(G de Gestión) El comportamiento de los metales es difícil de predecir en el corto plazo, ya que responde a una serie de factores, como la volatilidad de las noticias en el mundo, tanto macroeconómicas como políticas. Aun así, se prevé un buen cierre del 2023. Se estima que el cobre llegue a US$ 3.894 la libra, la plata a US$ 24.96 la onza, el oro a los US$ 1,964 la onza y el zinc a US$ 1.10 la libra, según Bloomberg.
Algunos analistas e instituciones coinciden en que se viene un superciclo de altos precios de los minerales, impulsado por China y por la transición global hacia el uso de energías renovables, con perspectivas particularmente favorables para la demanda y el consumo de cobre.
De concretarse, a voz de los especialistas, se tiene el potencial de generar varios efectos positivos en el Perú, como el crecimiento del PBI, las exportaciones y la balanza comercial, el ingreso de divisas y la recaudación fiscal. Pero esto también hace más atractivos los proyectos mineros para los inversionistas nacionales y extranjeros, anota Marcial García, socio de Impuestos de EY Perú. Esta coyuntura debiera ser aprovechada mientras dure, para lograr los objetivos económicos planteados y mejorar las condiciones de vida de la población, agrega.
De acuerdo con estimaciones de la Comisión Chilena del Cobre, la demanda del metal rojo podría quintuplicarse a partir del cambio de la matriz energética. Esto representa una gran oportunidad para el Perú, al ser el segundo productor mundial. Si bien la desaceleración de la economía china podría retrasar el crecimiento de su demanda, se espera que el precio del cobre se mantenga en niveles elevados en los próximos años. Aunque, añade García, si no se hace algo para resolver los problemas locales (como los conflictos sociales y la permisología), puede que acabemos desaprovechando estas afortunadas circunstancias. “Nuestro país tiene la fortuna de que los precios de los principales minerales que exporta se mantengan en niveles relativamente altos”, asegura García.
Respecto a metales preciosos como el oro y la plata, podría aumentar su valor ligeramente entre 5% y 10% en el segundo semestre en comparación con la primera mitad del año, debido a presiones económicas que generarían una apreciación de los activos refugio, con el dólar cerrando el año a la baja.
Así, para el 2024, según comenta César Romero, jefe de Investigación de Renta4 SAB, se esperan políticas monetarias más flexibles y una recuperación de la demanda y la manufactura de China que podrían marcar un crecimiento de los metales, tanto preciosos como industriales. Esto considerando, añade, que continúe la tendencia de adopción de autos eléctricos, así como la demanda de semiconductores y de energías renovables, dado que requieren de mayor conectividad eléctrica (más cables y conductores de electricidad).
La agenda pendiente
Carrión, de Kallpa SAB, resalta que el impacto de la minería en la economía peruana es relevante, sobre todo si hay bajo crecimiento (1,1% para este 2023, según el Ministerio de Economía y Finanzas). “Si queremos crecer, debemos pensar en incrementar el ritmo de producción, principalmente el del cobre. Eso se logrará solo con una combinación de voluntad política y de buenos precios. Lo segundo ya se está dando: lo que falta es generar la confianza para activar proyectos y ampliaciones”, asegura.
García, de EY, añade que lo que debe mejorarse son las condiciones para el desarrollo de esta actividad y la inversión minera. En ese sentido, menciona que es imprescindible impulsar mejoras regulatorias para acelerar la ejecución de proyectos, y, sobre todo, enfocar los esfuerzos en solucionar de manera definitiva los conflictos sociales, que frenan el avance de la minería y desalientan nuevas inversiones. Este último es, quizá, el principal desafío en el Perú.
“Nada de esto, empero, será alcanzable si el Gobierno no tiene la suficiente voluntad política y el interés para hacer de estos asuntos su prioridad, aun a costa de enfrentar presiones desde algunos grupos de influencia. Para que cualquier esfuerzo de este tipo tenga posibilidades de ser exitoso, nuestras autoridades deben dar mensajes claros y sin ambigüedades para reconstruir la confianza y la credibilidad del Perú”, remarca.
Luis Rivera, vicepresidente ejecutivo de Gold Fields Región Américas, manifiesta que el desafío para el sector está enfocado en la agenda social, para lo que se necesita una aproximación territorial más que distrital. “Es importante el desarrollo de infraestructura basado en el canon anticipado que se mencionó ya en Gobiernos anteriores, pero que nunca se ejecutó. Debemos pensar también en el fortalecimiento de los conceptos de Obra por Impuestos, que han mostrado que sí funcionan”, dice el ejecutivo.
Así, la prevalencia del Estado de derecho, fortalecer el respeto a instituciones y a la propiedad privada, daría el mensaje de que el Perú es un país atractivo a los capitales globales. “Son escasos hoy en día y prefieren irse a jurisdicciones más estables, como Canadá y Australia, e incluso Argentina”, advierte Rivera.