Las predicciones sobre la transición energética y los picos de demanda han asustado a los inversores en petróleo, por la perspectiva de que el pico de producción ocurra antes de lo previsto y se produzcan fuertes movimientos de precios.
A finales de este mes comenzarán en Glasgow, Escocia, las conversaciones sobre el clima para abordar el calentamiento global en el marco del Acuerdo de París del 2015, y los combustibles fósiles están en la mira de los políticos.
Sin embargo, tal y como están las cosas, los frenos a la movilidad, que han reducido el gasto en proyectos petrolíferos y el uso final del petróleo, podrían frenar de forma permanente el crecimiento de la oferta y de la demanda.
“Según las tendencias actuales, es probable que la oferta mundial de petróleo llegue a un punto máximo incluso antes que la demanda”, dijo el Departamento de Investigación del banco Morgan Stanley en una nota esta semana.
“El planeta pone límites a la cantidad de carbono que puede emitirse con seguridad. Por lo tanto, el consumo de petróleo tiene que llegar a un punto máximo. Sin embargo, se trata de una perspectiva tan bien trazada que ya ha provocado su propia contrarrespuesta: una baja de inversión”
Sin embargo, la mayoría de los productores de petróleo y los organismos de control consideran que el pico de la sed mundial por petróleo ocurrirá en varios años más, y la demanda ya está volviendo a los niveles prepandémicos.
El desajuste entre una demanda por petróleo y otros combustibles fósiles contaminantes que vuelve a la normalidad y el retraso de la producción ha contribuido a una crisis energética en Europa y Asia, con precios del crudo en máximos de varios años.
La erosión a medio plazo de la demanda de petróleo supone que las energías renovables, como los autos eléctricos y la energía eólica, ganen ritmo, algo que, según la Agencia Internacional de la Energía (AIE), debe acelerarse para evitar la escasez y los precios desorbitados.
“El gasto en petróleo parece estar orientado a un mundo con una demanda estancada o decreciente”, afirmó la agencia con sede en París en su informe anual de este mes. “Un aumento del gasto en transición a energía limpia proporciona el camino a seguir, pero esto debe ocurrir rápidamente o los mercados energéticos mundiales se enfrentarán a un camino lleno de baches”.
La AIE no prevé un pico inmediato de la oferta de petróleo y anticipa que la OPEP y Rusia representarán una parte creciente de la oferta en la próxima década.
Las previsiones anuales de la OPEP del mes pasado indican que la oferta mundial se aproxima a una meseta en el 2045, pero que no hay un pico claro.
A pesar de los escollos para los precios y la oferta, la AIE dijo que el bajo gasto actual en petróleo y gas era una de las pocas áreas que se ajustaban a su escenario más ambicioso de emisiones netas cero para el 2050 (NZE), en el que no deberían avanzar nuevos proyectos de combustibles fósiles.
Sin embargo, en su escenario más conservador de statu quo o políticas declaradas (STEPS), el gasto medio anual en petróleo para satisfacer la demanda tendría que aumentar bruscamente hasta superar los US$ 500,000 millones, más que en cualquier otro momento de los últimos cinco años.
La consultora energética FGE dijo en una nota que el problema no es inmediato, sino que podría ir ‘in crescendo’ en los próximos años.
“Aunque existe una gran preocupación por el estado de las inversiones petroleras en exploración y producción, es decir, que, tal y como están, son insuficientes para satisfacer la creciente demanda en los próximos años, este es un problema para el 2023 y después, no para los próximos 12 o 18 meses”.