Si se habla de startups, es casi imposible dejar fuera a los fondos de venture capital (fondos VC) que les proveen de financiamiento. Aunque hay una gama amplia de inversionistas no tradicionales con la atención puesta en las startups (como aceleradoras o inversores ángeles), los fondos VC han incrementado su participación en este rubro en los últimos años.
Pero están ocurriendo cambios en su estrategia de financiamiento, y las startups que saldrán a buscar capital en los próximos meses deben tenerlo en cuenta. “Se han cambiado los criterios de inversión más que el apetito de inversión”, dice José García Herz, presidente de la Asociación Peruana de Capital Semilla y Emprendedor (Pecap).
García Herz, también Managing Partner de Winnipeg Ventures, dice que claramente se necesita que las startups tengan potencial de crecimiento, pero ahora se busca tener claro el camino a la rentabilidad y la sostenibilidad del negocio en el tiempo.
“Por lo menos en este momento, donde hay incertidumbre con respecto a que se pueda levantar más dinero, sobre todo para rondas más avanzadas, hay que tener claro el camino a la rentabilidad y poder hacer un negocio más sostenible”, remarca.
En la misma línea, comentaron otros fondos consultados, como Alaya Capital, Inca Ventures y Alive Ventures.
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María Pía Morante, directora de Inversiones de Alive Ventures, explica que en el 2021 se observó un boom: startups levantando rondas relativamente grandes para sus tamaños y un amplio interés de los fondos. Dice que hubo mucho apetito por parte de los VC y eso aumentó las valoraciones. Y que se apostó mucho al crecimiento de las empresas, pero se perdió de vista su rentabilidad.
“Las startups no necesariamente son rentables al inicio, porque justamente están en una etapa tan ‘chica’ que tienen que invertir para crecer, pero tiene que haber una visibilidad clara de que la empresa va a llegar a ser sostenible y que, por lo menos a nivel de margen bruto, a nivel de unit economics, muestren que tienen esa capacidad de generar rentabilidad”, anotó.
Cabe recordar que en el 2021, un año después del inicio de la pandemia, fue un momento de abundante liquidez en el mundo, con tasas de interés aún bajas (lo que ayuda a que los inversores apuesten por fondos VC por sobre otros mecanismos de inversión), sumado a un boom tecnológico en medio de la crisis sanitaria (por ejemplo, un mayor despegue del e-commerce o la educación digital).
Luis Narro, Venture Partner de Alaya Capital comenta: “En 2021 veíamos startups que priorizaban mucho el crecimiento, quizás sin tener un plan de mediano plazo de llegar a ser sostenibles como compañías; hoy vemos un mercado que está priorizando la búsqueda de la sostenibilidad de las startups más que el crecimiento a todo costo”. Meghan Stevenson-Krausz, directora de Inca Ventures y Latam Lead de Diversity VC, responde en el mismo sentido.
¿Este cambio representará un problema para algunas startups? Narro dice que el riesgo de no poder levantar más dinero podría aumentar para compañías en las que ya un fondo haya invertido en el pasado bajo la lógica solo de crecimiento a todo costo.
“Hay mucho más enfoque a la hora de evaluar una startup, foco en los números, en lo que puede ser un estado de resultados contándome la historia hacia atrás o una proyección de un par de años en un flujo de caja. Entender bien cuáles son los supuestos detrás de este crecimiento de la compañía, ver que no sean planes que dependan exclusivamente del levantamiento de una próxima ronda, que es algo que venía pasando sobre todo en 2021″, añade.
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El plazo para invertir
Stevenson-Krausz detalla que cuando un fondo VC invierte, normalmente es en periodos de cinco años, con un tiempo adicional (hasta 10 años en total) para empezar a salir de esas posiciones.
Además, los fondos VC invierten en startups a cambio de una participación en el capital de la empresa. Dependiendo del tamaño de la ronda, el fondo VC puede ser el único inversor o coinvertir con otros.
Pero si bien un fondo VC adquiere una participación en una startup, el core de su negocio no le permite quedarse más años que los mencionados. Esto porque, como fondos, levantan capital de inversionistas y deben devolverles los recursos con el rendimiento conseguido.
Los próximos planes
¿Qué alistan los inversionistas consultados en esta nota? Alaya Capital está por cerrar un tercer fondo. Es decir, está en camino a culminar el proceso de recaudación para quedarse solo invirtiendo.
“Alaya, con sus tres fondos, ha invertido en 35 compañías. En este último fondo tenemos tres inversiones anunciadas, una de ellas es peruana, se llama Megabite. Y pronto estamos por anunciar un par de inversiones que se están terminando de definir, pero no son peruanas”, dice Narro.
Este fondo VC también tiene en su portafolio, por ejemplo, a Preauth y Talently, otras dos startups peruanas.
En el caso de Inca Ventures, han invertido en 18 compañías, 10 de ellas peruanas, siete colombianas y una startup venezolana que opera en Estados Unidos. “Todavía tenemos capital con el que podemos invertir, entonces seguimos analizando startups”, refiere Stevenson-Krausz.
Inca registra dentro de sus inversiones a Chazki, Culqui, Leasy, Maximo, Mesa 24/7, MyPay, Prestamype, Solven y Somos Moto, que tienen como sede principal al Perú.
En el caso de Winnipeg Ventures , están orientando sus esfuerzos al levantar un fondo enfocado en ed-tech y en el “futuro del trabajo”, señala García Herz. “Estamos apostando mucho a esos dos sectores. Gran parte de nuestro portafolio está ahí, pero ahora nos estamos especializando. Este es el segundo fondo”, anota.
Y María Pía Morante, de Alive Ventures, cuenta que están en el proceso de levantamiento de un nuevo fondo, el cual esperan que empiece a invertir este año. “Perú seguirá siendo uno de los países foco”, asegura. Alive Ventures tiene como parte de su portafolio a Crehana (Perú).
Fondo de SoftBank para América Latina. Siendo uno de los más importantes, no alcanza aún a las startups peruanas. En su cartera hay empresas de Brasil, México, Colombia, Ecuador, Argentina y Chile.
Camellos y cebras avanzan en un mundo de unicornios
Los unicornios no solo son ‘animales mitológicos’, sino también startups que tiene un valor igual o superior a los US$ 1,000 millones, sin tener presencia en alguna bolsa de valores. Mercado Libre o Rappi son ejemplos de ello.
Sin embargo, no son los únicos animales que se mezclan con los negocios. Hay otros que van más en línea con el nuevo criterio clave para financiar startups: la sostenibilidad hacia adelante.
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El camello y la cebra son modelos más realistas, que justamente tienen como característica principal su manejo de capital basado en la priorización de la sostenibilidad, con equilibrio entre el crecimiento rápido y el flujo de caja desde su inicio. E incluso, en el caso de las cebras, incorporan el factor de ‘reparar sistemas sociales existentes’.