
Gestión conversó con Patricio Vimberg, analista principal para Perú de S&P Global Ratings, para conocer cómo se ve el país desde afuera en medio de un contexto de un nuevo cambio presidencial y una economía que crece, pero lejos de sus mejores resultados.
¿Cuál es su balance sobre la dinámica peruana?
Desde S&P Global Ratings tenemos para Perú una calificación de largo plazo en moneda extranjera de BBB-, con perspectiva estable; está justo a nivel de grado de inversión. Como mencionamos en nuestro último comunicado de diciembre 2024, la calificación incorpora nuestra opinión de que las instituciones son débiles y han limitado el crecimiento económico y del ingreso per cápita del país, pero a pesar de esta debilidad, hay anclas institucionales como el Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) y el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF) que han contenido el deterioro de los fundamentos macroeconómicos.
Lo que ha sucedido en las últimas semanas, con la rápida destitución de la expresidenta Dina Boluarte, es un episodio más que refleja la debilidad institucional que hemos visto en Perú durante la última década.
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¿Esta reciente crisis política es motivo de revisión de la calificación?
La calificación ya incorpora de cierta manera el panorama político complejo. Esto no es algo nuevo en el Perú, es un episodio más, donde ya asumíamos que la incertidumbre política iba a persistir de cara a las elecciones de abril del 2026. No solo (hablo de) los últimos acontecimientos, sino también del bajo nivel de aprobación de la población, por ejemplo, para el Poder Ejecutivo y el Congreso de la República, una muy alta fragmentación política y la falta de partidos políticos fuertes.
Pero, como decía, a pesar de estos episodios recurrentes de incertidumbre política, esperamos que las fortalezas en términos de calidad crediticia se mantengan: el nivel de deuda bajo, un perfil externo todavía favorable, una política monetaria creíble.
Si bien se mantiene la calificación y la perspectiva, S&P normalmente evalúa factores que podrían mejorarlas o deteriorarlas...
Sí, le damos seguimiento a potenciales cambios que pueda haber en la calificación en los próximos años. Por ejemplo, si alguna de las instituciones fuertes desde el punto de vista institucional se deterioran y esto hace que los fundamentos macroeconómicos, a su vez, también se deterioren.
Si como parte de las protestas o parte de los últimos acontecimientos, el crecimiento económico se viese impactado, eso podría afectar el sentimiento de los inversores y el crecimiento económico de Perú. Entonces, esto podría eventualmente poner más presión en el déficit fiscal y la deuda, lo que podría derivar en una baja de calificación.
Del otro lado, pensando en potenciales mejoras de la calificación en los siguientes años, en el mediano plazo, lo que deberíamos ver son condiciones políticas más estables que apoyan la ejecución de políticas de manera efectiva, que impulsen la inversión y el crecimiento económico.

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Las preocupaciones de S&P sobre Perú
Quizá a simple vista parece que estamos frente a un Perú que avanza, pero ¿concretamente qué le preocupa a S&P?
Es cierto, nuestra visión es que la macroeconomía y la resiliencia se mantienen, incluso en este escenario de incertidumbre política. Pero, lo que vemos, tal vez, de manera un poco más preocupante, es el costo de oportunidad de no avanzar más rápido por la incertidumbre actual.
Sobre el comentario de “un Perú que avanza”, cuando uno observa el historial de la calificación, hemos bajado la calificación en dos escalones en los últimos cuatro años. Vemos con preocupación algunos temas, sobre todo los que tienen que ver con la parte de la institucionalidad débil en general y el impacto de ello en el crecimiento económico.
Desde el punto de vista fiscal y de deuda, vemos con algo de preocupación a futuro como nuevas medidas puedan aumentar los egresos (gastos) del Gobierno y, su vez, afectar la perspectiva fiscal y el proceso de consolidación fiscal que se ha dado durante los últimos años.
Si bien el BCRP se ha destacado positivamente, distintos analistas tienen críticas contra el MEF. ¿Cuál es la imagen que ustedes perciben de ambas instituciones?
Desde el punto de vista de la institucionalidad, le damos particular peso a estas instituciones que son claves a la hora de manejar la macroeconomía del país y de poder mantener una economía más estable. A pesar de los episodios de incertidumbre política que hemos visto en el pasado, la macro parece seguir avanzando relativamente bien.
¿Les hace ruido que, como dicen analistas, que el MEF ya no pone un contrapeso o marca la pauta para controlar leyes que vienen del Congreso que afectan las cuentas fiscales?
Es cierto que ha habido presiones, y sobre todo del lado político, de mayor gasto. En los últimos años hemos visto desafíos para cumplir con la regla fiscal que se plantea el Perú, pero más allá de eso seguimos viendo una mentalidad de prudencia dentro del MEF. Además, el país tiene al Consejo Fiscal que se ha convertido en un participante importante dentro de la discusión fiscal.

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El costo de oportunidad
La mirada local a veces dista de cómo se ve el Perú en el exterior. ¿Qué conversaciones tienen con los inversionistas extranjeros sobre el país?
Desde el punto de vista de los inversionistas, tal vez alguno de los episodios de incertidumbre política que en el pasado generó preocupación, es algo que, debido a la recurrencia de estos factores, ahora ya se ha incorporado en la historia de crédito. Parte de los acontecimientos de las últimas semanas ya estaban incorporados en las expectativas de los inversionistas, sobre todo teniendo en cuenta las elecciones del próximo año.
Me parece que el tema importante es mencionar que esto es un equilibrio débil. Como mencionaba, hay instituciones que se han mantenido y que han permitido que la situación macroeconómica se mantenga relativamente estable, es algo que los inversores también han incorporado. Pero, en caso de que haya algún deterioro sobre ello, podría haber un impacto más fuerte, desde el punto de vista macroeconómico y de los inversores.
¿Hay un costo de oportunidad?
Sí. Uno observa y piensa cuáles serían los resultados que podría tener el Perú en caso esta incertidumbre política no fuese tan recurrente o hubiese cierto nivel de mitigación. Estar discutiendo estos temas no permite que se discutan otros más de fondo como la informalidad en el mercado laboral, una estrategia de crecimiento de más largo plazo o cómo hacer para que la economía y el ingreso per cápita crezcan de manera más acelerada.
Habló de un equilibrio débil. ¿Hasta cuándo el país puede estar así?
Menciono que es un equilibrio débil porque creo que el nivel de calificación en el que está actualmente soporta algunos de estos embates de la incertidumbre política, pero a mediano plazo sí sigue siendo una pregunta –sobre todo de cara a unas elecciones, con una gran cantidad de partidos políticos– qué tanto puede mantenerse este equilibrio.
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Inseguridad ciudadana y jurídica
Hablando desde la mirada económica, para S&P ¿la inseguridad ciudadana ya es un golpe para el país?
Nosotros no tenemos ninguna estimación puntual de temas de inseguridad o cómo esto puede impactar (en la economía). Pero, sí vemos los indicadores públicos sobre este tema, en general, en toda la región. Es algo que analizamos con preocupación.
Sobre cómo esto puede afectar la calificación, lo principal que estamos analizando es cómo esta situación afecta las decisiones de inversión y cómo ello podría tener un impacto en el crecimiento económico y en la perspectiva del país.
Teniendo en cuenta los acontecimientos de las últimas semanas y cómo eso puede impactar en el crecimiento económico, por supuesto, es algo a lo que le estamos dando seguimiento.
¿Qué tanto el deterioro de la seguridad jurídica preocupa a una calificadora como S&P?
Desde nuestro punto de vista eso es algo que lo incorporamos en nuestra visión de la institucionalidad del país. Volviendo al punto que mencionaba, nosotros vemos cómo estos temas impactan en las decisiones de inversión de los agentes económicos.
En la medida que estos asuntos generen una desaceleración en inversión, es algo que nos preocuparía y que podría tener un impacto directo en el crecimiento económico, en nuestra visión acerca de la resiliencia económica de Perú en el largo plazo y eventualmente podría tener un impacto en la calificación.

Editora de Economía y coordinadora de ESG del diario Gestión. Licenciada en Ciencias de la Comunicación. Con casi 10 años de experiencia profesional en el rubro.







