
Dicen que el precio del pan puede es el reflejo de la económica de un país. Hoy el Perú celebra por primera vez el Día del Pan Peruano, una fecha oficial que reconoce la importancia de este alimento no solo como parte de la tradición gastronómica, sino también como un pilar económico que sostiene a miles de familias en todo el país.
Su impacto no es menor: se estima que el consumo nacional bordea los 25 kg por persona al año, lo que equivale a entre 2 y 3 panes diarios por habitante, según cifras que comparte Marín Astocondor, maestro panadero y director de Innovación de Nova Escuela.
La producción local alcanza más de 1.2 millones de toneladas de pan al año, con alrededor de 20,000 panaderías operando en el país, de las cuales el 95% son micro o pequeñas empresas. La mayoría son negocios familiares que, además de abastecer a sus comunidades, generan empleo y dinamizan la economía regional.
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“El pan sigue siendo un producto de altísima rotación, con márgenes que pueden variar entre 25% y 40%, dependiendo del tipo y del volumen vendido”, explica Marín Astocondor.
Según indica, el costo de producción de un kilo de pan francés ronda los S/ 4.00 a S/ 4.50, aunque los gastos asociados a mano de obra, energía y alquiler pueden variar ampliamente según el tamaño del negocio.
Durante los últimos años, factores externos como el alza internacional del trigo, el aumento del costo de la energía y el encarecimiento de insumos clave como huevos y azúcar han generado presión sobre los pequeños productores.

Aún así, el consumo de pan se ha ido recuperando tras la pandemia, impulsado principalmente por el creciente interés por el pan artesanal y saludable.
“La nueva generación de panaderos apuesta por panes con masa madre, granos andinos y fermentaciones naturales, lo que está dando lugar a un nuevo perfil de negocio”, señala Astocondor.
Esta tendencia va de la mano con consumidores más informados, que buscan productos con mayor valor nutricional, menos aditivos y un enfoque sostenible.
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Identidad regional y riesgo de pérdida
El pan también cumple un rol esencial en la identidad regional del país. Cada zona tiene su especialidad: desde la chuta cusqueña y la chapla ayacuchana, hasta la cachanga piurana o el pan de tres puntas de Arequipa. Sin embargo, varios de estos productos corren el riesgo de desaparecer si no se revalorizan.
El Día del Pan Peruano busca justamente visibilizar estos saberes tradicionales. Según detalló Nova Escuela se vienen promoviendo programas de formación panadera con enfoque regional, recuperación de recetas, y acceso a tecnología para mejorar la calidad sin perder la esencia artesanal.

“El pan no solo alimenta, también cuenta historias. Cada receta es parte de nuestra memoria colectiva”, afirma el especialista.
En ese sentido, destaca la importancia de contar con políticas públicas y campañas de comunicación que impulsen la difusión del pan peruano dentro y fuera del país.
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Innovación con tecnología
A nivel tecnológico, el sector panadero peruano también está avanzando. Hornos inteligentes, cámaras de fermentación y equipos de alta precisión permiten elevar la calidad de producción, garantizar la inocuidad del producto y aumentar la rentabilidad sin renunciar al carácter artesanal.

Según Astocondor, hay una oportunidad de internacionalización: “Así como exportamos quinua, podríamos llevar nuestros panes tradicionales al mundo. Solo necesitamos contarlo mejor”.
De hecho, en 2013, Perú ganó el premio al mejor pan nutricional en el Campeonato Mundial de Embajadores del Pan, en Francia.
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Un alimento esencial
El pan sigue siendo un bien esencial. Su cadena de valor involucra agricultores, molineros, panaderos, transportistas y comerciantes. Pero aún enfrenta retos estructurales: falta de profesionalización, escasa inversión en tecnología y una cadena de suministro vulnerable a factores externos.
El Día del Pan Peruano llega como una oportunidad para visibilizar no solo los sabores que nos unen, sino también los desafíos que enfrenta este sector para volverse más competitivo, innovador y sostenible.
Desde el sector panadero el llamado es claro: consumir pan peruano es apoyar a miles de familias y preservar un patrimonio que nos pertenece a todos.