
Uvas, paltas, arándanos y más lideran la canasta agroexportadora de Perú con envíos que superan los US$ 1,000 millones cada año. Si bien los reflectores están puestos en estos cultivos, hay otros que, aunque lejos de grandes montos, se muestran dinámicos y pueden representar un potencial en el plazo cercano. ¡Aunque, hay desafíos por superar!
Esta vez Gestión revisó la performance de los denominados capsicums, que en buena cuenta se trata de los pimentones dulces y picantes. Su exportación sumó US$ 147.2 millones a mayo; es decir, un 11% más que en similar periodo del 2024, según la Asociación de Exportadores (Adex).
No obstante, Rafael Del Campo, vicepresidente del gremio exportador, recientemente declaró: “Hay desafíos pendientes a lo largo de la cadena productiva”. Este diario exploró este dato y conversó con las voces expertas del sector. ¿Qué tareas pendientes identificaron?
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Inocuidad como elemento de partida
Walter Seras, presidente del Comité de Capsicum de Adex, habla de la urgencia de expandir en el cultivo el factor inocuidad. O sea, la garantía de que no se empleen plaguicidas, por ejemplo, que representen un riesgo para la salud. “Si la oferta exportable tiene inocuidad, tiene un valor doble o triple en el precio internacional”, calcula.
Hasta el momento, Estados Unidos lidera la demanda de los pimientos, rocotos y ajíes —concentra el 44% del total—, pero “Europa está esperando que el Perú se alinee”, detalla.
“Lo que sucede es que Europa registra una evolución de normativas ligadas a los pesticidas. [...] Es un demandante intentando consumir productos que tengan un formato de inocuidad perfecto".
En ese sentido, el especialista considera que nuestro país podría duplicar el envío de los capsicums secos que ya comercializa con España, lo que simbolizaría una puerta abierta hacia las despensas del resto del mundo.
“España como país es maquilador, productor, convertidor y exportador. Manda el capsicum al globo terráqueo completo (...) Pero, cuando se siembra en Perú, allá no siembran [en el extranjero] o viceversa; por eso entramos en la ventana comercial. Si a eso le agregamos 100% de inocuidad, vamos a crecer mucho”, subraya.
También se configura como un beneficio la riqueza de la zona costera para generar cultivo de alta calidad: “Perú es un interesante proveedor porque tiene producción en toda su costa, desde Tumbes hasta Tacna sembramos capsicum. [...] Nuestra oferta todavía no ha explotado. Nos ha tomado ya 30 años y ahora estamos en un momento importante”.
El momento importante al que se refiere es el “acercamiento” con el Servicio Nacional de Sanidad Agraria (Senasa).

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La búsqueda de nuevos mercados
Gabriel Amaro, presidente de la Asociación de Gremios Productores Agrarios del Perú (AGAP), conecta la idea de Seras con otro reto en la exportación del capsicum: el hallazgo de países destino adicionales.
“Un agricultor que no exporta y que no tiene buenas prácticas va a usar cualquier plaguicida, ya sea autorizado o no”, narra. Esta dinámica se convierte en un input que desencadena más consecuencias: el Perú se aleja de la posibilidad de conseguir nuevas naciones compradoras porque los pequeños agricultores no se suman al grupo de exportadores.
“Lo primero que se pide es la inocuidad, se tienen algunas dimensiones en función al pedido del cliente y la variedad. [...] El capsicum se exporta fresco, congelado y en conserva. Entonces, puede ser una buena alternativa para los pequeños agricultores si es que conseguimos abarcar más mercado”, plantea el vocero.
Incluso justifica con cifras el potencial. “El año pasado exportamos cerca de 400 toneladas, pero el foco es desarrollar muchas más en la medida en que se consigan más mercados”.
A modo de recuento, después de Estados Unidos, se ubican como importantes países receptores España, México, Alemania y Puerto Rico. El top 10 lo completan Chile, Reino Unido, Francia, Canadá y Argentina.
A estos territorios los capsicums peruanos les resultan atractivos porque poseen una ventaja organoléptica distinguida.
Amaro resalta, por tanto, qué espacios novedosos podrían tener potencial: “No solamente Norteamérica, sino Centroamérica y Sudamérica reciben importantes despachos de muchos productos nuestros. Entonces, también es un mercado a explorar".

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La huella del contrabando
Hasta marzo de 2025, la Superintendencia Nacional de Aduanas y de Administración Tributaria (Sunat) reportó la intervención de mercancías, a nivel nacional, por un valor superior a los US$ 86.92 millones. La problemática también impacta en la agricultura.
“La correcta exportación del capsicum se complica a causa del contrabando que ingresa por las fronteras: pesticidas que no deberían ingresar. Por ejemplo, cómo es posible que el chlorpyrifos, cuya venta el Senasa ya ha prohibido en todo Perú, sigue apareciendo. Supuestamente nadie lo vende porque que no puede presentarse en ningún registro de la agricultura peruana”, se pregunta Amaro.
Y no se trata del único plaguicida que circula en el mercado negro. “Hay más con la misma historia, pero la lucha no es contra el pesticida, es contra todo el contrabando”.
Seras apela, por tanto, a la herramienta de la educación: “Si los agricultores no son conscientes, si no se educan, si no hacen bien las cosas, pueden perder gran parte del mercado. Nosotros, como exportadores, estamos tratando de incentivar para que todos se alineen a las normas de mercado”.

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Expectativas para el capsicum
Pese a que el panorama refleja tintes de crecimiento, a los tres desafíos —la falta de inocuidad, el aplazamiento para añadir nuevos mercados a la lista y el contrabando— se sumaría un riesgo internacional: los aranceles que impone el presidente estadounidense Donald Trump.
“El año anterior hemos llegado entre todo el bloque capsicum, secos, conservas, frescos, molidos, pastas y congelados, a aproximadamente US$ 280 millones o US$ 300 millones en ventas. Pero ahora hay que entender que, debido al 10% de aranceles que nos ha puesto el Gobierno americano, el cliente final puede decir: ‘Bájame el precio al 10%’”, reflexiona Seras.
Sin embargo, hay todavía ventajas a la mano: “Se viene la campaña navideña. Ellos (los exportadores) se programan desde agosto o septiembre, ahí comienzan con sus empaques. Esto hace que las ventas se suban mucho y los precios sean muy estirados para arriba”, recuerda el representante de Adex.

Redactora de Economía en diario Gestión. Periodista piurana con seis años de experiencia profesional en el rubro.








