
Algunos indicadores relacionados a la inversión privada sugieren una “reanimación”, pero esto no se termina trasladando a la generación de empleos en el país, apuntó Miguel Jaramillo, investigador principal de Grade, en entrevista con Gestión. A esto se suma la carencia de anuncios y señales desde el Ejecutivo.
¿Qué dejó el reciente Mensaje a la Nación sobre la generación de empleos?
No hubo casi nada sobre empleo en el discurso presidencial. Claramente, no es una prioridad para el gobierno, así que no hay mucho que comentar por ese lado, salvo esa flagrante ausencia.
Hace unos meses, se anunció el Registro de Trabajadores en la Informalidad Laboral, que justamente sí fue resaltado. ¿Cómo observas su utilidad?
No entiendo muy bien cómo se podría usar ese registro. Además, la informalidad no es una característica estructural, como el color de tus ojos, tu talla o tu edad. Es una variable que puede cambiar de un día para otro. No sé cuál es el plan para asegurar que los datos están actualizados. Puedo tener información completa para el mes pasado, pero tal vez para este ya cambió.
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El mercado laboral es muy fluido. La gente está constantemente buscando empleo o generarse un propio ingreso. Un solo registro en un punto del tiempo no es muy útil como instrumento para caracterizar a esa población. Sabemos que el grueso de informales es autoempleado o está en empresas pequeñas o micro, que hay más mujeres que hombres. Hay una caracterización y, ciertamente, no veo que sea viable mantener actualizada esa información.
La inversión privada es el principal generador de empleos. ¿Qué esperar de su dinamismo?
Lo que uno ve es que, después de cuatro años completamente estancada, la inversión privada está empezando a moverse. El timing es un poco extraño porque justamente se vienen elecciones. Ciertos indicadores, como el de importaciones de bienes de capital, por ejemplo, sugieren que se está reanimando la inversión privada, pero eso aún no se traduce para nada en el mercado laboral.
¿Cuán rápido se trasladaría el efecto de desaceleración de la inversión al empleo?
Es de esperar un estancamiento. La gente es tan escéptica de conseguir empleo en esta situación que no está participando en el mercado laboral.
¿Qué término etiqueta de mejor manera este momento del mercado laboral?
Ciertamente esto no puede ser descrito como una recuperación vigorosa del empleo. No está ocurriendo. Eso es clarísimo.
Un reciente informe de Gestión identificó que la población ocupada de entre 14 a 24 años viene cayendo hace casi tres años...
Efectivamente, esto no es un problema del último año. Hay un problema más estructural, no se trata de la debilidad del crecimiento de la demanda laboral, se trata de un problema más serio, que creo que amerita un análisis más detallado. Yo veo dos hipótesis complementarias ahí. La primera es que los jóvenes se están yendo del país. Pero si, efectivamente, los jóvenes se estarían yendo, debería haber menos jóvenes registrados en las encuestas. Este no es el caso.

Pero hay otro que es bastante claro: el aumento de la criminalidad. En todos los estudios de criminología, el principal determinante del nivel de criminalidad en una sociedad es el tamaño del cohorte de jóvenes. Me parece súper preocupante estos datos de retraimiento de la oferta laboral que corren paralelos al aumento de la delincuencia y la criminalidad. Me da la impresión de que, ahora, si pudiésemos medirlo, encontraríamos muchos más jóvenes involucrados en actividades delincuenciales que lo que teníamos antes de la pandemia.
La masa laboral ilegal ha crecido fuertemente en los últimos años...
Exacto. Si algo ha crecido en este último quinquenio, durante este gobierno ha sido la delincuencia. Y eso supondría también un crecimiento de los trabajos ilegales, sin duda. Los casos de sicariato que vemos son mucho más frecuentes que los que veíamos hace cinco o 10 años.
Entonces, ¿qué le espera al mercado laboral en los último 11 meses de la gestión Boluarte?
Conforme se acerquen las elecciones, la incertidumbre va a crecer, particularmente con tantas agrupaciones políticas distintas. El entorno se va a poner cada vez más complicado para la inversión privada. Y también ya es un poco tarde para que el gobierno ponga en marcha medidas creíbles para promover la inversión privada.
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¿Cómo varió la gestión de este quinquenio la estructura del mercado laboral?
Comenzamos con una agenda laboral de 19 puntos durante el gobierno de Pedro Castillo y ninguno de sus puntos lidiaba con los temas centrales: baja productividad y alta informalidad. Cualquier plan para el mercado laboral que no ataque esos temas es un plan para otro país, no para este. Esos han sido los grandes ausentes. No hemos visto nada muy efectivo en todo este Gobierno, lamentablemente.
De esa agenda, ¿cuál terminó siendo el más dañino para la empleabilidad?
En general, no se han visto grandes reformas en la regulación del mercado laboral en estos años. No ha habido grandes discusiones. De hecho, no ha habido mucho debate laboral tampoco. Hay una especie de inercia en el terreno laboral. Se aprobó una cantidad de medidas muy grande, con efectos pequeños. Por ejemplo, tenemos muchísimos más feriados que hace cinco años. En un lapso de tres semanas, tenemos un feriado por lo menos en cada una. El que ha diseñado esto no tiene la menor idea de lo que significa trabajar. Más allá del efecto económico inmediato, la señal de cómo sacamos adelante a nuestra fuerza trabajadora es pésima. Un conjunto muy grande de pequeñas medidas viene haciendo cada vez más onerosa la gestión de la planilla formal y contribuye a que sigamos estancados.
La clase media viene estancada hace varios años. ¿Se relaciona con los niveles de empleo adecuado?
La formación superior o secundaria es un tema clave para fortalecer la clase media. Aunque todavía, el principal determinante del acceso a la universidad es el nivel socioeconómico del hogar. Necesitamos un sistema que permita que jóvenes con la capacidad para seguir una carrera universitaria lo hagan. Esa es una política típica para fortalecer la clase media. Pero también tenemos que, según encuesta a empresas, más del 70% de los gerentes de recursos humanos observa dificultades para contratar personal calificado. Así, tenemos un problema de acceso a la educación superior y otro de calidad. En términos de calidad en la educación superior, hemos retrocedido mucho durante estos cinco años.
DATO
Un 8.2% creció la población económicamente no activa en Lima Metropolitana, al trimestre móvil mayo-julio. Esto, cuando el grupo en edad de trabajar aumentó 3.9% y la PEA solo 1.7%.

Bachiller en Comunicación y Periodismo en la Universidad Peruana de Ciencias Aplicadas (UPC), especializado en economía, negocios, mercado laboral, políticas públicas, tributario, procesos concursales.