
Las expectativas del sector de minería e hidrocarburos cayeron en abril, reduciendo su optimismo en la mayoría de los indicadores -e incluso pasando a terreno pesimista en algunos puntos- para el corto y mediano plazo, según datos del Banco Central de Reserva del Perú (BCRP). ¿Qué ha llevado a este sector a colocarse en esta situación?
Durante el mes pasado, las perspectivas del sector frente a la economía a 3 y 12 meses se hundieron al tramo pesimista. La situación contrasta con otros rubros como manufactura, construcción y comercio, que se muestran optimistas e incluso aumentaron su puntaje (más de 50 puntos es tramo positivo).
Esto reflejaría que el optimismo del entonces ministro de Economía y Finanzas, José Salardi, de un Producto Bruto Interno (PBI) creciendo 4% este año, no habría calado en estas actividades económicas.
Es más, las expectativas sobre su propio sector, a 3 meses, se mantuvo en terreno negativo con 45.2 puntos.
Los otros indicadores evaluados, si bien aún están en terreno positivo o neutral, vienen retrocediendo a 3 y 12 meses, como el caso de la expectativa para contratar y para invertir.
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Mayor incertidumbre en hidrocarburos
Solo en el caso del rubro de hidrocarburos, con una cartera de inversiones de más de US$ 5,500 millones, la caída en la confianza empresarial está relacionada a varios factores, entre ellos la incertidumbre política y las señales regulatorias negativas, advirtió Felipe Cantuarias, presidente de la Sociedad Peruana de Hidrocarburos (SPH).
Pese a que la incertidumbre política es algo que se tiene en cuenta en todas las decisiones del sector privado, la falta de claridad de cara a las elecciones del 2026 ponen mayor presión al sector.
“No hay una claridad sobre qué va a pasar y eso genera un mayor riesgo que también ahuyenta la confianza. A esto hay que sumarle la situación de errores regulatorio que terminan de tirar por la ventana la confianza de la industria”, comentó a Gestión.
Uno de los principales golpes al sector ha sido la reciente resolución del Organismo Supervisor de la Inversión en Energía y Minería (Osinergmin) sobre la revisión tarifaria del concesionario Promigas, lo que ha motivado un nuevo arbitraje internacional ante el Centro Internacional de Arreglo de Diferencias Relativas a Inversiones (Ciadi).
Se suma la modificación del Factor de Retribución Económica (FRC), nivel de retribución económica que se paga a los distribuidores de gas natural, “que también es otra decisión que pone en riesgo el desarrollo de estas inversiones, sobre todo el gasoducto del sur”.

Además, indicó, preocupa la reciente negativa del Congreso a establecer una tarifa única de gas natural en todo el país también ha generado ruido, pues afectaría a muchas regiones que siguen esperando acceder a un servicio con los mismos costos que Lima y Callao.
Otro problema que agrava el ambiente de desconfianza es la incertidumbre en torno a Perupetro, el ente encargado de promover la inversión en hidrocarburos y adjudicar los lotes petroleros. La fallida adjudicación de los lotes I y VI —con la descalificación del primer postor y la evaluación del segundo—, a su consideración, ha levantado sospechas sobre un eventual favorecimiento a Petroperú.
Este incremento en la desconfianza del sector hidrocarburos podría postergar proyectos de inversión como el gasoducto del sur o la petroquímica, pues todos son financiados por el sector privado.
Aunque se venía avanzando en gas natural y se tienen horizonte de reservas para cubrir la demanda por 15 años, actualmente no hay nueva exploración de yacimientos.
“Desgraciadamente no se está explorando porque no se han creado las condiciones que permitan reactivar la industria de exploración. Esto es importante porque no es algo que ocurre de un día para el otro, toma años, son cientos de millones de dólares para explorar y no necesariamente va a conducir a un resultado positivo. Entonces, no podemos seguir perdiendo más tiempo”, sostuvo.
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Los factores que golpean a la minería
Para el exministro de Energía y Minas, Miguel Inchaustegui, uno de los puntos críticos que explican esta caída en las expectativas es el avance de la minería ilegal. Desde diciembre del 2023, recordó, se viene reportando atentados a empresas como aquellos contra la minera Poderosa y ahora alcanza su nivel más grave con el secuestro y asesinato de 13 mineros.
Pese a que el Gobierno peruano declaró el estado de emergencia en zonas afectadas, la percepción general entre los inversionistas es que el Estado no está tomando suficientes medidas.
“Eso está generando que se sienta que la minería no tiene un respaldo fuerte del Estado, no solamente es el Poder Ejecutivo sino también el Congreso de la República. Los inversionistas nacionales y extranjeros lo que están haciendo es esperar a que esta situación tenga una mejor definición de cómo se va a resolver”, comentó.
Este no es el único problema. Al igual que en hidrocarburos, la incertidumbre política también viene siendo un factor de preocupación a menos de un año de las Elecciones 2026.
Con la antesala de un nuevo periodo electoral, la fragmentación del escenario político, con más de 40 partidos inscritos, genera temor a que se puedan cambiar ciertas condiciones en cuanto a inversiones.
En medio de esto, se está observando una paralización de decisiones de inversión como es el caso de Zafranal y Yanacocha Sulfuros. Si bien la cartera minera es amplia, el exministro recordó que la mayoría de los proyectos en ejecución actualmente son ampliaciones de minas existentes y no nuevos proyectos.

Licenciada en Ciencias de la Comunicación por la Universidad de San Martín de Porres con experiencia en radio, tv, redes sociales y medios impresos. Escribo y hablo sobre economía y finanzas desde el 2020.