Hasta la cuarta semana de noviembre, la exportación de cítricos peruanos registraba un leve retroceso de 0.014%, es decir, 100 toneladas menos enviadas respecto a la campaña anterior. No atraviesa su mejor momento en comparación al 2020 (creció 40%) debido al clima que impactó en la calidad de la fruta para el mercado extranjero.
Solo el limón y las mandarinas tuvieron buen desempeño, pero el de naranjas cayó en 20% en volumen exportado, señaló la Asociación de Productores de Cítricos del Perú (Procitrus).
De acuerdo al reciente informe de Fresh Report, del Ministerio de Comercio Exterior y Turismo (Mincetur), los envíos de mandarina cerraron el decimoprimer mes del año con un crecimiento de 44% (a US$ 259 millones) respecto al año anterior. Y los envíos de limón crecieron 5%, llegando a 27 destinos del mundo.
Las proyecciones para el 2022 todavía se conocerían a mediados de enero próximo, sin embargo, Sergio del Castillo, gerente de Procitrus, adelanta que el volumen podría incrementarse debido a que hay plantaciones “que se sembraron justo antes de la nueva ley agraria”, por lo que entran a su primera producción el próximo año. Sin contar con las plantaciones más antiguas que estarían a su máxima producción.
Pero el panorama alentador se vería mitigado por la incertidumbre política actual y la nueva ley agraria (Ley N° 31110), aprobada el 31 de diciembre del 2020, tras manifestaciones y bloqueos de carreteras en contra de la Ley de Promoción Agraria en Ica y La Libertad en las que se reclamaron por mejores derechos laborales. Y es que la nueva norma, de acuerdo a Procitrus, elevó en 30% los costos de las empresas formales, que solo son el 20% del total de las que producen cítricos en el país.
Esta situación -según reportó Del Castillo- ha paralizado cualquier nueva inversión para ampliar o sembrar nuevas áreas de cítricos en el 2022. Solo antes de la nueva ley, se habían recibido a inversionistas de Argentina, Chile, Colombia, España y México quienes consideraban apostar por el Perú, país que ofrece una ventaja competitiva pues permite colocar la fruta en mercados exigentes en diversas épocas del año.
“Habíamos visto sorpresivamente cómo crecieron las áreas de cítricos en toda la cuenca del Vraem aunque faltaba tecnificación; también hemos visto crecimiento y potencial en la región San Martín que pasó de tener 1,000 hectáreas a 10,000 hectáreas. Pero para el próximo año no vemos, al menos hasta el momento, intenciones de nuevas inversiones para ampliar las áreas”, dijo.
Incluso, varios productores ya estarían evaluando dejar atrás algunas variedades de cítricos menos rentables por la nueva situación. Así, cambiarían de varietal aquellos productores de la mandarina satsuma, por ejemplo. “Si el mercado comienza a moverse lento, se está evaluando cambiar de variedad, posiblemente se pueda migrar a otros cultivos, incluso aquellos cultivos anuales”, mencionó.
Otros simplemente reducirían su inversión por campaña o también optarían solo por vender en el mercado local considerando también el alto costo de los fertilizantes. “Hay agricultores de entre 10 y 15 hectáreas que están ajustados financieramente”.
Elevar la exportación
Aunque contradictorio, considerando la nula inversión en nuevas áreas para el 2022; los productores de cítricos buscan elevar el volumen de fruta exportable. Hoy solo el 50% de lo que se produce logra el nivel de calidad aceptable para ser exportada.
Frente a ello, ProCitrus informó que en enero próximo comenzarán a operar los bloques de fundación de material de propagación de cítricos -limón, mandarinas, naranjas, etc.-; es decir, un invernadero en donde se podrá producir plantas libres de virus o viroides como el dragón amarillo, certificadas, con el que se espera mejorar la calidad y productividad por planta.
“El proyecto se inició en el 2016 de la mano del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA) y se invirtió cerca de S/ 3 millones. Para finales del año, el bloque de fundación, que estará ubicado en Chincha (Ica), estará poblado con al menos 50 variedades comerciales de cítricos”, explicó.