
La diferenciación salarial entre trabajadores de una misma empresa con funciones similares ha sido motivo de debate en el ámbito laboral. En este contexto, la Corte Suprema resolvió un caso de homologación de remuneraciones, respaldando estas diferencias, con el voto de la mayoría de los magistrados, aunque se presentaron observaciones.
La Corte analizó si la ubicación geográfica y el costo de vida podían considerarse factores objetivos para justificar diferencias salariales entre trabajadores que desempeñan funciones similares en distintas regiones. No obstante, otro grupo de la Corte sostuvo que estas diferencias deberían reflejarse de manera explícita en los conceptos salariales y no solo basarse en criterios generales de disparidad económica entre regiones.
El caso surge a raíz de que un trabajador presentó una demanda solicitando la homologación de su remuneración con la de otro empleado de la misma empresa, argumentando que ambos realizaban las mismas funciones y tenían condiciones laborales similares.
La empresa justificó esta diferencia señalando que el trabajador con mayor remuneración laboraba en una ciudad con un costo de vida más alto, lo que influía en la estructura salarial.
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Análisis y controversia en la corte
Para analizar si se consideraron criterios objetivos y que no se constituía una discriminación arbitraria, la Corte Suprema apuntó a la ubicación geográfica como un factor relevante en la determinación del sueldo, ya que el costo de vida varía entre distintas ciudades. Se tomó en cuenta información estadística que indicaba que el nivel de gastos en la ciudad donde laboraba el trabajador con mayor remuneración era superior al de la otra ciudad.
A partir de estos datos, la Corte concluyó que la empresa podía establecer diferencias salariales cuando existían factores económicos externos que justificaran el ajuste en la remuneración.
Sin embargo, un sector de la Corte discrepó con este criterio. Los magistrados en minoría argumentaron que, si la empresa consideraba que el costo de vida debía influir en la remuneración, este factor debía estar reflejado en un concepto salarial específico, como un bono por ubicación o una asignación diferenciada.
Señalaron que, en ausencia de un mecanismo explícito dentro de la estructura remunerativa, el argumento del costo de vida podría ser aplicado de manera discrecional, afectando el principio de igualdad de trato entre los trabajadores. Además, cuestionaron si este criterio se aplicaba uniformemente o si existían inconsistencias en la estructura salarial de la empresa.
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Localización geográfica como punto diferenciador
Martín Ruggiero, abogado laboralista, señaló que estos criterios ya habían sido reconocidos previamente. Una casación (208-2005 PASCO) estableció precedentes obligatorios para la homologación salarial. Según explicó, esta jurisprudencia permite a los empleadores realizar diferenciaciones objetivas y no arbitrarias en la remuneración de los trabajadores.
Por otro lado, Brian Ávalos, socio del Área Laboral de Payet, Rey, Cauvi, Pérez Abogados, indicó que la igualdad salarial implica que trabajadores que realizan el mismo trabajo deben recibir el mismo sueldo, aunque existen excepciones justificadas.
Explicó que las diferencias salariales pueden estar basadas en factores objetivos como la antigüedad, la procedencia del trabajador y el nivel ocupacional. Señaló también que cuando un trabajador presenta una demanda de homologación, debe identificar a un trabajador homologado con el cual compararse, estableciendo que no haya diferencias en su nivel ocupacional, antigüedad ni funciones.
Ávalos destacó que el ámbito geográfico es un factor relevante en la diferenciación de sueldos. Explicó que vivir en Lima tiene costos significativamente más altos en comparación con ciudades como Arequipa o Trujillo, lo que justificaría que los trabajadores en la capital reciban mayores ingresos.
Comparó este fenómeno con diferencias salariales observadas en ciudades como Londres, donde el costo de vida es considerablemente mayor en comparación con otras regiones del Reino Unido. También mencionó que, incluso dentro de Lima, los costos pueden variar, pero que estas diferencias no suelen justificar variaciones salariales dentro de la misma ciudad, a diferencia de lo que ocurre entre ciudades distintas.
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Análisis del voto en minoría
Ruggiero explicó que los magistrados en minoría no consideraron válida la distinción por ubicación y solo analizaron la antigüedad como criterio diferenciador. Su principal observación fue que la diferenciación salarial debía aplicarse de manera explícita y separada en la planilla, en lugar de reflejarse en la remuneración básica. Propusieron que los empleadores usen conceptos específicos como “bono por quinquenio” o “bono por antigüedad” para evidenciar mejor las diferencias de ingreso.
El laboralista cuestionó este enfoque, argumentando que no tendría un sustento legal adecuado y que podría complicar la gestión de planillas para los empleadores. Ávalos coincidió en que, si bien la intención de la Corte Suprema es evitar que la antigüedad sea el único criterio de diferenciación salarial, la exigencia de una disgregación detallada en la planilla podría ser burocrática e impráctica.
Explicó que la exigencia de una diferenciación explícita en la planilla implicaría un trabajo adicional para las empresas, que tendrían que realizar cálculos detallados de aumentos históricos, lo que podría complicar la administración de los pagos.
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