El panorama económico del país, aunado a eventos como la posibilidad de un Fenómeno El Niño (FEN) global, el aumento de precios de alimentos y los efectos de las lluvias e inundaciones, han generado una percepción negativa en los ciudadanos sobre el rumbo de su economía familiar y cómo afrontar esta situación.
El 33% de peruanos señala que la economía del país “empeorará o empeorará mucho” en los próximos seis meses, de acuerdo con la encuesta “Percepción y expectativas económicas Perú”, realizada por Impronta Research. Además, un 38% opina que se mantendrá sin cambios y movimientos.
“Las expectativas relacionadas con la economía del país son moderadas. Para un 33% esta empeoraría en los próximos meses, sin embargo un 29% espera que la economía crezca, mientras un 38% indica que esta no se movería, que para efectos económicos no resulta positivo, conociendo que indicadores como IPC e inflación están fuera de sus rangos meta”, detalla el informe.
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Esto se refleja en temas como el presupuesto y deuda de las familias. El estudio señala que cinco de cada diez peruanos (49%) llega con dificultad a cubrir los gastos del hogar al final del mes. Es decir, aumentó en 4 puntos porcentuales respecto a la medición realizada el año pasado.
En es sentido, José Oropeza, socio director de Impronta Research, explica a Gestión que en los últimos 12 meses no ha habido un incremento en los ingresos del hogar para gran parte de peruanos, en tanto, los precios de los productos relacionados a la canasta de consumo sí se han incrementado.
“Esto ha creado una brecha en la capacidad de consumo de las familias, que cada vez se amplía en algunos niveles socioeconómicos (NSE) como el B, C y D y en provincias”, agrega.
Peruanos optan por una segunda fuente de ingresos
Un 33% de personas recurren a otras alternativas de ingresos para llegar a cubrir sus gastos de fin de mes, revela la encuesta realizada por Impronta Research. “Antes que endeudarse, el peruano buscaría una segunda fuente de ingreso y luego los ahorros propios”, indica el documento.
Justamente, un 18% afirma que haría usos de sus ahorros, 5% optaría por un préstamo a familiares y el 4% por créditos en entidades bancarias.
Para Fernando Gonzales, economista senior del Instituto Peruano de Economía (IPE), los diferentes mecanismos a los que recurren las personas para poder cubrir sus gastos no se excluyen entre sí, ya que uno puede optar por un segundo trabajo y a la vez solicitar algún préstamo.
“No son excluyentes, porque por un lado, uno puede incrementar sus ingresos a través de un empleo adicional o trabajando horas extras, y por otro, se puede recurrir a préstamos o créditos del sistema bancario”, precisó a Gestion.
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Por su parte, Oropeza alega que, de acuerdo con un sondeo realizado en diciembre del 2022, el 62% de peruanos recurrió durante ese año a algún tipo de endeudamiento para cubrir los gastos asociados a la canasta del hogar.
“La fuente de liquidez para los hogares del NSE C y D proviene de amigos, familiares, bancos y cajas, mientras la tarjeta de crédito y adelanto de sueldo son los preferidos por el NSE B. Bajo este escenario es difícil seguir cubriendo los pendiente con deuda, por lo que la opción de una segunda fuente de ingreso es la que hoy prevalece, sobre todo en el sur del país y en los NSE C y D”, destaca.
Reducción de gastos
En ese marco, el economista del IPE observa que el gasto per cápita de las familias se redujo en casi todo el país durante el 2022, a excepción de Apurímac, Amazonas, Ayacucho, Cusco y Huancavelica.
Lima fue una de las regiones más afectadas, todo ello se resume en un menor consumo de las familias: “Ello significa para algunas familias privarse de algunos bienes que no necesariamente son de primera necesidad”.
No obstante, para un número importante significa dejar de consumir alimentos de alto valor nutricional y no priorizar algunas necesidades básicas como salud.
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“La reducción del gasto es en términos reales, esto quiere decir que está considerando la inflación. Por un lado, las familias gastando menos, porque ganan menos, lo cual está relacionado con el bajo crecimiento económico. Por otro lado, están las altas presiones inflacionarias, que reducen la capacidad adquisitiva”, detalla.
Precisó que “si bien se está reduciendo (el gasto por familia), todavía está yendo a un ritmo progresivo. En términos reales se ha reducido en 10% en todo el país, pero en Lima Metropolitana se ha reducido en 17%”.
¿Se recuperará el consumo privado en el corto plazo?
Pablo Nano Cortez, jefe de Estudios Económicos en Scotiabank Perú, dice que el consumo privado se ha venido desacelerando en los últimos meses como consecuencia del menor ritmo de creación de empleo, a raíz de una caída de la inversión privada.
Las protestas sociales en el sur del país y las intensas lluvias en el norte también han afectado la generación de ingresos de las familias en dichas regiones, con el consecuente impacto sobre el consumo. A ello hay que sumarle que el Índice de Precios al Consumidor (IPC), tasa anual, a abril, aumentó 7.97%, limitando la capacidad de compra de las familias.
Incluso, los precios de alimentos y bebidas no alcohólicas subió 14.47% en dicho periodo, afectando principalmente a las familias de bajos ingresos que destinan una mayor parte de su presupuesto a este rubro.
No obstante, pese a la coyuntura actual, el economista estima una mejora en el corto plazo, lo cual sería favorable para el consumo de los peruanos.
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“La tendencia decreciente de la inflación -proyectamos que se sitúe alrededor del 5% al cierre del 2023-, y la esperada mejora gradual en el empleo, debería contribuir a un mayor dinamismo del consumo privado en la segunda mitad del año”, afirma Nano a Gestión.
“Estimamos una mejora gradual de la actividad económica en los próximos meses, en la medida que la mejora de la confianza empresarial se pueda traducir en una mejora de la inversión privada, lo que permitiría que se puedan retomar la ejecución de proyectos postergados por el ruido político. De concretarse este escenario, se podría empezar a dinamizar la generación de empleo con el consiguiente impacto positivo sobre el consumo”, agrega.
Uso de ahorros antes que endeudarse
Para Fernando Gonzales, existen varias maneras ante las cuales las familias pueden hacer frente a la perdida de poder adquisitivo, una de ellas es utilizando los recursos que tienen ahorrados.
“Hay familias que a lo largo de la pandemia han ido retirando sus activos, como AFP o CTS, esto puede dinamizar o hacer que su consumo no caiga tanto en el corto plazo, pero al final te estás quedando sin ahorros para un periodo a largo plazo”, detalla.
Añade que “mientras vemos que los ahorros se están reduciendo, existe el acceso al crédito, ya que para mantener sus niveles de consumo, los peruanos pueden recurrir a una mayor liquidez a través de préstamos”.
De acuerdo con el estudio, existe un 55% de peruanos que ahorra solo “cuando puede y lo que puede”, es decir, que no tiene un hábito de ahorro desarrollado.
“Al final, la inclusión financiera en el país no es tan alta y si bien se ha venido incrementado en los últimos años, aún la tenencia de cuentas de ahorro no es primordial para las personas. Se incrementó con la pandemia, pero todavía no es masiva. Esto no significa que las personas no ahorren, pero este puede ser fuera del sistema financiero”, menciona Gonzales a Gestión.
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En ese marco, destaca que las familias buscan la manera de ahorrar a través de algunos productos financieros que le puedan cubrir ese déficit de dinero en momentos de menores ingresos.
Además, sostiene que el porcentaje de personas que han accedido a un crédito formal en el país es de 33%, esto con datos a junio del 2022.
“Es decir, que solo 1 de cada 3 personas han accedido a un crédito, mientras que el restante no tienen posibilidad de crédito en el sistema financiero. Asimismo, hay un 53% de peruanos que tiene un cuenta en el sistema bancario, sea de ahorros, a plazos fijos, corrientes, entre otras”, precisa.
Por su lado, José Oropeza indicó que existe una baja capacidad de ahorro producto de una falta de cultura financiera, “solo un 6% destina sistemáticamente un porcentaje del ingreso al ahorro mientras un 34% , aunque ahorra de forma sistemática, el monto es variable”.
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