¿Podrán las barberías resistir el impacto del COVID-19?

Como parte de su reinvención dada la coyuntura, a finales de mayo Mr. Jacobs ofreció visitas a domicilio. Sin embargo, los nuevos costos de este nuevo servicio no le ha permitido llegar ni al 10% de lo que solía facturar antes de la llegada del virus.

“Tuvimos que asumir costos que no estaban dentro de nuestra estructura normal, como movilidad y un kit especial para atender a las personas”, cuenta Mario Figueroa, CEO del BTH Group, que agrupa a hoteles en San Isidro, San Borja y provincias, y las barberías Mr. Jacobs. Sin embargo, la empresa siguió con el servicio de delivery para mantener a su clientela.

Ahora ya está permitida la atención presencial en las barberías, pero solo con previa cita. Como parte de los protocolos de seguridad, los locales cuentan con alcohol para las manos y pediluvio para los zapatos. Solo se permite que haya dos personas dentro del salón y que haya una distancia de mínimo dos metros entre ambas. Los barberos, además, cuentan con mascarillas e indumentaria adecuada.

Lo principal, dice el ejecutivo, será generar confianza en los clientes. “Las personas aún están asustadas, pero tenemos la convición de que les vamos a aportar confianza con los estrictos protocolos sanitarios que estamos teniendo”, asegura Figueroa.

“Vamos a tener que vivir con el virus, no se va a ir, y vamos a tener que cortarnos la barba o el pelo. El usuario se sentirá seguro con los protocolos de sanidad”, agrega.

Pese a la crisis por la coyuntura, Figueroa planea abrir una tercera barbería Mr. Jacobs en San Isidro o Miraflores a finales de este año.