La reciente publicación de la ley 32149 estableció la constitución como pliegos presupuestales de ocho nuevas universidades públicas, que estarán ubicadas en Cajamarca, Puno, Ica, Junín, Cusco, entre otros.
La norma legal también dispuso que el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) dicte los criterios, las disposiciones y normas complementarias necesarias para su respectiva implementación. Sin embargo, a este grupo de ocho casas de estudio se suma la Universidad Nacional Tecnológica de San Juan de Lurigancho.
Ante este escenario, desde el Instituto Pulso Fiscal se observó que la cifra de universidades adicionales que recibirán presupuestos (9) es mayor al total acumulado entre el 2015 y el 2023, período en el que se registró la creación de siete.
Financiamiento
De acuerdo con el análisis del Instituto Pulso Fiscal, de este grupo de nuevas universidades, seis empezarán su constitución desde cero y tres tendrán sus procesos convirtiéndose desde la base de ser escuelas. El instituto calculó que, en los casos de creación, cada universidad demandaría un financiamiento anual de S/2.5 millones en sus dos primeros años.
“Si consideramos solo la creación de universidades, y dejamos fuera a las escuelas que se convertirán, se estaría demandando recursos por, al menos, S/15 millones al Tesoro Público para el 2025″, apuntó Adrián Rodas, CEO y fundador del Instituto Pulso Fiscal.
Sin embargo, señaló que en el proyecto de presupuesto público para el 2025 no se consideró recursos para estas nueve universidades, por lo que tendrá que cubrirse con otras alternativas.
“No hay financiamiento para estas. Entonces, se tendrá que financiar con la reserva de contingencia o asignaciones presupuestarias del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF)”, comentó Rodas.
En detalle, el fundador del instituto explicó que estos recursos tienen fines ordinarios. “En este contexto, lo primero que tienen que hacer es conformar una comisión para la organización [de la universidad]. Eso demanda personal, realizar gastos administrativos. Todo el peso presupuestario, como la construcción, va más adelante aún. Luego de la organización inicial, recién se pasa al proceso de licenciamiento. Y eso es adicional al ámbito organizacional”, explicó.
Además, Rodas advirtió que esta tendencia de creación de más universidades ocurre en un contexto complicado para las finanzas públicas. Por segundo año consecutivo, el Perú incumpliría su regla de déficit fiscal. A esto se suma también el incumplimiento en la regla del gasto público.
¿Mejora la calidad?
Aunque pareciera una política bienintencionada, Ricardo Cuenca, extitular del Ministerio de Educación (Minedu), indicó que la creación de nuevas universidades en este panorama no es positiva, dado el desorden que hay en la oferta educativa y la falta de planificación en las políticas públicas.
“No se considera las reales necesidades del país ni del mercado. Más se evidencia que responden a intereses particulares, anuncios que se hicieron en campaña para captar electores en cierta provincia”, comentó Cuenca.
En el ámbito de la gestión de recursos, las universidades públicas tampoco muestran positivos resultados. Este Diario revisó que, a menos de dos meses de culminar el año, la ejecución de los recursos destinados a estas instituciones es menor al 45% de un presupuesto acumulado de S/1,784 millones. En el detalle, se observó que en casos como el de la Universidad Nacional Micaela Bastidas de Apurímac el avance es de 3.5% de un presupuesto de S/53.3 millones. También se identificó que la Universidad Nacional del Callao, con recursos por más de S/31 millones, tiene una ejecución de solo 7.1%.
Cuenca mencionó que estos resultados responden a una baja capacidad de gestión de las universidades, las cuales están a cargo de asambleas universitarias. Pero a esto se suma otras barreras.
“Hay una tradición controlista del Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), un conjunto de restricciones. Una de ellas está relacionada a las que limitan las investigaciones”, apuntó el exministro.
Otro aspecto que apuntó Cuenca es que, en la actualidad, el problema de servicio educativo de las universidades responde a que no hay suficientes plazas, explicado -a su vez- en limitados presupuestos.
“Cuando preguntamos por qué no hay más vacantes es porque hay limitantes, por ejemplo, en el número de profesores. Crear más universidades ofrece esa fantasía de que el servicio se amplía, pero la matrícula no crece por presupuesto”, sostuvo.
Para estos casos, Cuenca refirió que es una mejor medida la apertura de filiales de universidades, ya que los costos que demanda frente a la creación de una son menores.
En general, Cuenca señaló que el panorama de la calidad universitaria está en un “franco retroceso”, lo cual responde no solo al debilitamiento de la Superintendencia Nacional de Educación Superior Universitaria (Sunedu), sino a temas de políticas públicas, como el acceso académico, el bachillerato automático, el retiro del requerimiento de maestrías para ser profesores, entre otros.
“No hay un liderazgo de ningún lado para mejorar la calidad universitaria: ni el Ejecutivo ni el Congreso. Si fuera una política pública, para abordar temas de presupuestos también deberían estar los gobiernos regionales (Gores) y el propio Ejecutivo. Ahora, con la contrarreforma, se debilitó al Minedu y los Gores están alejados de la educación superior”, precisó Cuenca.
Siguiendo esta línea, Rodas coincidió en que este incremento es el resultado de la falta de restricciones en la nueva regulación de la educación superior. Añadió que, a la fecha, hay casi 200 proyectos de ley que establecen la creación de universidades de forma declarativa. “Se debe priorizar la calidad por encima de la calidad”, complementó.
Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.
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