
A una semana de la entrada en funcionamiento del nuevo terminal del Aeropuerto Internacional Jorge Chávez, el superintendente nacional de Migraciones, Armando García Chunga, advirtió que aún no cuentan con una oficina de pasaportes en esta nueva infraestructura.
Esta omisión, sumada a la reducción del espacio destinado a su entidad, representa -según dijo- un riesgo para la atención eficiente de los miles de pasajeros que transitan diariamente por el aeropuerto.
“Nos han asignado 40% menos espacio que en el antiguo aeropuerto, a pesar de que este nuevo terminal es tres veces más grande”, cuestionó García Chunga en RPP, al señalar que desde el 2023 su institución ya había advertido esta situación sin recibir solución del concesionario Lima Airport Partners (LAP) ni del Ministerio de Transportes y Comunicaciones (MTC).
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En efecto, García Chunga reveló que hasta el momento Migraciones continúa tramitando pasaportes en el antiguo terminal del aeropuerto, lo que obliga a los pasajeros que requieran un documento de emergencia a trasladarse entre ambas sedes, incluso con poco tiempo antes de su vuelo.
“Un pasajero que pierde o le roban el pasaporte debe ir primero al antiguo terminal y luego trasladarse al nuevo para embarcar”, explicó.
El superintendente añadió que la propuesta para modificar el “anexo 10” del contrato con LAP, donde se define la distribución de espacios a entidades públicas, fue elevada al MTC a fines del año pasado, pero aún está en negociación.
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Acumulación en horas pico
Desde el 1 de junio, fecha de inicio de operaciones en el nuevo terminal, Migraciones ha controlado más de 141 mil pasajeros, de los cuales cerca de 77 mil fueron extranjeros. Según García Chunga, este volumen de tránsito turístico es una señal positiva para el país, pero también representa un reto logístico por la falta de infraestructura adecuada.
Durante las denominadas “horas pico”, que van de 9 p.m. a 1 a.m., pueden aterrizar hasta 30 aviones en simultáneo, lo que implica el arribo de cerca de 4,000 pasajeros en cuestión de minutos.
“En esos momentos, los espacios se ven absolutamente abarrotados. A diferencia de las salidas, donde el flujo es más gradual, las llegadas son masivas e instantáneas”, explicó.
Para mitigar este problema, Migraciones ha incrementado su capacidad operativa en la zona de llegadas, pasando de 24 a 33 módulos de atención, y ha potenciado el uso de puertas electrónicas con el aplicativo Migracheck, que permite el autocontrol migratorio en menos de 40 segundos.
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Un aeropuerto con diseño del pasado
García Chunga cuestionó también que el diseño del nuevo terminal responde a una planificación de hace 20 años, cuando ni siquiera existía el pasaporte electrónico en el Perú.
“Este no es un aeropuerto pensado para las necesidades actuales de control migratorio. La tecnología ha avanzado, pero el espacio físico no se adaptó”, sostuvo.
Aunque LAP habría indicado que en una etapa futura se asignará un espacio para la oficina de pasaportes, no hay una fecha confirmada. Mientras tanto, la sede de Breña seguirá operando 24/7 para emitir pasaportes de emergencia, y el antiguo terminal mantendrá sus puertas abiertas para este servicio, previa presentación de un boarding pass o documento que acredite viaje inmediato.