Ante la paralización de dos de las principales operaciones mineras del país, como son Cuajone, de Southern Perů, y Las Bambas, de MMG Limited, el Instituto de Ingenieros de Minas del Perú (IIMP) exhorta al Gobierno a liderar espacios de diálogo con las comunidades para poder reanudar las funciones en las minas.
“Tanto Cuajone como Las Bambas son modelo de una minería moderna y responsable, que apuestan por el desarrollo territorial como mecanismo para fomentar un bienestar sostenible en sus respectivos ámbitos de influencia”, señala el comunicado.
Además, mencionan que gracias al desarrollo de la minería, la tasa de pobreza en el distrito de Torata (donde se desarrolla Cuajone) está por debajo del 9%, mientras que en Chalhuahuacho (distrito donde se desarrolla Las Bambas) la pobreza bajó de niveles que bordeaban el 80% a menos de 40% en sólo cinco años.
En ese sentido, la paralización de ambas operaciones ha generado que el Estado Peruano deje de recibir por impuestos US$ 7 millones al día, lo cual no solo afecta a la inversión privada, sino especialmente a todas las comunidades en el entorno minero.
Soluciones
Por otro lado, el IIMP alegó que a pesar de que el 50% de los impuestos pagados del canon minero se transfiere los gobiernos regionales y locales, el Estado carece de planes territoriales que prioricen el cierre de brechas sociales y la ejecución inapropiada de los fondos públicos disponibles, lo que han generado un alto nivel de insatisfacción en la población.
“Pero la solución a esta aparente paradoja no pasa por el bloqueo endémico de las operaciones mineras para exigir montos de dinero, lo cual en esencia es un ilícito; y no pasa tampoco por incrementar la carga impositiva minera, la cual es equivalente a otras jurisdicciones con las cuales competimos. Lo que se requiere es implementar una inversión pública eficaz y eficiente, con fondos públicos ya disponibles, para el cierre de las brechas sociales existentes”, agrega.
Por ello, el IIMP manifiesta la necesidad de establecer una visión compartida del desarrollo económico sostenible que requiere nuestro país. Y esto será un esfuerzo tanto público como privado, “donde el sector minero peruano deberá aportar su conocimiento y experiencia en abordar desafíos logísticos en territorios altoandinos remotos; y asimismo su experiencia en planificación y ejecución de proyectos con un alcance multianual y de largo plazo”.