La escasez de agua en Piura continúa siendo un problema crítico, afectando tanto al sector agrícola como al abastecimiento para el consumo humano. Pese a que las recientes lluvias han sido un alivio temporal, persisten los problemas estructurales, advierte el portal Fresh Fruit.
El almacenamiento del reservorio de Poechos, principal fuente de agua tanto para consumo humano como parala agricultura, ha reducido debido problemas de colmatación e infraestructura. Si bien originalmente la capacidad era de 1,000 millones de metros cúbicos (MMC), la última actualización muestra una disponibilidad de agua de 244.2 MMC.
Estos problemas de colmatación, que se intesificó con eventos climáticos extremos como el fenómeno El Niño y el ciclón Yaku, impiden que se pueda cubrir la demanda mensual de 150 MMC entre consumo humano y riego que tiene la región de Piura.
A esto se suman factores como la deforestación, el incremento de la erosión en la cuenca del río Chira y los efectos del cambio climático, dificultando que el reservorio pueda recuperarse con la rapidez que lo hacía en décadas pasadas.
Si bien las autoridades han priorizado el consumo humano, mejorando la situación que se tuvo entre octubre y noviembre del año pasado, aún existen zonas donde no se ha podido regularizar el servicio de agua debido a factores técnicos.
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Impacto en los cultivos
Las autoridades han establecido como segunda prioridad el riego de cultivos permanentes como el banano y el mango mediante liberaciones programadas, permitiendo salvar parte de estas cosechas.
Sin embargo, los productores de arroz, el principal cultivo del valle del Chira, han sido los más afectados por esta crisis. La falta de agua ha llevado a pérdidas estimadas en S/ 15 millones, mientras algunos agricultores han desviado agua de manera irregular para intentar salvar sus campos.
Además, pese a las acciones, la crisis hídrica provocó que toda la producción no alcanzara su máximo potencial. El mango, que logró un repunte del 400% en comparación con 2023, aún no recupera los niveles de producción de 2022 debido a una maduración adelantada que ha reducido las proyecciones de fin de campaña en un 8%.
En tanto, el banano, que enfrentaba un proceso de recuperación tras un 2023 difícil, sufrió pérdidas estimadas en US$ 10 millones, afectando cerca de 10,000 hectáreas de cultivos.
Por su lado, el limón experimentaría una caída de entre el 25% y el 35% en su producción, mientras que la uva, aunque mejor preparada por su acceso a sistemas de riego tecnificado, también se verá afectada, con pérdidas estimadas entre el 5% y el 8%.
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