Desde hace varios años, el Perú viene invirtiendo, en proyectos de mejora genética en el sector agropecuario, a fin de impulsar la calidad de la producción y la capacidad económica de los diferentes agricultores y ganaderos.
Según datos del Instituto Nacional de Innovación Agraria (INIA), solo en los últimos cuatro años se han generado 25 nuevas variedades de cultivos con alta calidad genética, las cuales vienen incrementando hasta en un 80% la rentabilidad.
Jorge Ganoza, jefe del INIA, indicó que desde que se fundó la entidad, se han liberado más cerca de 198 variedades de cultivos.
“En el caso de cultivos, a lo largo de los 45 años de creación, hemos plantado 198 variedades. Algunas de las más representativas y que hasta la fecha se siguen mostrando en el mercado son la papa canchan, papa amarilla, maíz morado 601 y maíz amarillo duro marginal 28″, comentó a Gestión.
De este total, la papa es el producto sobre el cual se han desarrollado más variaciones, pues tiene 39 (20%). Le sigue el frijol, con 25 (12%), el trigo con 21 (10%) y arroz con 18 (9%).
Variedades de cultivos destacados
Entre las variedades de papas desarrolladas por el INIA, destacan la Poderosa, Pallayponcho, Kawsay, Serranita, Amarilis, Pallay Poncho, Roja Ayacuchana, Wankita, Shulay, Venturana, Altiplano, Anteñita, Tocasina, Puca Lliclla, Chucmarina, Colparina, las cuales son ideales para la producción de papas saludables, hojuelas y papas fritas para negocios de comida.
Ganoza indicó que recientemente se han liberado otros dos ecotipos del tubérculo, con un rendimiento de 35 toneladas por hectárea y una ala calidad culinaria: papa Perú Bicentenario y Chugayna.
“Cada liberación demora 10 a 14 años y lo hemos trabajado con el Centro Internacional de la Papa, empresas privadas y agricultores asociados”, explicó a Gestión.
Respecto al frijol, las tres variedades de leguminosas que sobresalen son el Costacen, Siwina y Masacanchino, los cuales incrementaron su productividad por hectárea en más del 70% en los últimos años.
Agregó que tienen buena tolerancia a las principales plagas y enfermedades que afectan los cultivos, adaptabilidad a tipos de clima y una alta dosis de nutrientes, vitaminas y proteínas.
En el caso del trigo, la última variación presentada este año fue la denominada Antapampino, que incrementaría la rentabilidad económica de los agricultores hasta en un 50 %. Se diferencia de las demás por generar una producción de hasta 4 a 5 toneladas por hectárea y se adapta a condiciones ambientales de la Sierra central del Perú.
El país también ha generado variedades de arroz como Capirona, La Conquista, Tinajones, La Esperanza, Capoteña, Mallares, entre otros. Todos ellos han sido desarrollados en alianza estratégica con Centros Internacionales de Investigación como el Instituto Internacional de Investigación en Arroz (IRRI) y el Centro Internacional de Agricultura Tropical (CIAT).
Proyectos en desarrollo
Jorge Ganoza indicó a Gestión que actualmente se tienen diferentes proyectos en mejoramiento genético con una inversión de S/ 206 millones. Existen dos formas de financiamiento en los proyectos, una es a través del tesoro público y otros se desarrollan gracias a la cooperación internacional.
Entre las principales iniciativas de investigación tecnológica, destacan tres:
- Mejoramiento de los servicios de investigación y tecnología para el manejo sostenible de la ganadera caprina
La ejecución de este proyecto implica una inversión de S/ 43.5 millones y tiene el objetivo de que, en un período de 4 años, se puedan generar y difundir tecnologías adecuadas en beneficio de la ganadería caprina. Para ello, se implementarán módulos de investigación, laboratorios de reproducción animal y transformación de derivados lácteos.
De esta manera, se podrá producir material genético para inseminaciones artificiales de cabras y la transferencia de embriones de alta calidad.
“Lo que buscamos es inseminar los mejores vientres nacionales, que se han adaptado a la zona, y que nazcan crías con una mezcla entre la resistencia del ADN local con la calidad del importado. Muchas veces podemos traer al animal importado y no se adapta a la zona. Queremos que las hembras que están adaptadas a nuestras zonas reciban el semen de machos de calidad y que las crías tengan mejor calidad, con mayor resistencia a enfermedades y al clima”, detalló.
Este proyecto empezó en abril del 2022 y se desarrolla en ocho Estaciones Experimentales Agrarias del INIA, ubicadas en las regiones de Áncash, Amazonas, Ayacucho, Ica, La Libertad, Lambayeque, Lima, Piura y Tumbes.
Ganoza sostiene que la ganadería caprina es una actividad dirigida a las pequeñas familias, las cuales subsisten de esta manera. Por ello, es importante mejorar la producción de leche y carne de este animal. “A nivel de otros países, la leche y queso de caprino es usado para los niños con problemas de anemia, lo que se quiere es que nuestra población tenga más acceso al precio, sobre todo al queso de cabra”.
- Mejoramiento genético de frutales
El vocero del INIA comentó que se viene desarrollando el proyecto de fruticultura a fin de que los productores puedan tener un manejo tecnológico horizontal y que sean competitivos. Además, para que los cultivos sea más resistentes ante plagas o diferentes climas.
“Uno de los más grandes problemas es la roya amarilla en el café, lo que ha ocasionado pérdidas para los agricultores. En el largo plazo, venimos desarrollando 10 ecotipos que han venido implementándose y que se vienen investigando. Ya tenemos dos que han sobresalido y que muestran tolerancia a la roya. La investigación culminará en el 2025, para comenzar a producir variedades con características fijas y entregarlas a los productores cafetaleros”, precisó.
Por otro lado, señaló que el INIA viene trabajando con el Instituto Peruano de Energía Nuclear en inyectar rayos ultravioletas a los cultivos, con el objetivo de eliminar aquellos genes dentro del ADN del fruto que son susceptibles a la roya.
Este experimento termina en el 2027, pero ya se han obtenido algunos resultados al 90% con plantas que son libres de estos genes.
- Mejoramiento genético de semillas
Ganoza señaló que está en curso un proyecto de mejoramiento de semillas (de maíz, papa, granos, entre otros), el cual termina el próximo año, con el cual se busca aumentar el uso de semillas certificadas.
”Actualmente el uso (de semillas certificadas) no pasa del 13% y nosotros queremos que los productores comiencen a usar semillas de calidad y certificada. Uno de los grandes problemas es que compran semillas del mercado y las siembran, pero su rendimiento es muy bajo”, explicó a Gestión.
Cabe mencionar, que en el 2020, el INIA, a través de los cultivos de alta calidad genéticas desarrollados, generó la producción de 22 millones de toneladas de semillas con buen rendimiento en campo, resistencia a plagas y de alto valor nutritivo.
Esto permitió potenciar la producción de más de 80 cadenas productivas entre las que figuran la papa, maíz amiláceo, maíz amarillo duro, quinua, arroz, algodón, camote, trigo, cebada, avena forrajera, ajo, lenteja, pallar, oca, haba, kiwicha, frijol, camucamu, pitahaya, piña, entre otros.
Infraestructura
Lo que corresponde a material genético en la parte pecuaria, el jefe del INIA señaló que cuentan con dos núcleos productores de alta calidad, uno en la costa y otro en la selva.
“El primero está ubicado en Huaral, dónde se cuentan con animales de costa, sierra y selva. Allí capacitamos a los técnicos para que aprendan no solamente a diseminar, sino también a hacer la transferencia de embriones. Esto permite un mejoramiento de la calidad genética y de carne en las diferentes zonas. El otro centro está en El Porvenir (Tarapoto) y es específicamente para animales de selva, solo para ganados cebuinos como Brahma, GIR y Guzerát”, precisó Jorge Ganoza a Gestión.
También sostuvo que, a nivel nacional, se tienen 24 estaciones experimentales, de las cuales 12 son laboratorios de análisis de suelo y agua, acreditados por el Inacal.
Adicionalmente, el INIA cuenta con un laboratorio de análisis de material genético animal y vegetal.
“Nosotros hacemos el análisis de semillas traídas del extranjero y damos la certificación por si tienen alguna alteración en sus genes, tanto para las que ingresan como para las que salen”, detalló.
El experto explicó que no solo se trata del hecho de producir variedades, ya que para ello se necesita cumplir con ciertas condiciones. Por ejemplo, un buen análisis de suelo, lo cual te permite identificar que necesidades y potencial tiene la tierra para un cultivo.
Licenciado en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC). Con cinco años de experiencia en prensa escrita. Actualmente, se desempeña como redactor en Diario Gestión.
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