
La producción de arroz cáscara en el Perú experimentó una caída significativa durante los primeros meses de 2025. Según datos recopilados por el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP), la producción se desplomó en 17.2% entre enero y abril.
En promedio, los datos evidencian que en seis de los últimos nueve meses, la producción de arroz viene siendo negativa. Esta tendencia se veía desde septiembre del 2024 debido a un déficit de lluvias.
Pese a una ligera recuperación alcanzada en los meses de febrero y marzo, la producción de arroz volvió a reportar una fuerte contracción de 43.9% en abril, es decir, cayó a casi la mitad.
Esta menor producción ya podía advertir con lo que preveía la Encuesta Nacional de Intención de Siembra (ENIS) del Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) para la campaña 2024-2025. Para esta temporada, se estimaban que la siembra de arroz se iba a reducir en 21,475 hectáreas menos.
La última evaluación de siembras del Midagri indicaba que, entre agosto a marzo de la campaña agrícola 2024/2025 se sembraron 335,718 hectáreas, lo cual aún estaba 0.4% por debajo del promedio esperado.

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¿Qué pasó en los últimos meses?
La producción del arroz presenta un contraste entre las regiones de la costa y la selva del país.
Aunque la producción en la selva -actualmente la principal productora de arroz del Perú- no estaría mostrando dificultades, los problemas en la costa habrían afectado los resultados promedio, señaló Edwin Edquen, coordinador de la Asociación Peruana de Productores de Arroz (APEAR).
En la costa, específicamente en Piura, la producción ha sufrido una disminución debido al cambio climático y problemas con el abastecimiento de agua, lo que ha retrasado las siembras.
“Piura (la segunda región productora de arroz) había tenido problemas por el abastecimiento de agua en el reservorio de Poechos porque se iba a hacer mantenimiento. No está garantizado ahora el abastecimiento del agua, todavía hay esa incertidumbre”, comentó Edquen a Gestión.
Este retraso ha llevado a los agricultores de la costa a arriesgar sus siembras, alineándolas casi todas en una sola fecha y cosechando en invierno, una situación atípica.
Esto podría resultar en niveles de producción y productividad por hectárea más bajos de lo normal, a pesar de que históricamente la costa ha tenido altos rendimiento.
“Casi todos los valles de la costa han tenido ese problema, han modificado su periodo de siembras. Están cosechando en invierno y esa situación es atípica. Eso significa que no van a tener los niveles de productividad por hectárea”, refirió.
Además, recordó que los costos de producción en la zona son más elevados, superando los S/ 10,000 por hectárea, debido al mayor uso de fertilizantes, el costo del agua y la mano de obra más costosa.
Ante esto, pese a que el precio del arroz se ha estabilizado, el impacto de la baja producción podría sentirse en los siguientes meses a nivel del consumidor final si persisten los problemas en la costa.
Luis Casaverde, jefe del Departamento de Estudios Económicos de BCR de Piura, coincidió en que uno de los factores clave detrás de la contracción inicial de 2025 es la caída de rendimientos en la campaña chica de Piura, con siembras entre junio y agosto, y que tiene sus cosechas principales en diciembre y enero.
Debido al déficit hídrico, la campaña chica de Piura sufrió una caída del 18% en sus rendimientos, una disminución que impacta directamente en los volúmenes de producción reportados a principios de año.
Asimismo, señaló que un retraso en el inicio de la campaña grande de 2025 ha influido en la producción. Esta campaña, explicó, arranca principalmente en La Libertad en los meses de septiembre y octubre, y se extiende a Lambayeque, Piura y Tumbes, con cosechas concentradas de marzo a julio.
“Podemos observar que empezó la campaña grande en marzo, luego hay un ligero descenso, principalmente por un retraso justamente en el inicio de la campaña grande, pero esperamos que esto se revierta y alcance el pico habitual que suele tener”, indicó.
¿Y en la selva?
En contraste, Edquen resaltó que en la región de la selva no hay dificultades para la siembra y el abastecimiento de agua está garantizado, sin variaciones climáticas que afecten el cultivo.
En esta región destaca San Martín, que provee el 23% de la producción nacional, pero también están surgiendo nuevas zonas de producción en Madre de Dios y Pucallpa, que próximamente podría ayudar a cubrir la brecha de producción no cerrada en otras regiones.
Nuevas expectativas para el arroz
A pesar de la menor producción de la actual campaña, el reciente reporte de Resultados de las intenciones de siembra (ENIS 2025) Campaña Agrícola 2025-2026 del Midagri proyecta un mayor cultivo de arroz.
Para la campaña 2025-2026, se espera un aumento de 4% en la producción de arroz frente a lo estimado el año pasado.
Los departamentos que registran un comportamiento más favorable en sus intenciones de siembra son Ucayali, San Martín, Cajamarca y Huánuco, mientras también se prevé una expansión del cultivo de arroz hacia otras regiones.
Elar Sifuentes, coordinador de generación de información estadística del Midagri, precisó que este crecimiento en la intención de siembras de arroz estaría relacionado a una demanda positiva en el mercado y un comportamiento favorable de los precios en las últimas campañas.
Pero, también se ve una caída en el interés de sembrar arroz en regiones como Piura, donde se espera cultivar 52,470 hectáreas entre 2025 y 2026. Previamente, en las últimas cinco campañas, la siembra se daba en 55,755 hectáreas.
“En el caso de aquellos departamentos que disminuirían sus siembras es debido a la sustitución por otros cultivos que son más rentables que el arroz. Hay escasez de recurso hídrico durante la campaña, falta de créditos y financiamientos”, concluyó.


Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.