La detección de los primeros casos de coronavirus en el Perú coincidió con el periodo de vendimia (febrero - marzo). Por ello, las medidas de aislamiento y la paralización de la mayoría de las actividades económicas han golpeado la producción anual del pisco, que caería por lo menos 30% en el 2020, de acuerdo con estimaciones de la Academia Peruana del Pisco.
“La producción va a ser mucho menor a la del año pasado, la caída va a ser de por lo menos el 30%, de todas maneras; y de las ventas nadie lo sabe aún”, dijo Martín Santa María, presidente de la Academia Peruana del Pisco, a Gestion.pe.
Antes de que la pandemia afectara al país, el sector esperaba crecer 10% este año, pero gran parte de los cultivos de uva pisquera no llegó a pasar por el proceso de destilación, porque la producción de pisco está excluida de las actividades esenciales que pueden desempeñarse durante la cuarentena.
Sin embargo, desde hace pocas semanas el Ministerio de la Producción (Produce) empezó a otorgar permisos a los productores agremiados de pisco para elaborar esta bebida y de ese modo salvar la cosecha anual. Pero muchos de los productores no agremiados, sobre todo los más pequeños, no accedieron a estos permisos a tiempo. Los productores de uva y pisco no tuvieron más opción que vender su cosecha como productos para su consumo en forma de fruta. Y los productores únicamente de pisco, no de las uvas, decidieron no comprarla, lo que afectó a los agricultores.
“Si bien varios productores, con muchas restricciones, han podido procesar parte de su producción, va a haber una producción mucho menor que otros años, porque muchos productores compran la materia prima y, al ver que va a haber menores ventas producto de una apertura tardía de los mercados, no van a producir lo mismo que producían todos los años. Si no, tendrían que hacer una inversión enorme para no recuperarla en ventas”, agregó.
Sin exportaciones
Mientras en el mercado interno no está permitida la comercialización de bebidas alcohólicas, entre ellas el pisco, los productores tampoco pueden destinarlo a la exportación, porque los principales mercados internacionales del pisco peruano están en gran medida paralizados.
“Ningún país va a querer importar pisco en estos momentos, porque las personas están en sus casas y solo se abastecen de productos de primera necesidad. China y Estados Unidos, que son nuestros principales mercados, están muy golpeados por la situación”, señaló Santa María.
Asimismo, no espera que las ventas de pisco despeguen rápidamente en el Perú cuando se vayan levantando las restricciones, puesto que se trata de un bien suntuario, que no será una prioridad para la población que en su mayoría está viéndose muy afectada económicamente.
Agricultores afectados
Por su parte, José Moquillaza, embajador de la Marca Perú para el pisco, sostiene que los más afectados en esta cadena de producción son los más de 20,000 agricultores y parceleros, que tienen una o dos hectáreas de uvas pisqueras en promedio.
“Los agricultores han tenido que salir a vender a cualquier precio sus uvas pisqueras. Ellos necesitan un bono que compense sus pérdidas. Las bodegas tienen pérdida de liquidez porque guardan su producción para cuando puedan venderla, pero los agricultores registran verdaderas pérdidas”, indicó a Gestion.pe.
En la misma línea, Marco Zúñiga, presidente de la Asociación Nacional de Productores de Pisco, consideró que “debería hacerse una excepción” con la comercialización del pisco y el vino y darles el mismo tratamiento que a los productos de primera necesidad, por ser bebidas cuya elaboración tiene un mayor impacto social, al involucrar mayor mano de obra, que otros licores.
“Queremos un tratamiento especial, diferenciado, que permita la comercialización de estos productos junto con los esenciales, por ser productos de origen netamente agrícola, no se les puede meter en el mismo saco que el ron o el vodka, con los que tampoco tienen posibilidades de competir”, dijo a Gestion.pe.
Moquillaza advierte que muchos de los pequeños productores de pisco posiblemente no calificarían al programa de garantías para créditos “Reactiva Perú” y sugiere diseñar un producto específico para apoyar este tipo de industria.
De la misma opinión es Santa María: “El Gobierno debería dar medidas específicas para este sector, por tratarse de un producto bandera, como créditos blandos o facilidades de pago de los impuestos”.
Zúñiga calcula que año a año se producen en el país entre seis y 10 millones de litros de pisco, pero este año el volumen sería menor. “Estimamos que son más de 5 millones de litros de pisco en juego. Gran parte de los productores puede cerrar.”, expresó.
José Moquillaza agrega que ”parte de los productores están en un riesgo grande de desaparecer. Si alguien vende su viñedo para que se construya una urbanización, por ejemplo, (esa producción) se pierde para siempre”.
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