
La reciente tragedia en Pataz (La Libertad), donde 13 trabajadores mineros fueron secuestrados y asesinados, pone en evidencia el avance de la criminalidad asociada a la minería ilegal en el Perú. Este suceso no solo refleja una crisis de seguridad, sino que también coincide con una caída significativa en la producción formal de oro del país, a pesar de los precios internacionales récord del metal.
Mientras la cotización del oro bordea los US$ 3,400 la onza -impulsado por tensiones geopolíticas y la demanda como activo refugio-, la producción de oro disminuyó más de 15% en el primer bimestre del año, según datos del Ministerio de Energía y Minas (Minem), pero ¿cómo esta reducción se relaciona con el incremento de la minería ilegal?
¿Cómo se compone la producción de oro?
Esta caída en la producción nacional de oro, de acuerdo con el Boletín Estadístico del Minem, está asociada, precisamente, a los menores volúmenes que registraron mineras como la Compañía Minera Poderosa S.A. y Consorcio Minero Horizonte S.R.L., ambas ubicadas en La Libertad, donde viene aumentando la criminalidad.
De hecho, de las 10 mineras con mayor participación en la extracción aurífera, cuatro están ubicadas en la región norteña, donde se obtiene cerca del 30% del oro del país.

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En el caso de la minera Poderosa, este año, ya ha enfrentado al menos tres atentados directos, mientras que, en el 2024, tuvieron al menos cinco ataques violentos graves en su zona de operaciones y varios sabotajes a sus torres de alta tensión.
“Las pérdidas se traducen en un menor nivel de productividad, menos empleo formal, menos pagos de impuestos, menos transferencias a los gobiernos regionales producto del canon, todo eso sumaría casi otros US$ 6,000 millones”, indicó Pablo de la Flor, gerente de Asuntos Corporativos de la minera Poderosa, hace unos meses.
En tanto, la minería ilícita alcanzaba cifras récord en el 2024. Un reciente reporte de Macroconsult estimó que las exportaciones de oro ilegal alcanzaron los US$ 7,627 millones el año pasado, más de un 50% por encima de las cifras del 2023.
Asimismo, el Instituto Peruano de Economía (IPE) advertía que esta expansión de la minería ilegal refuerza la presencia del crimen organizado sobre regiones como La Libertad y Madre de Dios. La región norteña fue la que tuvo el mayor registro de denuncias por extorsión a nivel nacional, con 250 por cada 100 mil habitantes, cinco veces el promedio nacional.

Temor entre trabajadores formales
Para Jorge Soto, director del Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP), la criminalidad y la violencia han generado temor entre los mineros que trabajan en el ámbito formal, lo que genera una reducción de la producción.
Si bien señaló que regularmente todas las operaciones mineras tienen una planificación establecida, este avance de la informalidad estaría obligándolas a cerrar ciertas labores porque son de riesgo para los trabajadores y los lleva a destinar más recursos para seguridad.
“Esto está llevando a que, especialmente los pequeños mineros, tengan el temor de poder explotar o seguir con sus labores. Por ejemplo, Poderosa viene sufriendo más de dos años, por lo menos, con estos ataques de la criminalidad que han llevado seguramente a la reducción de la producción. Además, las empresas contratistas también sentirían temor de operar en estas zonas”, comentó a Gestión.
Por ahora, Soto estima que, con esta situación incierta, la producción de oro formal en el país habría caído entre 10% y 12% durante el primer trimestre del año.

Carlos Gálvez, expresidente de la Sociedad Nacional de Minería, Petróleo y Energía (SNMPE), coincidió con que los conflictos en zonas cercanas a Pataz también podrían estar impactando la producción de otras empresas como Horizonte y Minera Aurífera Retamas (Marsa). Pero, de momento, consideró que esto no afectará las inversiones.
“Las inversiones mineras son de largo plazo y no necesariamente circunstancias de corto plazo van a impactar la decisión de inversión. Lo más probable es que ciertas decisiones legislativas como reducir el periodo de vigencia, la posibilidad de revertir las concesiones e incrementar exponencialmente los derechos de vigencia puedan amenazar las inversiones mineras futuras”, refirió.
Actualmente, a la falta de seguridad se suma la ausencia de nuevos proyectos para la extracción de oro. El último aurífero importante que entró en operación se dio hace más de tres años, precisó Guillermo Shinno, exviceministro de Minas del Minem.
“No tenemos operaciones nuevas. Las minas actuales están reduciendo su vida útil y sus reservas y, por lo tanto, su producción cae”, explicó.
Shinno recordó que, recién este año, entrarían en operación los proyectos San Gabriel y Crespo, que aportarían unas 200,000 onzas adicionales a la producción nacional de oro.
Sin embargo, para impulsar más inversiones se necesita solucionar, entre otras cosas, un aspecto crítico: el Registro Integral de Formalización Minera (Reinfo), que muchos lo usan como escudo legal para actividades ilícitas.
“Solo el 20% de los inscritos en el Reinfo avanza en su formalización; el resto utiliza el registro para operar con impunidad. Hay bandas criminales que se camuflan como mineros artesanales e invaden operaciones con violencia. Les resulta más rentable operar ilegalmente y las estrategias del Estado no han logrado frenarlo”, indicó.
Cabe mencionar que, más del 76% de los inscritos en el registro están en condición de suspendido. De los 6,578 mineros inscritos “en busca de formalizarse” en La Libertad, 4,486 están bajo esa calificación. Esto significa que casi siete de cada 10 mineros no avanzaron en el proceso, lo que deja a La Libertad como la sexta región con más suspendidos.
¿Qué impacto tienen los precios del oro en esta situación?
Si bien las expectativas apuntan a que el panorama global podría mantener al alza la cotización del oro, el precio récord del metal no basta para revertir la caída productiva.
Aunque los altos precios podrían impulsar las exportaciones auríferas de las empresas -que el año pasado sumaron US$ 15,468 millones-, también incentivan el crecimiento de la informalidad y la criminalidad.
“Cada vez que los precios han sido buenos y han subido, eso es un aliciente a que estas personas se dediquen a este tipo de extracción minera que es muy rentable”, indicó el exviceministro de Minas.
Pese a esto, Soto, representante del IIMP, consideró que es probable que se pueda revertir la caída de la producción de oro en los próximos trimestres.
“Las condiciones favorables respecto al precio puede llevar a algunas empresas a crecer y podrían contrarrestar un poco esta caída del primer trimestre. Esto, porque aquellos minerales que, en su momento, eran una ley baja para la minera, con estos precios quizás puedan ser reaprovechados“, señaló.
Para esta recuperación, añadió, se necesitan que las medidas del Gobierno sean adecuadas y se evite la paralización de operaciones formales. Esta situación en zonas clave como La Libertad, explicó, podría traducirse en una caída adicional del 9.5% en la producción anual. Sería equivalente a unas 300 mil onzas menos y más de US$ 1,000 millones en valor perdido por mes.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.