Durante dos décadas, una vía fácil y fiable de hacer dinero fue comprar un edificio comercial y echarse a dormir.
Durante dos décadas, una vía fácil y fiable de hacer dinero fue comprar un edificio comercial y echarse a dormir.

Quizás no lo sepa, pero una porción creciente de sus ahorros y fondo de pensiones ha sido invertida en edificios donde usted trabaja, compra y se hospeda. La idea era que estas inversiones brindarían un flujo estable de ganancias por décadas, como lo hacían los bonos gubernamentales antes de la fuerte caída de sus tasas de interés. Pero el virus ha arrojado ese supuesto a una mezcladora de hormigón.