Este 18 de diciembre se conmemora el Día Internacional del Migrante, una fecha que sirve para reflexionar sobre los grandes desafíos de inserción socioeconómica que enfrenta este grupo poblacional. El Perú, con la presencia de 1.5 millones de venezolanos, no es ajeno a esta problemática. En ese contexto, Gestión revisó un estudio y conversó con la Organización Mundial del Trabajo (OIT) para ahondar en esta realidad.
Según el informe de esta organización, “Migración desde Venezuela: oportunidades para América Latina y el Caribe”, la mayoría de las personas venezolanas, entre migrantes y refugiados en la región, están trabajando en la informalidad. Y este contexto es más notorio en el Perú.
Desde la OIT consideran que países como el nuestro deben empezar a prepararse para gestionar mejor la presencia de los migrantes en su territorio. Esto es lo que deberían tomar en cuenta.
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Convivir con lo informal
La OIT hizo una comparación entre Argentina, Brasil, Colombia, Ecuador y Perú analizando la permeabilidad de la informalidad en el trabajo entre los nacionales y los venezolanos migrantes presentes en estos cinco países. El resultado es que en Perú el porcentaje de venezolanos que trabajan en la informalidad comparado con el de las peruanos es el más alto entre los cinco países latinoamericanos.
Según la estimación de la OIT, en Perú cerca del 87% de los venezolanos trabaja en la informalidad, mientras que en el caso de los peruanos el porcentaje está entre el 60% y el 70%. En el resto de países, vale decir, el porcentaje de venezolanos trabajando en la informalidad también supera el 70%.
Las ocupaciones más frecuentes son en comercios, ventas ambulantes, servicio al cliente, restaurantes y en la construcción; un número mayoritario de mujeres queda relegado al trabajo doméstico y de cuidados remunerados.
Gloria Zambrano, coordinadora nacional de Migración Laboral y Movilidad Humana en Perú de la OIT, explicó a Gestión, que alrededor del 32% de los migrantes venezolanos aquí presentes tienen estudios concluidos, ya sean a nivel técnico o universitario, pero solo el 8% ha logrado homologar su título.
“Son profesionales que podrían ayudar a cerrar las brechas que existen actualmente en el país, por ejemplo, en salud o educación, como un complemento a la población profesional nacional del país” indicó.
Como una forma de abrirse su propio camino en la formalidad, y sin ver como único camino el trabajo dependiente, Zambrano aseguró que muchos venezolanos han iniciado sus propios emprendimientos.
“Están abriendo sus propios negocios. Ya hacia el año 2020 se registraban más de 3,000 negocios formales creados por ciudadanos venezolanos en Perú. Eso también genera puestos de trabajo”, destacó.
La vocera de la OIT agregó un dato no menor: los migrantes venezolanos provienen de un mercado, el de su país, donde la informalidad no era tan alta como aquí. Y parte de su aporte cultural también ha hecho que peruanos los usen de público para emprender.
“Hay negocios de peruanos que han identificado potencial en la población venezolana. Por ejemplo, sabemos de aperturas de fábricas de harinas de maíz especializadas para hacer arepas. Eso genera consumo y colabora con el fisco peruano”, sostuvo.
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Trabas burocráticas
Para llegar a ello, el primer escollo que debe superarse es la validación de documentos para tener una condición migratoria regular en Perú. “Hay desconfianza del sector privado por contratarlos. No se conocen bien los procesos, los documentos migratorios necesarios”, refirió Zambrano sobre este asunto.
El otro aspecto, clave también, es resolver el desajuste entre la formación y el empleo de los venezolanos migrantes. En otras palabras, hay pocas oportunidades de validación de títulos y otros documentos académicos que sirvan para convalidar las profesiones originales de los migrantes.
Si se profundiza en este frente, la situación se puede tornar bastante compleja. Zambrano comentó, por ejemplo, que existen costos para validar los títulos, que se han ido bajando desde la primera gran ola migratoria venezolana al Perú, pero otras limitantes, como que el consulado de Venezuela aquí esté cerrado, frenan los procesos.
“Reconocemos un esfuerzo de Sunedu, que tiene convenios con algunos países para identificar rápidamente títulos declarados en universidades de afuera, pero esto no existe con Venezuela. Otro asunto es la homologación, hay títulos técnicos que no tienen equivalencia en Perú”, agregó.
Esto los expone, por la necesidad de subsistencia, a la informalidad y también a las actividades ilícitas, lo que acrecienta la vinculación entre la inseguridad ciudadana en el país donde deciden asentarse y la presencia de los migrantes venezolanos, incluyendo al Perú.
“No negamos que existan casos donde la población extranjera esté vinculada a la criminalidad, pero generalizar eso contra los migrantes en general va en contra de su inserción socioeconómica y es otra barrera para evitar que contribuyan al país”, sostuvo la vocera de la OIT.
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Un nuevo éxodo sería una nueva oportunidad
Al respecto, Zambrano explicó que no hay “datos” por ahora que puedan sostener que varios venezolanos abandonen su país tras esa fecha y que, en todo caso, de producirse la migración masiva, esta recién se empezaría a notar a finales de enero y febrero.
“Hay que ver qué va sucediendo, tampoco se puede confundir el retorno de la población migrante a su país de residencia, porque muchos viajan por fiestas. El Estado peruano debería, de suceder ello, ir contemplando cómo hará el proceso de regulación”, agregó.
La vocera de la OIT consideró que, el posible cambio coyuntural en Venezuela es una gran ventana para ir resolviendo las trabas existentes hoy para la inserción socioeconómica migrante.
“Podría extenderse la duración de la calidad migratoria, que hoy es anual y se convierte en una carga para los ministerios porque deben procesar todo el tiempo ese documento. Eso les permitiría trabajar con más seguridad”, acotó.
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Licenciado en Periodismo por la Pontificia Universidad Católica del Perú, donde escribió en el portal Somos Periodismo y la revista Impresión. Parte del equipo fundador del medio digital Sudaca. Especializado en áreas como inversión pública, construcción, saneamiento y economías ilegales.
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