Desde el pasado 24 de junio el conglomerado Polvos Azules (La Victoria) reinició operaciones bajo los protocolos sanitarios para evitar la expansión del COVID-19, pero a dos meses de reiniciar actividades la realidad que enfrentan se empieza a volver insostenible.
En conversación con Gestión.pe, la presidenta de Polvos Azules, Maribel Gutiérrez, explica que a la fecha solo un 40% de los comerciantes se encuentran trabajando en el establecimiento, en tanto el restante (60%) no lo hace debido a diversos motivos.
Señala que los comerciantes que aún vienen operando, atraviesan un problema que también se registra en otros conglomerados: el comercio ambulatorio.
Según indica, los ambulantes se encuentran en los alrededores de Polvos Azules haciendo competencia desleal en la venta de productos similares a los ofrecidos dentro del establecimiento.
“Ellos nos hacen competencia desleal. Si nosotros vendemos a 20 soles (un producto), ellos lo venden a 10 soles, entonces la gente accede o es sorprendida por esos precios”, sostuvo.
Agrega que los ambulantes no pagan un alquiler por el local, luz, pagos al vendedor de la tienda y las obligaciones de la Sunat.
Menos aún -indica- cumplen con los protocolos establecidos por el Ministerio de Salud (Minsa) que exige principalmente el distanciamiento social y el uso de mascarilla.
De tal modo los espacios externos de Polvos Azules se han convertido en un foco infeccioso de coronavirus, afirma la dirigente.
“Las autoridades no se han dado cuenta que como centro comercial nos exigen cumplir con los protocolos de biosegrudadiad o usar mascarillas para darle seguridad a nuestro público, pero sin embargo, está la competencia desleal que tenemos de ambulantes”, dijo.
A esto se suma que tras la disposición del Gobierno -de volver a la inmovilización social solo los días domingos- los comerciantes trabajan bajo periodos restringidos.
“Los domingos ya no trabajamos, estamos de acuerdo con las medidas, pero comercialmente nos afecta. Los viernes, sábado y domingo eran días importantes de venta”, remarcó.
Temor al contagio y la quiebra
En cuanto a los motivos por los cuales el 60% de los comerciantes de Polvos Azules no opera actualmente se debe precisamente a que temen contagiarse del COVID-19 por el comercio ambulatorio, señala Gutiérrez.
El segundo motivo es que algunos comercios pasaron a la quiebra o ya no tienen planes de volver a abrir.
Explica que algunos comercios tuvieron que cerrar debido a que no generaron ingresos desde marzo pasado, cuando inició la cuarentena, por lo que no podían pagar la renta de su local.
En esta línea, precisó que de los 2,000 comerciantes que hay en Polvos Azules, menos de 30 accedieron al programa del Estado denominado “Reactiva Perú”.
“Te pide (el programa) una serie de requisitos que muchas personas no las cumplen y hemos visto que se han beneficiado empresas grandes”, apuntó.
De igual manera, indicó que otro grupo de tiendas no tiene la capacidad de asumir los costos que implican poner en marcha los protocolos de bioseguridad y así abrir los locales.
“El protocolo es claro. Para poder aperturar el establecimiento se debe cumplir con una serie de medidas de seguridad, realizar pruebas rápidas y así cada 30 días sacar nuestra prueba para ver que si en el camino nos contagiamos y cumplir con la cuarentena”, dijo.