal plaga.
Los costos de producción del banano orgánico se han elevado en promedio 5 o 6% tras haberse detectado hace semanas un foco infeccioso de Fusarium Raza 4 Tropical en el país, indicó Oscar Raymundo, gerente general de la Asociación de Productores Orgánicos de Querecotillo. Precisamente en este distrito de la provincia de Sullana (Piura) fue detectado el primer foco de Fusarium Raza 4 Tropical por el Servicio Nacional de Sanidad Agraria del Perú (Senasa) durante la primera quincena de abril.
“Con el nuevo sistema logístico para cosecha, empaque, transporte y sistema de desinfección requerido, además de la capacitación de los productores, los costos se han elevado en hasta 6%. Se trata de un plan que será permanente, pues este hongo puede permanecer muchos años en la tierra”, dijo Raymundo a gestion.pe.
Estos sobrecostos se añaden a los que ya había generado la pandemia del COVID-19, de un 4%, pues las medidas de prevención incluyen gastos en mascarillas, alcohol, etc., además de la atención al personal, según Raymundo.
El hongo Fusarium Raza 4 causa la enfermedad conocida popularmente como “el mal de Panamá” y puede permanecer en el suelo hasta por 30 años, atacando las raíces de la variedad de banano Cavendish y del plátano convencional. Aunque no afecta la salud de los seres humanos, si logra propagarse puede acabar con la producción de estas frutas.
La gran preocupación que ha despertado este hongo tras su aparición en Colombia, en agosto de 2019, y en el Perú, se basa en la facilidad con la que se propaga a través del viento, el calzado o incluso la ropa, por lo cual resulta muy difícil de eliminar.
Josué Carrasco, titular de la Subdirección de Proyectos Fitosanitarios del Senasa, confirmó que esta entidad está asesorando a los productores para que cumplan los protocolos de bioseguridad, cuyos costos corren por cuenta de los agricultores. “Aquí un factor clave para prevenir los contagios es la participación del productor principalmente para que adopte medidas bioseguridad”, dijo a gestion.pe.
Además, el Senasa ha delimitado, como zona de influencia del foco infeccioso, unas 70 hectáreas dentro del distrito de Querecotillo. “Alrededor del brote hay un área de influencia delimitada por razones cuarentenarias. Cualquier material vegetativo que se intente sacar de allí es destruido, no puede salir”, explicó.
Por otro lado, sostuvo que la presencia de Fusarium Raza 4 Tropical en el Perú no debería ocasionar dificultades en los mercados de destino del banano, pues está comprobado científicamente que el contagio no ocurre por medio del fruto, sino de la planta. Sin embargo, hace pocos días se anunció que República Dominicana suspendería las importaciones de raíces, tubérculos, rizomas y material de siembra del banano procedentes de países afectados por la plaga, como Colombia y Perú.
Al respecto, Carrasco aseguró que esta no ha sido una medida oficial y que la prohibición no se ha hecho efectiva. “Tomamos la iniciativa de dialogar con nuestros homólogos de República Dominicana y así supimos que en realidad no ha habido ninguna comunicación oficial de las autoridades de este país sobre esta prohibición”, explicó.
Perú cuenta con alrededor de 170,000 hectáreas de plátano convencional y banano orgánico que podría resultar gravemente afectadas o arrasadas por este hongo. Las más de 160,000 ha de plátano en el 2018 produjeron 2′194,876 toneladas de este fruto destinado al consumo interno. Las principales regiones productoras de plátano son San Martín, Piura, Loreto y Huánuco. A estas se suman las más de 10,000 hectáreas de banano orgánico (sin uso de agroquímicos), cultivadas con fines de exportación.