Los productores de arroz de Perú retomaron los envíos del grano a Colombia hace una semana, luego que dicho país suspendiera la importación del cultivo en abril de este año, vulnerando así un acuerdo firmado entre ambas naciones en el 2018.
Esta noticia ha alentado la producción de arroz en la selva peruana, que durante los meses de agosto a octubre están en campaña grande. Edwin Edquen, coordinador de la Asociación Peruana de Productores de Arroz (Apear) dijo a Gestión.pe que se ha ampliado la frontera agrícola para el arroz en Pucallpa (Ucayali), así como en los cuatro valles de San Martín (Alto Mayo, Bajo Mayo, Huallaga Central y Alto Huallaga) donde se siembran 115,000 hectáreas actualmente.
Asimismo, hay una tendencia por instalar nuevas áreas en Huánuco, La Libertad y Áncash. En este último, se ha iniciado con la plantación de maíz para luego dar paso al arroz, aseguró.
Todo ello, en un contexto en que la producción de arroz en las zonas costeñas, como Piura (-8,000 hectáreas), adelantan una caída en la producción del grano debido a la falta de fertilizantes por lo que no se descarta un incremento en el precio. A nivel nacional, en tanto, el gobierno estima que el rendimiento caería hasta 7.5% por la demora en la entrega de urea subsidiada.
La situación a nivel internacional tampoco es optimista. El clima adverso en los principales países proveedores de arroz de Asia, como la India y China, amenaza con reducir la producción de la comida más importante del mundo y avivar una inflación de los alimentos que ya está cerca de máximos históricos.
Aunque Perú importa menos de 100,000 toneladas al año, sobre todo de Brasil y Uruguay, -el consumo es de 2.5 millones de toneladas anuales-, es posible que tenga que suplir un arroz internacional más caro por producción local, cuyo precio también se elevaría a favor de los productores, reconoce Edquen.
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Impacto controlado
El arroz está incluido entre los 28 productos de la canasta básica de los peruanos, considerando su alto consumo nacional -47 kilos per cápita al año-, desplazando incluso a la papa, por lo que conocer las proyecciones sobre su precio es importante para los hogares.
Sobre este punto, Ángel Manero, consultor en temas de agronegocios, explicó que si bien Perú tiene poco más de 400,000 hectáreas de arroz y según el Ministerio de Desarrollo Agrario y Riego (Midagri) se sembrarán 2,400 hectáreas menos que la campaña pasada; factores como la disponibilidad hídrica, la mayor cosecha en la selva (que ya siembra más de la mitad de la producción nacional de arroz), y el mejor precio para el productor (entre (S/ 2 y S/ 2.5 por kilo de arroz pilado), apuntan a que “el crecimiento de la producción de arroz no va a parar y viene incentivada por el precio local, de modo que muy posiblemente la superficie sembrada (2022/2023) se incrementará respecto de la campaña anterior”, señaló.
Incluso, estima que la producción para la campaña 2022-2023 crecería en 5% (100,000 toneladas adicionales) por lo que se debería alertar que la producción nacional crece mientras que el consumo casi no aumenta y se ubica entre 1.6 millones y 1.7 millones de toneladas anuales.
“El incremento de las siembras hará que el precio caiga a partir de marzo del 2023 aun cuando el precio internacional se mantenga en los niveles actuales”, anota.
¿Por qué aumentará la producción? “Los molinos tienen liquidez y siguen financiando al productor arrocero de modo que los fertilizantes no serán un problema. Incluso hay que tener en cuenta que para fin de año, cuando se realice la etapa principal de fertilización, la urea habrá regresado a cotizarse a US$ 300 la tonelada, lo que ya sería un precio normal. Además está el factor de la disponibilidad de agua”, explica.
Edquen señala que, en efecto, el precio de la urea se ha ido regularizando y que ahora se vende a US$ 600 la toneladas, es decir, cerca de S/ 160 el costal. “Es un precio que se puede cubrir considerando que el precio del arroz está por encima de S/ 140 el kilo en chacra”, indica. Es decir, el todavía alto precio de los fertilizantes se está trasladando al consumidor.
Para Manero este incremento en el precio sería temporal. Reiteró que para la campaña grande, de diciembre a marzo del 2023, la sobreproducción presionará el precio a la baja.