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La producción de electricidad alcanzó en noviembre pasado los 5,085 gigavatios por hora (GWh), lo que denota un aumento de 5.6% respecto de igual mes del 2021, y el crecimiento más alto en lo que va del año, según el último reporte emitido por el Ministerio de Energía y Minas (Minem).
Sin embargo, el documento reconoce que esa mayor generación -que obedece a un incremento de la demanda en igual proporción (5.6% en noviembre)- es cubierta a su vez con más centrales de alto costo que en igual mes del año pasado.
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En detalle, en el undécimo mes del 2022, la mayor generación se produjo con centrales térmicas a gas natural, las cuales produjeron 3,015 gigavatios por hora (GWh), con un incremento de 45% frente a igual periodo del 2021.
En cambio, la producción con centrales hidroeléctricas alcanzó sólo 1,856 GWh, con una contracción de 26% en comparación con noviembre del año pasado, atribuible a la sequía que afectó al país en los últimos meses.
A su vez, para compensar la menor operación con plantas hidráulicas, se ha incrementado la generación con diésel en los últimos meses, de forma que en octubre su uso ya había crecido 8%, y ese mismo comportamiento se agudizó en noviembre, cuando su consumo subió en 12%.
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Tendencia de mayor costo se mantendría
Además, si bien en el país se reportan incrementos en las lluvias y se avizora el fin de la sequía, las precipitaciones aún son incipientes y no se reflejan en los caudales de los ríos que alimentan las centrales hidroeléctricas, sobre todo las ubicadas en la zona centro del país, donde se concentra la mayor parte de la capacidad instalada de generación hidráulica.
Según el Senamhi, el caudal del río Rímac aún se encuentra con 21.50 metros cúbicos por segundo, y pronostica que llegaría a los 30 metros cúbicos a fines de mes, es decir, aún lejos del promedio de 90 metros cúbicos de caudal en condiciones normales.
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Además, el sistema de lagunas en las partes altas del departamento de Lima y que se alimentan de la cuenca del Mantaro, se encontraban en las últimas semanas aún al 24.51% de su capacidad de almacenaje total de agua (361.4 millones de metros cúbicos).
El Senamhi estima ocurrencia de lluvias de enero a marzo del 2023 en la cuenca del Rímac con un 44% de probabilidad de que sean superiores de lo normal; un 31%,de que sean normales; y 25%, de que sean inferiores a lo normal.
Costos de electricidad seguirían altos
En esa línea, Abraham Levi, experto de Ambiental Andina, señala que, en efecto, los caudales de los ríos que alimentan a las principales empresas de generación hidroeléctrica todavía no alcanzan sus volúmenes (normales), como para permitir reducir los costos marginales de la electricidad.
“(Esos costos) se mantienen altos, habida cuenta que hubo que usar máquinas (de generación) con Diésel, para producir energía, como consecuencia de la falta de agua. Si los costos siguen elevados, más adelante eso se verá reflejado en los recibos de luz”, advirtió.
Explicó que aún se esperan mayores caudales e incremento de los niveles de agua para los reservorios (y para hidroeléctricas) en lo que resta del verano e incluso hasta el otoño.
Sobre el particular, el ex viceministro de Energía, Pedro Gamio, señaló que la mayor preocupación hoy es que la generación eléctrica dependa en un 65% de la producción de térmicas a gas natural, lo que se explica porque hay mucha mayor demanda de ese combustible de lo que estaba previsto.
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Gamio consideró que el mayor costo de la generación afectaría no tanto al mercado regulado, sino particularmente a los clientes libres del mercado eléctrico, es decir, grandes consumidores (empresas) que pactan el precio de la electricidad con generadoras o distribuidoras eléctricas.
Pero, acotó, el mayor o menor impacto (aumento de precio de la luz) dependerá del tipo de contrato que hayan suscrito las partes, en referencia a contratos con cláusulas que permiten trasladar los mayores costos de producción al precio final.
En el mercado existen cerca de 2,500 clientes libres, en su mayor parte empresas mineras, centros comerciales, grandes industrias, entre otros consumidores que hacen uso intensivo de la electricidad en sus procesos productivos.
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