El yen cayó a su nivel más bajo en 2024 después de que las autoridades del Banco de Japón pusieran fin al último régimen de tasas de interés negativas del mundo, y los operadores de divisas se centraron en la diferencia que sigue existiendo entre las tasas de interés japonesas y las estadounidenses.
El martes, la divisa nipona cayó hasta un 1.2% y tocó los 150.95 yenes por dólar, la marca más débil desde el 16 de noviembre. El gobernador del Banco de Japón, Kazuo Ueda, señaló en rueda de prensa que el riesgo de que los precios suban demasiado podría dar lugar a una nueva subida de tasas, pero dijo que es importante mantener las condiciones acomodaticias para apoyar la economía.
La debilidad del yen es un indicio de que, al menos en los mercados de divisas, los operadores siguen concentrándose en la relativa mejora de los rendimientos en otras zonas geográficas en comparación con Japón.
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“No recibimos ninguna señal clara sobre futuras subidas de tasas por parte del gobernador”, dijo Yusuke Miyairi, estratega de divisas con sede en Londres de Nomura International Plc. “Así que, en este sentido, podría considerarse una ‘subida dovish’”.
Miyairi espera que el yen siga debilitándose en un futuro próximo, ya que la atención de los operadores se desplaza hacia el anuncio de política monetaria de la Fed del miércoles.
Antes de la decisión del Banco de Japón, alrededor del 90% de los analistas de bancos centrales consideraban probable que la autoridad monetaria pusiera fin a su política de tasas negativas en la reunión. La probabilidad aumentó después de que el mayor grupo sindical del país anunciara los resultados de la primera ronda de negociaciones salariales anuales, que superaron las expectativas.
El yen se debilitó ligeramente en la semana previa a la decisión del Banco de Japón, mientras que el dólar se apreció ante las expectativas de que los responsables de la Fed adopten una postura prudente en cuanto al recorte de tasas.
Las previsiones de que el yen superaría a sus homólogos este año prácticamente se han evaporado, y una serie de estrategas pronosticaron a principios de este mes que la divisa terminaría 2024 a unos pocos puntos porcentuales de su nivel inicial.
Por el contrario, el rendimiento de los bonos a 10 años continúa subiendo. Y las acciones del país han repuntado este año, con el Nikkei 225 recuperando el máximo que alcanzó en 1989.
Las tasas altas y la fortaleza de la divisa estadounidense han mantenido al yen bajo presión. Esta dinámica parece que continuará, a pesar de la subida del Banco de Japón, dada la fortaleza de la economía estadounidense y la resistencia del gasto de los consumidores. Además, el banco central japonés seguirá comprando bonos y promete responder a cualquier subida rápida de los rendimientos.
“Las declaraciones moderadas del Banco de Japón, unidas a las continuas compras de bonos del Tesoro japonés por parte de la entidad, podrían hacer que el yen se mantuviera débil frente al dólar, o hasta que quede claro cuándo se espera que la Fed empiece a recortar las tasas”, escribió David Chao, estratega de Invesco Asset Management en Singapur, en una nota a clientes.
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