El calamar gigante, también conocido como pota, es el principal recurso de la pesca artesanal en el Perú. Es el recurso pesquero que más empleo genera en este sector.
Adicional a ello, es el que sostiene a la industria de congelados en el país, generando US$ 860 millones en exportación y causando más de 40 millones de kilos en consumo interno a nivel nacional, según Alfonso Miranda Eyzaguirre, presidente del Comité para el Manejo Sustentable del Calamar Gigante (Calamasur).
No obstante, la pesca ilegal y la falta de decisión del gobierno peruano para enfrentarla hace que la explotación de este recurso, y por lo tanto, el mercado de la pota se vea afectado de manera considerable.
“Nosotros que somos responsables de más del 40% de calamares gigantes a nivel mundial, debemos ser los que lideremos este proceso con los demás países del Pacifico Sur. Es necesario lograr acuerdos con los demás países que constituyen la Organización Regional de Ordenamiento Pesquero del Pacifico Sur”, señala Miranda Eyzaguirre.
“La posición del Perú ha sido muy laxa en esta organización, de poco liderazgo diría”, agrega.
Medidas
El primer reto es ser capaces de desarrollar un modelo regional de evaluación poblacional del calamar gigante y después vendría el tema de combatir la pesca ilegal.
Como se sabe, tanto en el Perú como en países vecinos, se ha dado una inclusión de flotas pesqueras provenientes de países asiáticos, las cuales no generan ningún beneficio al país, pues agotan este recurso marino, no generan trabajo, ni pagan ningún impuesto.
“Podemos calcular que normalmente hay entre 200 o 300 embarcaciones ilegales que hacen pesquería en el borde las 200 millas”, apunta el presidente de Calamasur.
Ante este panorama el Estado peruano tiene que optar por una posición de liderazgo, primero compartido con los otros países de la región, como Ecuador y Chile, y luego con los otros países interesados en que haya una protección de la biodiversidad en aguas internacionales.
Sistema de cuotas
Alfonso Miranda Eyzaguirre también se refirió a la opción de establecer un sistema de cuotas para hacer frente a la pesca ilegal, como se ha hecho, por ejemplo, con la anchoveta.
“Debe haber un ordenamiento concreto del sector. Todavía estamos muy lejos de llegar a eso. Primero se necesita legalizar a la flota, después, estar seguros de cuanto se captura de pota a nivel nacional y lo más importante, cuanto se captura realmente tanto a nivel nacional como internacional”, señala.
Es necesario contar con un registro confiable de los desembarques de este recurso a nivel nacional como internacional. Antes de tener eso no se puede pensar en la posibilidad de un régimen de cuotas por que no existe un registro histórico sobre el cual basarse.