Pese a tener su tercera moción de vacancia presidencial a cuestas, el 76% de empresarios -es decir, tres de cada cuatro- consideraron probable (45% altamente probable y 31% ligeramente probable) que Castillo continúe como presidente durante el 2023, según el sondeo entre los ejecutivos de las más de 300 empresas e instituciones clientes del Servicio de Asesoría Empresarial (SAE) de Apoyo Consultoría.
“Estos resultados indicarían que la mayor parte de los empresarios no esperan cambios sustanciales en la dirección del Gobierno”, comentó Víctor Albuquerque, director de análisis sectorial del SAE.
Si bien en otro contexto, la continuidad de un mandatario -dentro de su periodo de cinco años- podría ser positiva, Albuquerque agregó que “se seguirá percibiendo un contexto político de alta incertidumbre, lo cual se traduciría -en parte- en un mayor deterioro de la gestión pública y persistentes problemas de gobernabilidad”.
Es que el 63% de ejecutivos encuestados consideró como el principal riesgo para el entorno de negocios una grave crisis de gobernabilidad en el país (seguida de un fuerte enfriamiento de la demanda interna y mayor deterioro de la economía mundial).
Más que solo un “descontento” con el contexto político actual, los empresarios palpan el impacto negativo en sus negocios y sectores, lo que al final impactaría en la dinámica del país y en indicadores claves para la población como la generación de empleo de calidad.
“Creemos que la inestabilidad política es el principal riesgo para el entorno de los negocios y para atraer inversión. Esta crisis se traduce en el nulo crecimiento que la inversión privada tendría este año y en la dificultad que enfrentan los empresarios para contratar nuevo personal”, expuso Jesús Salazar Nishi, presidente de la Sociedad Nacional de Industrias (SNI).
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Se hace fundamental -dice el empresario- tener un clima de confianza y predictibilidad para tomar decisiones, pero lamentó que las discusiones políticas no estén ayudando a alcanzar ese objetivo.
Desde una mirada de los exportadores, Julio Pérez, presidente de la Asociación de Exportadores (ADEX), recordó que si bien el 60% del PBI del Perú se explica por el desempeño exterior, que hoy enfrenta dificultades, se le añade un componente nacional de problemas que limitan las inversiones.
Aunque se prevé la continuidad del presidente, consideró que no hay espacio ya para un ‘giro de timón’. Y, en línea con lo dicho por los industriales, Pérez sostuvo que la crisis de gobernabilidad debe ser resuelta en el corto plazo -que consideró deben ser solo semanas- para evitar que escale.
“Aunque hasta ahora parece que se resuelve como vacancia presidencial o cierre del Congreso, lo cierto es que mantenernos en la incertidumbre es peor que saber cuál será el desenlace”, dijo.
En general, la falta de confianza y predictibilidad, así como la ‘normalización’ de la corrupción hacen muy difícil asegurar la inversión privada en el país, así lo consideró Cayetana Aljovín, presidenta de la Sociedad Nacional de Pesquería (SNP).
La mirada política
Más allá de la percepción de los empresarios sobre la permanencia del presidente Castillo, ¿qué nos dice el contexto político en medio de una crisis? El análisis de Paolo Sosa, investigador del Instituto de Estudios Peruanos (IEP), es que hoy existe en el país una ‘tensa calma’.
“Es una ‘calma’ que nos muestra que en la práctica no pasa nada, pero todos los días tenemos abierta la posibilidad de que algo pase. Por ejemplo, de que el presidente anuncie que va a interpretar lo que es una negación de la confianza y se abra la puerta para que estemos al borde del cierre del Congreso. Y el Congreso no solo ha promovido mociones de vacancia, sino también acusaciones constitucionales. Y, hay un tercer actor que es la Fiscalía, que también tiene su agenda”, subrayó.
Para el investigador, resulta difícil hacer un diagnóstico claro de la situación, pues estamos en frente de una paradoja. Aparentemente hay incentivos para vacar al presidente de la República, hay una posición relativamente organizada que va en distintos intentos para sacar al presidente. Pero, por otro lado, parece que hubiera una suerte de ‘equilibrio’ que hace que eso no prospere.
“Un equilibrio que no necesariamente favorece una mejor gobernabilidad, una mejor gestión, simplemente hace que las cosas sigan como están”, comentó.
Oportunidades
A pesar de este entorno afectado por diversos factores de riesgo, la mayoría de los empresarios aún percibe oportunidades de inversión a nivel local. Cuatro de cada cinco empresarios consultados tienen la percepción de que en el actual contexto aún es posible encontrar mercados o segmentos que generen una rentabilidad atractiva.
“Pero el restante 20% de los ejecutivos mostró una opinión contraria, lo que reflejaría que sus expectativas sobre la marcha del país están deterioradas”, dijo Albuquerque.
De hecho, ya Gestión adelantó que las expectativas empresariales se deprimirían en diciembre -de cara a un corto y mediano plazo- por la crisis política.
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Situación financiera
Destaca la solidez financiera en la mayor parte de empresas del mercado corporativo para enfrentar un contexto de crédito más caro y otros riesgos que afecten sus operaciones.
Cerca del 70% de ejecutivos encuestados señaló que en el 2022 la situación financiera de sus empresas está muy sólida o algo sólida. En tanto, el 18% cree que este año sus negocios terminan con una situación financiera neutral, y solo el 10% considera que cerrará el año con finanzas algo deterioradas.
“Esta fortaleza financiera en la mayoría de las empresas del mercado corporativo brindaría cierto margen de maniobra para hacer frente a los riesgos relacionados con aumentos de costos de financiamiento, operativos, entre otros factores”, puntualizó Albuquerque.
Limitación está en la política, no en empresas
Iván Portocarrero, Jefe de Análisis Sectorial Apoyo Consultoría
Los resultados del sondeo muestran que la crisis política y de gobernabilidad que enfrenta el país está afectando el crecimiento económico. Los últimos datos oficiales al tercer trimestre del año muestran una importante desaceleración en el crecimiento del PBI (por debajo de 2%), una caída de la inversión privada y el empleo informal hoy es un porcentaje más alto que antes de la pandemia.
Las empresas grandes del país -que explican la gran parte de la inversión, del empleo formal y la recaudación tributaria- aún ven oportunidades de inversión rentables a nivel local y están en una posición financiera sólida para enfrentar el entorno de subida de tasas de interés y turbulencia global.
La limitación no está en las empresas, sino en la política. La incertidumbre que esta genera, la designación de funcionarios cuestionados, y el riesgo de malas regulaciones como la laboral afectan el balance entre rentabilidad y riesgo, lo que impacta negativamente en la economía. Lamentablemente, todo apunta a que no se generen cambios sustanciales en la dirección del Gobierno en el 2023.